Richard Gere: “Jamás haré ‘Pretty Woman 2’”

“¡Hola! ¿qué tal?” dice en español un sonriente Richard Gere (Filadelfia, 1949) por videoconferencia. Y hasta aquí la habilidad del actor estadounidense, que se acaba de mudar a vivir a Madrid, para defenderse en nuestro idioma en una charla para hablar de Oh Canadá, la película que le ha vuelto a reunir con Paul Schrader más de cuarenta años después de American Gigoló (1980). “No ha habido ninguna diferencia a la hora de trabajar con él. Simplemente los dos somos mayores ahora y creo que tenemos más seguridad en lo que hacemos. Paul es muy bueno escribiendo guiones independientes, sabe ajustarse al presupuesto y al actor siempre le deja hacer su trabajo”. 

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 El famoso actor estrena en Navidad ‘Oh, Canadá’, un drama donde se reúne con Paul Schrader más de cuarenta años después de ‘American gigoló’  

“¡Hola! ¿qué tal?” dice en español un sonriente Richard Gere (Filadelfia, 1949) por videoconferencia. Y hasta aquí la habilidad del actor estadounidense, que se acaba de mudar a vivir a Madrid, para defenderse en nuestro idioma en una charla para hablar de Oh Canadá, la película que le ha vuelto a reunir con Paul Schrader más de cuarenta años después de American Gigoló (1980). “No ha habido ninguna diferencia a la hora de trabajar con él. Simplemente los dos somos mayores ahora y creo que tenemos más seguridad en lo que hacemos. Paul es muy bueno escribiendo guiones independientes, sabe ajustarse al presupuesto y al actor siempre le deja hacer su trabajo”. 

El filme, que llega a nuestras pantallas el próximo 25 de diciembre, está basado en la novela homónima de Russell Banks, aspiró a la Palma de Oro del festival de Cannes y narra cómo un famoso director de documentales políticos concede una última entrevista a uno de sus antiguos alumnos para contar toda la verdad sobre su vida. 

Gere en la película 'Oh Canadá'
Gere en la película ‘Oh Canadá’

Leonard Fife tiene un cáncer terminal y su obsesión es que su mujer Emma (Uma Thurman) esté a su lado durante la charla para que conozca quién es él en realidad. Y lo hace a través de flashbacks explicando sus inicios como escritor, sus relaciones amorosas -con 22 ya se había casado y divorciado- y cómo huyó a Canadá para evadir Vietnam. En esa época, el personaje lo encarna Jacob Elordi, uno de los intérpretes más solicitados de su generación. “En la película aparezco más viejo, moribundo, y más joven y tuvimos que averiguar cómo hacerlo de forma más eficiente con una agenda muy apretada de rodaje. No podía estar tres horas al día en maquillaje porque no teníamos ese tiempo y lo redujimos a una hora”. 

Paul Schrader y yo empezamos el rodaje en un momento muy sensible: yo acababa de perder a mi padre y él a su amigo Russell Banks

Gere, de 75 años, confiesa que un par de meses antes de iniciar el rodaje estaba en un momento emocional “muy profundo” porque acababa de perder a su padre y Schrader igual, “porque Russell Banks, que era amigo suyo, también murió poco antes de hacer la película. Así que los dos estábamos en un momento muy sensible”. Su personaje, Leonard, siente necesidad de explicar muchas cosas de su pasado ante la cámara, aunque sea doloroso para su mujer, que opina que está confuso por la medicación. “Yo de lo que más me arrepiento es de haber hecho daño a alguien o de no haber tenido la sensibilidad que debería haber tenido en un momento dado. Incluso recordando episodios de hace más de cincuenta años sigo pidiendo perdón. Nunca es demasiado tarde para pedir perdón”, admite. “De todas formas no creo que Leonard sea ese tipo de persona que diga que lo siente. Está más bien diciendo ‘entiéndeme, conóceme’, que es muy diferente que pedir perdón”. 

