Prohibiciones, amenazas y acusaciones de espionaje: Irán inicia una batalla diplomática contra la OIEA

Crecen las acusaciones de Teherán contra la agencia atómica de la ONU. Prohíbe la entrada en el país de su director, Rafael Grossi Leer Crecen las acusaciones de Teherán contra la agencia atómica de la ONU. Prohíbe la entrada en el país de su director, Rafael Grossi Leer  

Una semana después del alto el fuego pactado entre Israel e Irán tras 12 días de guerra, los daños provocados por la intervención estadounidense contra las instalaciones nucleares del país persa siguen siendo una gran incógnita. Israel parece haber pasado página, enfrascada en el enésimo retraso del juicio por corrupción contra su primer ministro, Benjamin Netanyahu, mientras crecen los rumores de un inminente cese de su ofensiva en Gaza, que podría poner fin a 20 meses de guerra. Por su parte, Irán no ha revelado el alcance de los daños a sus instalaciones, ya que el país sigue discutiendo sobre el rumbo que tomará su política energética y defensa tras ser atacado por dos países en el último mes.

El periódico The Washington Post publicó nuevos detalles de una conversación entre funcionarios iraníes de alto rango, en la que aseguran que la devastación de los ataques estadounidenses fue menor de lo que habían esperado. La investigación se añade a la polémica de los últimos días entre funcionarios estadounidenses, sobre si los ataques ordenados por Donald Trump eliminaron por completo las aspiraciones de Teherán de seguir enriqueciendo uranio o solo retrasaron su programa unos meses, tal y como señala un informe de una agencia del Pentágono. «Fue una devastación como nadie la había visto antes», declaró el domingo Trump en una entrevista con el canal Fox. «Y eso significa el fin de sus ambiciones nucleares, al menos por un tiempo», aseguró.

El único organismo que puede cerciorarse de forma independiente del estado de las instalaciones nucleares de Irán son los inspectores de la agencia atómica de Naciones Unidas (OIEA). Sin embargo, el parlamento iraní votó y luego ratificó -el consejo de seguridad- casi de forma unánime la suspensión de la cooperación con el organismo. La reforma prohíbe a los inspectores entrar al país, pero debido a lagunas en la nueva ley, no contempla cómo se debe proceder con los científicos de la OIEA que ya se encuentran actualmente en Irán listos para evaluar las instalaciones.

Irán decidió prohibir la entrada al país expresamente al secretario general del organismo, Rafael Grossi, alegando haber descubierto que el Gobierno israelí obtuvo «datos sensibles de las instalaciones» a través de Naciones Unidas, aseguró el vicepresidente del parlamento iraní, Hamid Reza Haji Babaei. La guerra ha exacerbado la desconfianza contra el organismo de Naciones Unidas y cada vez más medios progobierno creen que hay una relación entre los informes de la agencia atómica y los ataques israelíes.

El periódico ultraconservador Kayhanafirmó en una reciente publicación que el mismo Grossi era un espía israelí. «Debe anunciarse oficialmente que será juzgado y ejecutado a su llegada a Irán por espiar para (los servicios de inteligencia) Mosad y participar en el asesinato del pueblo oprimido de nuestro país», señaló el rotativo. El embajador de Irán en Naciones Unidas, Amir Saeid Iravani, aseguró que «no existe ninguna amenaza» contra Grossi o los inspectores de la OIEA, aunque admitió que varios científicos se encuentran en Irán sin poder analizar las instalaciones debido a la suspensión votada por su parlamento. «Están en Irán, en condiciones seguras, pero la actividad ha sido suspendida. No pueden acceder a nuestras instalaciones… nuestra evaluación es que no han cumplido con su deber», señaló.

Por su parte, el portavoz del ministerio de Exteriores, Esmaeil Baqaei, declaró en una rueda de prensa el lunes que es «ilógico» que la OIEA espere cooperar con Irán «dadas las circunstancias actuales» y descartó que Teherán se responsabilice de su seguridad mientras se encuentren en el país. «¿Cómo podemos garantizar la seguridad de los inspectores si aún no disponemos de una evaluación precisa de los daños», enfatizó. El ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, se mostró también contundente con Grossi y su equipo, calificando de «inútil» y «posiblemente maligna» la solicitud de la agencia de la ONU de evaluar las instalaciones nucleares que fueron blanco de ataques estadounidenses e israelíes.

Pese a la retahíla de ataques de funcionarios iraníes contra el organismo regulador, Teherán no ha cerrado la puerta del todo a seguir negociando un nuevo programa nuclear, para regular el enriquecimiento de uranio a cambio de un alivio de las sanciones. El embajador en la ONU, Iravani, aseguró que Irán está «listo para la negociación» pese a que «no hay ninguna solicitud» concreta.

Si bien insistió en el derecho «inalienable» de Teherán a «seguir enriqueciendo uranio», reveló que el régimen baraja una serie de medidas y concesiones para alcanzar un acuerdo con EEUU. Una de las posibilidades consiste en transferir el uranio enriquecido a un tercer país, con la intención de suspender su programa nuclear sin eliminar por completo las reservas generadas, declaró Iravani al periódico online Al Monitor. El embajador remarcó que Teherán no considera la transferencia de uranio «una línea roja» ya que podría seguir supervisando el material en otro país, a la vez que la comunidad internacional podría monitorear el proceso.

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