Rincón negro: Morirse a trozos

No pongamos etiquetas a novelas como la de Toni Sala (Sant Feliu de Guíxols, 1969), pero tampoco neguemos la negritud de su alma literaria, negra y existencialista. Le debe tanto a Michel Houellebecq, a L’Étranger de Albert Camus como a Patricia Highsmith, lo cual como padrinos no está nada mal. Absténganse lectores de novela policial y de pasapáginas. Aquí hay un cadáver y es un jabalí. Y no hay dolo, sino un accidente de tráfico. Pero la víctima que Toni Sala deja encima de la mesa como uno deja lo que lleva en los bolsillos cuando llega a casa somos nosotros, nuestra soledad, nuestra necesidad de redención, de compañía, de dotar de un sentido a la historia, las historias que somos. La muerte siempre huele a mierda, pero nos empeñamos en tener una vida digna y un final a la altura. Todos fracasamos.

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 Carlos Zanón analiza los nuevos libros de Toni Sala, Berta Piñán, Toni Sánchez Bernal y Jordi Dausà  

‘Escenaris’, de Toni Sala  (L’Altra)

No pongamos etiquetas a novelas como la de Toni Sala (Sant Feliu de Guíxols, 1969), pero tampoco neguemos la negritud de su alma literaria, negra y existencialista. Le debe tanto a Michel Houellebecq, a L’Étranger de Albert Camus como a Patricia Highsmith, lo cual como padrinos no está nada mal. Absténganse lectores de novela policial y de pasapáginas. Aquí hay un cadáver y es un jabalí. Y no hay dolo, sino un accidente de tráfico. Pero la víctima que Toni Sala deja encima de la mesa como uno deja lo que lleva en los bolsillos cuando llega a casa somos nosotros, nuestra soledad, nuestra necesidad de redención, de compañía, de dotar de un sentido a la historia, las historias que somos. La muerte siempre huele a mierda, pero nos empeñamos en tener una vida digna y un final a la altura. Todos fracasamos.

Rincón negro
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REDACCIÓN / Terceros

No es ajeno a que uno de los protagonistas sea un actor de éxito comercial, royendo la duda de si también prestigio, y Olga y Vadó, personajes secundarios, estén extraviados en este mundo nuestro sin más dios que nosotros mismos. Los tres sin una buena historia con final disuasorio, ya no feliz, sino soportable. Sala no nos escatima nada. No tiene miedo a salirse del marco, lo cual está más que bien en esta literatura catalana y española de escritores dóciles y con alergia a ser raros. Se excede y acierta, se pierde y se mira en todos los espejos. Contrae deudas y no las paga. Escenaris es una gran novela que cierra una trilogía ( Persecució , Una família ), y Toni Sala, un pedazo de escritor. Lleva años siéndolo.

‘Como la piel al sol de una lagartija’, de Berta Piñán (Hoja de lata)

Primera novela de la poeta asturiana Berta Piñán (Cañu, Cangues d’Onís, 1963), escrita originalmente en asturiano. El argumento roza el cliché pero el talento literario levanta escenario de cafés de patio y partos bovinos y personajes que saben dialogar entre ellos. Thriller rural pero con sentido (común, narrativo y de lo paródico)

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‘Atrapada en la oscuridad’, de Toni Sánchez Bernal (Planeta)

Segunda entrega novelesca de Toni Sánchez Bernal (Tarragona, 1990), guionista, escritor y realizador. Una mujer que lleva desaparecida veintisiete años es ejecutada frente a una comisaría. Pistoletazo argumental para poner frente a la investigación a dos personajes que tratarán de descubrir la verdad también entre ellos dos.

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‘El punt de ruptura’, de Jordi Dausà (Llibres del Delicte)

Jordi Dausà (Cassà de la Selva, 1977) ya dio su particular golpe en la mesa hace unos años con Lèmmings. Aquí, flirtea con el tema homérico de la huida de Ítaca para distraerse un poco y meterse en problemas a bordo de una autocaravana. Mirada negra, costumbrismo y novela social servido con estilo tenaz.

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