Richard Gere y su mujer, la española Alejandra Silva
Richard Gere y su mujer, la española Alejandra Silva
EFE/ Juanjo Martín

Afirma Gere que en cuanto leyó el guion “tuve la sensación de conocer al personaje y para ser sincero también quería explorar lo que pasó mi padre en sus últimos años, cuando los pensamientos eran más líquidos. Aunque él tenía claros determinados hechos, mis hermanos y yo sabíamos que cambiaba algunos relatos. En el sentido empírico no es tan importante la precisión sobre los hechos sino la precisión de sus sentimientos en esos recuerdos”. 

La novela y la película tienen una estructura de puzzle tanto narrativa como emocional, en una especie de viaje que invita al espectador a compartir las vivencias del protagonista. “Era como entrar en una mente que se va disolviendo. Como en la cabeza del rey Lear, qué es la mente, qué es el yo y Leonard habla de recuerdos que ni siquiera son precisos. Se crea un personaje de ficción y la gente piensa que es una cosa y en realidad no es así. ¿Somos personajes de verdad o de ficción que nos vamos inventando cada día?. Creo que el yo no es algo estable en absoluto», esgrime.

Richard Gere al lado de Uma Thurman, su mujer en la película
Richard Gere al lado de Uma Thurman, su mujer en la película

Los primeros recuerdos que explica Leonard son a los 18 años, en 1968, cuando se muestra como un joven idealista que quiere dejar la universidad. ¿Qué recuerdos tiene Gere de esa época? Yo estuve en el primer Draft cuando me llamaron a filas y Vietnam fue una guerra muy polémica. Mucha gente sentía que teníamos que estar ahí y muchos de nosotros no nos sentíamos así. La guerra no tenía ningún sentido para nosotros. Estados Unidos estaba muy dividido y yo fui un objetor de conciencia. No podía coger una escopeta y matar a nadie. En mi generación siempre había la posibilidad de ir a Canadá y muchos jóvenes se fueron allí. Eran objetores del Draft genuinos y creo que en la película se cuestiona cómo de genuino era Leonard al irse a Canadá como un objetor“.

No fui a Vietnam porque era objetor de conciencia.  No podía coger una escopeta y matar a nadie

Gere, uno de los actores más famosos de su generación, tiene palabras de agradecimiento para el equipo que hace una película. ”Todos dependemos unos de los otros. Recuerdo que en Pretty Woman la gente solo se acuerda de Julia Roberts y de mí, pero había 500 personas trabajando en la película y no se hubiera podido hacer sin todas ellas“. Y hablando del clásico de la cenicienta moderna, en una industria actual en la que se imponen los remakes y las secuelas, ¿le gustaría hacer una segunda parte de la mítica película de los noventa? ”No“, responde rotundo. ”Una vez que hago un personaje, se acabó. Tiene gracia, porque ni siquiera puedo acordarme de los diálogos. La gente viene y cita mis diálogos y yo ni siquiera me acuerdo. Es como un sueño y yo casi nunca me acuerdo de mis sueños. Para mí hacer una película es como un sueño. Entras en un universo onírico de contar una historia y una vez que se acaba, ya está, a otra cosa. Incluso cuando hago una obra de teatro, memorizo cientos de palabras pero en cuanto se acaba no me puedo acordar de ni una sola palabra“. 

Preguntado sobre algún cineasta español con el que le gustaría colaborar, confiesa que debería conocer ”un poco más sobre los directores españoles. A Pedro (Almodóvar), obviamente, todo el mundo le conoce, y es increíble. Y hay otros que sé que están haciendo un trabajo increíble pero tengo que ponerme al día. Cuando me preguntaron en Francia con quién querría trabajar dije Godard y Truffaut y estaban todos muertos. Ahora podría decir Buñuel pero ya está muerto”, concluye entre risas. 

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