Con un enorme cuchillo bien afilado en su cintura y un uniforme de camuflaje personalizado, la teniente se define como una mujer «alfa» Leer Con un enorme cuchillo bien afilado en su cintura y un uniforme de camuflaje personalizado, la teniente se define como una mujer «alfa» Leer
En su carrera política ha sido agredida por un grupo de rivales políticos, rociada con pintura, multada en numerosas ocasiones, arrestada por sus artículos de investigación, amenazada de muerte y acusada de homicidio. Nada de eso la ha hecho dar un paso atrás, sino un salto adelante. Con un enorme cuchillo bien afilado en su cintura y un uniforme de camuflaje personalizado, la teniente Tetyana Chornovol se define como una mujer «alfa», aquella que lidera a hombres en el combate y destruye tanques enemigos [ya lleva cuatro].
«Hay muchas mujeres en el ejército ucraniano, pero muy pocas que sean oficiales y menos que combatan en primera línea como yo», dice con orgullo. El asesinato del diputado Andriy Parubiy ha hecho que ella tenga que ocupar su plaza de parlamentario. Por tanto, es oficialmente la única diputada en activo de toda la Rada Suprema que está luchando contra Rusia en las fuerzas armadas.
- ¿Qué precio ha tenido que pagar por combatir a Rusia primero como activista y luego como combatiente?
- No he hecho ningún sacrificio. Esta es mi tarea. Desde mi nacimiento intuitivamente yo sabía que Rusia nos atacaría y desde niña me he estado preparando para esta guerra. Puedes creerlo o no, pero yo siempre lo he sabido. Por eso cuando nos invadieron en febrero de 2022 no me sorprendió.
- Usted ahora podría incorporarse al Parlamento como diputada tras el asesinato de Parubiy y sin embargo ha pedido un año de prórroga para seguir en el frente. ¿Por qué?
- Hay algunos que no quieren ir a combatir y gritan: «Que los políticos vayan a la guerra primero», pero yo quiero dar ejemplo, elijo servir en el ejército, no en la sala parlamentaria.
- ¿Su trabajo como diputada [del partido de Poroshenko] o como teniente del ejército forma parte de la misma guerra personal contra el invasor ruso?
- El trabajo como diputada es mucho más difícil, porque yo quiero sacar adelante muchas leyes pero no es fácil. Luchas contra los molinos de la burocracia y también contra los intereses de Rusia, que siempre han estado en el Parlamento ucraniano. Ahora, mi labor como militar es mucho más directa: puedo ver al enemigo con mis armas y ‘pum’ [y suelta una sonora carcajada que no será la única].
- En una institución aún machista como es este ejército, ¿cómo has conseguido liderar a tus soldados?
- Aunque ahora todos somos pilotos de drones, la mía al principio era una unidad antitanque. Yo he conseguido destruir más carros de combate que ningún otro en mi unidad [cuatro]. He interceptado más drones enemigos y he volado muchos más aparatos que ningún otro. Cuando hay que ir a una posición peligrosa soy la primera que lo hago. Nunca dejo que un novato vaya solo. Así te ganas el respeto. Ser una mujer alfa es tomar decisiones. He llegado a comandar a 40 hombres y todos son mi familia.
- ¿Tiene alguna esperanza sobre las negociaciones de paz de Trump con Vladimir Putin?
- Ninguna. Además, sus anuncios me irritan. Por ejemplo, esa frase que dice que sin el armamento que él envió [antitanques Javelin] Ucrania hubiera perdido en pocos días. Es curioso. Yo llevo combatiendo casi cuatro años en esta invasión a gran escala y siempre he manejado armamento ucraniano. Nunca he visto ningún arma de EEUU.
- ¿Qué problemas enfrenta en su día a día?
- Nosotros no sólo tenemos que lidiar con nuestros problemas propios y con el ejército ruso. Hay un tercer nivel con el que hay que jugar, que son los civiles. A veces los civiles determinan que no puedes poner una posición militar junto a unas casas porque los rusos, si responden, las pueden matar. Pero existe un cuarto nivel aún peor: la jefatura militar ucraniana. Hay muchos oficiales que quieren hacer carrera a base de misiones absurdas. Vemos a diario cómo los rusos mandan a gente a morir cerca de nuestra posición y espero que nuestros superiores jamás nos obliguen a hacer lo mismo.
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