Es una lástima que empresas industriales con un fuerte arraigo en el territorio se vean abocadas a la desaparición y que, en consecuencia, el tejido empresarial catalán se convierta en un monocultivo turístico. En un intento de frenar esta tendencia, la Generalitat ha puesto en marcha un paquete de ayudas para salvar proyectos industriales cuando están al borde de la desaparición.
El Govern subvenciona la compra de unidades productivas de empresas en concurso de acreedores
Es una lástima que empresas industriales con un fuerte arraigo en el territorio se vean abocadas a la desaparición y que, en consecuencia, el tejido empresarial catalán se convierta en un monocultivo turístico. En un intento de frenar esta tendencia, la Generalitat ha puesto en marcha un paquete de ayudas para salvar proyectos industriales cuando están al borde de la desaparición.
En el marco del Pacte Nacional per a la Indústria, el Govern ha puesto a disposición más de 5 millones de euros para todas aquellas empresas que estén interesadas en adquirir unidades productivas de compañías industriales, que por un motivo u otro, se han visto abocadas a entrar en concurso de acreedores.
La iniciativa está dotada con más 5 millones de euros y dura hasta octubre
Las líneas de ayudas se pusieron en marcha a inicios de este año y las compañías interesadas tienen hasta el 1 de octubre para solicitarlas. Cómo máximo, pueden obtener 350.000 euros por cada operación. Entre las condiciones exigidas, se necesita tener –por razones obvias– sede o fábrica en Catalunya y dedicarse a una actividad industrial comprendida en un largo listado, que incluye desde alimentación y bebidas, gestión de residuos y textil hasta el calzado, el papel, la química, la farmacia, la metalurgia o el transporte, entre otras.
“Hay que tener en cuenta que las empresas interesadas deben acreditar tener al menos un 50% del proyecto financiado con recursos propios, bancarios o aportaciones de terceros”, comenta Yvonne Pavía, la consejera delegada del despacho Pavía Concursalistas.
La abogada añade que la empresa adquiriente debe garantizar el mantenimiento de al menos el 50% de los puestos de trabajo –o un mínimo de 10 empleos– y que exista el compromiso de no aplicar despidos hasta dos años después de la adquisición.
Fuentes del departament de Indústria detallan que los fondos de esta iniciativa proceden de las ayudas a proyectos de reindustrialización –dotadas con 5 millones de euros– y de las líneas de ayuda de Alt Impacte. “El espíritu del departament d’Empresa i Treball es promover la conservación de la actividad productiva y de los puestos de trabajo. También hacemos trajes a medida como el caso de Nissan y Ebro”, comentan.
Aunque este último fue un proyecto a gran escala, las líneas de ayudas a la compra de unidades productivas tienen el mismo propósito. En Catalunya no existe una estadística oficial que refleje el volumen de oportunidades que existen. Más del 90% de los concursos de acreedores acaban en liquidación –la fase del concurso durante la cual se puede comprar la unidad productiva– pero también es cierto que un volumen muy relevante de concursos de acreedores no tienen masa activa, de modo que es imposible comprar la unidad productiva.
Entre las operaciones recientes en Catalunya, destaca la compra de la unidad productiva de IMC Toys, una histórica empresa juguetera de Terrassa, que ha acabado en manos del grupo chino Wui Ming, que se impuso a la oferta de Taurus. Las empresas Assured y Motor Tàrrega también han adquirido recientemente la unidad productiva de Amac, especializada en talleres de automoción y, en el mundo de la alimentación, la histórica firma de vermús Perucchi también tiene a la venta su unidad productiva.
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