El presidente estadounidense denuncia que se trata de una «caza de brujas», critica a los fiscales israelíes y alega que el primer ministro está centrado en la negociación con Hamas para la tregua Leer El presidente estadounidense denuncia que se trata de una «caza de brujas», critica a los fiscales israelíes y alega que el primer ministro está centrado en la negociación con Hamas para la tregua Leer
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha pedido por segunda vez desde este jueves el cese del juicio por corrupción contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En esta ocasión, ha ido más allá al criticar duramente a la Fiscalía israelí, denunciando no sólo lo que llama una «caza de brujas», sino recordando tanto la negociación con Hamas para la vuelta de los secuestrados y el alto el fuego en la Franja de Gaza como incluso la asistencia militar de Estados Unidos a su gran aliado en la región.
Paralelamente, hay novedades en el juicio, aunque tienen más relación con los jefes de los servicios de Inteligencia israelíes que con el inquilino de la Casa Blanca. El viernes, los tres jueces del juicio iniciado hace cinco años desestimaron dos veces la petición de Netanyahu de suspender por dos semanas sus audiencias, alegando «desarrollos [de acontecimientos] en la región y el mundo». Pero este domingo, tras escuchar al jefe de Inteligencia del ejército, Shlomi Binder, y al director del Mosad, David Barnea, el tribunal ha aceptado suspender las dos sesiones previstas para este lunes y miércoles. Su decisión -alegando cambios en la información presentada- puede ser un indicio de avances hacia la tregua en Gaza que incluya la vuelta de secuestrados en el marco de un acuerdo de normalización de relaciones con países árabes basados en los Acuerdos de Abraham de 2020, o alguna decisión en el campo militar.
Antes de reunirse con los jueces para presentar sus argumentos, Netanyahu agradeció el nuevo mensaje de Trump en la plataforma Truth Social, obviando que se trata de un duro ataque exterior contra el sistema judicial de Israel, lo que supone, entre otras cosas, una simbiosis de objetivos, denuncias y sentimientos de dos dirigentes que se consideran víctimas de una persecución a cargo de lo que definen «Deep State» en sus respectivos países.
«Es terrible lo que están haciendo en Israel a Bibi Netanyahu. Es un héroe de guerra que hizo una labor fabulosa trabajando con Estados Unidos para obtener el Gran Éxito de deshacerse de la peligrosa amenaza nuclear de Irán», afirma Trump en su publicación, en la que añade: «Ahora se encuentra inmerso en el proceso de negociación de un acuerdo con Hamas para la vuelta de los rehenes. ¿Cómo es posible que el primer ministro de Israel sea obligado a sentarse todo el día en la sala de Tribunal por NADA?».
Tras opinar que se trata de una «CAZA DE BRUJAS POLÍTICA muy similar a la caza de brujas a la que yo me vi obligado a soportar», Trump acusa a los fiscales de estar «fuera de control» y denuncia que «la parodia de la ‘Justicia’ interferirá en las negociaciones tanto con Irán como con Hamas».
Antes de pedir en mayúsculas que «¡suelten a Bibi, tiene una gran tarea que hacer!», Trump escribe lo que puede ser interpretado como amenaza, insinuación de aviso o simple recordatorio: «Estados Unidos gasta miles de millones de dólares al año, mucho más que cualquier otra nación, en proteger y apoyar a Israel. No vamos a tolerarlo». En su última reunión con Netanyahu en la Casa Blanca, el propio Trump cifró la asistencia militar en 4.000 millones de dólares. «Es mucho», dijo entonces ante las cámaras.
En la oposición del Gobierno de Netanyahu intentan no criticar de forma abierta y directa a Trump, especialmente tras haber contribuido a golpear en Irán lo que veían también como «amenaza existencial», con sus bombardeos contra las centrales nucleares de Fordow, Isfahan y Natanz. Por otro lado, desaprueban su interferencia en asuntos internos que, en este caso y de forma inédita, están vinculados a temas personales jurídicos del primer ministro.
Tanto en la prensa como en la clase política israelí, hay quienes creen que Netanyahu y su entorno están detrás de las peticiones de Trump justo cuando debe responder ante los fiscales por tres casos (relacionados con regalos, regulaciones y relaciones con medios de comunicación) que incluyen soborno, fraude y abuso de confianza. Y aluden que el presidente de Estados Unidos se refiere a aspectos muy concretos del juicio con argumentos idénticos -en fondo y forma- a los que usan los portavoces del líder del Likud.
Tras lo que define como «histórica victoria» ante el régimen iraní, destacando que eliminaron por el momento su programa nuclear y de misiles, Netanyahu aseguró que se abren nuevas oportunidades para normalizar relaciones con más países árabes. Algo que Trump desea desde hace tiempo promocionar y anunciar. Para ello, es imprescindible poner fin a la masiva ofensiva en la Franja de Gaza en respuesta al ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023.
En la derecha israelí, apoyan las palabras y denuncias de Trump, aunque de forma comedida, ya que en el pasado denunciaron interferencias de la Casa Blanca en asuntos internos. Por ejemplo, cuando la Administración Biden criticó la iniciativa de reforma o revuelta judicial que el Gobierno de Netanyahu intentó promover en 2023, entre multitudinarias protestas en las calles.
«Gracias de nuevo», respondió Netanyahu este domingo a Trump en la red X difundiendo su mensaje contra su juicio. «¡Juntos, volveremos a hacer grande a Oriente Próximo!», agregó.
«Haced el acuerdo en Gaza, ¡¡¡lograd la vuelta de los rehenes!!!», ha pedido Trump este domingo en una nueva publicación, tras declarar el pasado viernes que el trato puede ser alcanzado en la próxima semana. Aunque los otros mediadores -Egipto y Qatar- y las dos partes admiten que el fin de la guerra entre Israel e Irán ha abierto una ventana de oportunidad para el acuerdo, pocos creen que sea tan inminente.
El enviado especial de Trump en la región y principal negociador, Steve Witkoff, espera viajar a Egipto o Qatar para avanzar hacia el acuerdo que ponga fin al sufrimiento de los gazatíes y libere a los 50 secuestrados aún en cautiverio tras el ataque hace 632 días en el sur de Israel.
Israel denuncia que Hamas no aceptó la «Fórmula Witkoff», que establece dos meses de alto el fuego y la entrega de 10 rehenes vivos y otros 18 muertos a cambio de la excarcelación de 125 presos palestinos que cumplen cadena perpetua y 1.111 detenidos en el enclave palestino. En este período, se debería negociar la tregua definitiva.
Hamas, por su parte, acusa a Netanyahu de «alargar los ataques contra el pueblo palestino por motivos personales y políticos» y exige que cualquier acuerdo y liberación de rehenes incluya el compromiso claro del cese permanente de la ofensiva militar y la retirada completa de las tropas israelíes de la devastada Franja de Gaza.
Internacional // elmundo