Vance se muestra optimista respecto a la tregua en Gaza pero reconoce que «queda mucho por hacer»

El vicepresidente estadounidense llega a Israel para allanar el camino hacia la segunda fase del plan de Trump Leer El vicepresidente estadounidense llega a Israel para allanar el camino hacia la segunda fase del plan de Trump Leer  

El vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, ha iniciado su primera visita a Israel cuando la solidez de las relaciones bilaterales contrasta con la fragilidad de la tregua que su país apadrina en la Franja de Gaza.

En una de sus primeras acciones tras aterrizar en el Aeropuerto Ben Gurion, Vance llegó a un centro de mando y supervisión militar creado hoy por Estados Unidos en Kiryat Gat, en el sur de Israel, en coordinación con Tsahal, para recibir un informe detallado de lo sucedido en el devastado e inestable enclave palestino.

«Cada vez que pasa algo malo dicen que la tregua ha finalizado, pero la cosa no funciona así», dijo Vance en la base, señalando que buscan avanzar en el plan para la reconstrucción de la Franja de Gaza, mantener la tregua y asegurar una paz a largo plazo. Asimismo, se declaró optimista, aclarando que «hay mucho trabajo que hacer» por parte de todos, incluida la fuerza internacional.

El puente aéreo de Washington a Tel Aviv —Vance hoy, la semana pasada el presidente Donald Trump, mientras sus dos emisarios, Steve Witkoff y Jared Kushner, van y vienen— trae consigo no solo el apoyo a su gran aliado regional, sino también la determinación y presión de mantener el alto el fuego con Hamás. EEUU intenta desactivar una de las minas en la primera fase del Plan Trump —la entrega de todos los cadáveres de los rehenes en cautiverio del grupo integrista desde el ataque del 7 de octubre de 2023—, agilizar el paso de la primera a la segunda fase y allanar el camino. Para el presidente palestino, Abu Mazen, por ejemplo, el final de la odisea es la toma de control de nuevo y reconstrucción de la Franja de Gaza hacia la creación de un Estado palestino. Para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es ampliar los Acuerdos de Abraham con la normalización de relaciones con otros países árabes.

La reunión de Netanyahu y otros dirigentes con Vance tiene lugar en un país que, pese a la tregua, sigue en el 7-0 debido a los funerales de rehenes que se van celebrando a medida que Hamás entrega los cadáveres. Entierros que rezuman tristeza por sus muertes —aunque ya eran conocidas— y, al mismo tiempo, alivio por poder enterrarlos tras dos años y dos semanas de espera.

Hamas debe entregar aún 15 de los 28 cadáveres, a expensas de los dos que promete dar este martes por la noche. Estados Unidos encabeza un mecanismo internacional de supervisión de la tregua en la Franja de Gaza, que, entre otras misiones, debe contribuir a la búsqueda de los cadáveres de los rehenes. Desde Egipto, donde mantiene contactos sobre la tregua y el día después en el enclave palestino, el líder de Hamas, Jalil Al Jayya, declaró que su grupo «es serio en las intenciones de rescatar los cadáveres», pero añadió que se encuentran con «grandes dificultades» ante la ingente cantidad de escombros que dejó la ofensiva israelí.

«Estamos determinados a aplicar el acuerdo de forma completa. Estamos comprometidos con el acuerdo de alto el fuego pactado con todas las facciones palestinas», indicó a la cadena egipcia Al Qahera. Ante la posibilidad de que Israel reanude la ofensiva si Hamas no cumple lo acordado, reveló que «los mensajes recibidos desde la mediación y el presidente Trump nos tranquilizan asegurando que la guerra en Gaza ha acabado». Sus declaraciones llegaron antes de la nueva advertencia de Trump a Hamas por «si sigue portándose mal».

Por su parte, Trump, advirtió este martes a Hamas que hay «varios» países aliados dispuestos a entrar en Gaza con «una fuerza considerable» si violan los términos del plan de paz impulsado por Washington y dijo que espera que el grupo militante «haga lo correcto». «Varios de nuestros AHORA GRANDES ALIADOS en Oriente Medio, y en áreas cercanas, me han informado explícita y enfáticamente, con gran entusiasmo, que estarían dispuestos, si yo lo solicito, a entrar a Gaza con una fuerza considerable y ‘enderezar a Hamás’ si sigue actuando de manera incorrecta», escribió en su red Truth Social.

Paralelamente a la visita de Vance y la reunión de Witkoff con el responsable de la Inteligencia militar israelí, Shlomi Binder, el jefe de la Inteligencia egipcia, Hassan Rashad, llegó este martes a Israel para reunirse con el nuevo director del servicio secreto interno (Shabak), David Zini, y, en un encuentro inusual, con Netanyahu en Jerusalén. «En la reunión dialogaron sobre el avance del plan del presidente Trump, las relaciones entre Israel y Egipto, el reforzamiento de la paz entre los países y cuestiones regionales adicionales», comunicó la oficina del primer ministro israelí, que en los últimos años mantuvo una relación muy fría con el presidente egipcio Abdelfatah Al Sisi. La desoladora situación en la franja palestina la deterioró a niveles mínimos, pero la tregua e intervención estadounidense la están reconstruyendo.

El emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, arremetió contra Israel. «Reiteramos nuestra condena a todas las violaciones y prácticas israelíes en Palestina, especialmente convertir Gaza en una zona inhabitable, seguir violando el alto el fuego, expandir los asentamientos en Cisjordania y los esfuerzos para judaizar el complejo de la mezquita de Al Aqsa», declaró en la inauguración del Consejo de Shura (órgano legislativo).

Catar, Turquía —dos países que albergan a líderes de Hamás en el extranjero— y Egipto fueron los tres países clave en la mediación liderada por EEUU para lograr el acuerdo de tregua. Netanyahu lo aceptó tras añadir algunos cambios en el texto pactado por varios países árabes, y Hamas mostró su disposición, pero con profundas reservas y preguntas sobre algunos puntos importantes del texto. La respuesta del grupo islamista fue vista en Israel como un «no» que, sin embargo, no tuvo relevancia alguna, ya que Trump no tardó en convertirla en un «sí» con el que pudo avanzar su plan, que acabó firmado en Sharm el-Sheij.

El lado positivo de esta febril acción diplomática y coordinación de los servicios de inteligencia es el optimismo y determinación de EEUU —que ha adoptado un papel de babysitter de la tregua— y sus socios en la región. El lado negativo es que Israel y Hamas son más pesimistas.

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