La organización, denominada Lev Tahor, está asentada en el país centroamericano desde el 2013 tras huir de Canadá, donde también enfrentó denuncias de abuso infantil Leer La organización, denominada Lev Tahor, está asentada en el país centroamericano desde el 2013 tras huir de Canadá, donde también enfrentó denuncias de abuso infantil Leer
La Fiscalía Contra la Trata de Personas y la Policía rescataron este viernes a 160 menores de edad, de entre 3 y 16 años, víctimas de posibles abusos como violación, maltrato y matrimonios forzados, en una secta judía ultraortodoxa, denominada Lev Tahor, que está asentada en el país centroamericano desde el 2013 tras huir de Canadá, donde también enfrentó denuncias de abuso infantil. Además, hallaron una fosa con restos humanos, presumiblemente de un niño.
El ministro de Gobernación de Guatemala, Francisco Jiménez, aseguró en sus redes sociales que el operativo permitió el rescate de 160 niños, niñas y adolescentes que «presuntamente, eran abusados por un miembro de la secta Lev Tahor«, ubicada en el kilómetro 94,5 en la aldea El Amatillo del municipio Oratorio, departamento de Santa Rosa.
Por su parte, la fiscal de la Fiscalía Contra la Trata de Personas, Nancy Paiz, aseguró en una conferencia de prensa que «hasta el momento, hay 85 niños de edad ya resguardados» en la Procuraduría General de la Nación, mientras que hay otros adolescentes que aún no se ha determinado si realmente son menores de edad para poder contabilizarlos y protegerlos. Asimismo, indicó que hay otros que estaban en brazos de sus madres, por lo que se priorizó el interés superior del niño y no se los quitaron.
Una vez se realicen las diligencias pertinentes que aún siguen en desarrollo y se establezca el tipo de maltrato que hayan podido sufrir en la secta judía, los menores rescatados serán puestos a disposición de un juez de Niñez y Adolescencia que resolverá si son resguardados en sus familias o son ingresados en un hogar de protección y abrigo.
Paiz detalló que el Ministerio Público se trasladó a las seis de la mañana al municipio de Oratorio donde se encuentra la sede «de la secta o grupo religioso Lev Tahor» a raíz de que el pasado 11 de noviembre se escaparon cuatro menores de esa comunidad y se presentaron ante la Fiscalía para interponer una denuncia ante el Modelo de Atención Integral de Niñez y Adolescencia.
Tras su declaración, el caso fue derivado a la Fiscalía contra la Trata de Personas, dado que tras los exámenes médicos forenses realizados a los menores, «se pudo establecer» que fueron víctimas de modalidades de trata de personas, «como es el matrimonio forzado, maltrato a menores y delitos conexos» como la violación, por lo cual «se solicitó ante juez competente orden de captura, allanamiento y poder secuestrar indicios».
La fiscal indicó que todavía no hay capturas y, por otro lado, desveló que, durante los allanamientos, se encontró que «podría haber probablemente personas enterradas en esa área, ya que se encontraron osamentas dentro de unas cajas, aunque no se puede determinar ni dar más información al respecto».
No obstante, en un vídeo publicado en X, una portavoz de la Fiscalía informa que personal del Ministerio de la Defensa Nacional y la Unidad de Rescate Canino «localizaron el cadáver presuntamente de un menor de edad» y, en este sentido, especifica que se encontraba enterrado
en una fosa dentro de esta propiedad de la comunidad judía Lev Tahor. En los allanamientos, detalló que «se logró el rescate de 123 menores de edad» y también se localizaron pasaportes extranjeros y nacionales, así como DVR, computadoras y teléfonos móviles, entre otros indicios que serán analizados en las próximas horas tras ser embalados.
Así, el fiscal regional metropolitano Dimas Jiménez y Jiménez indició en que «se sospecha» que los delitos de violación, maltrato y matrimonio forzoso «habrían sido cometidos por un integrante de la comunidad Lev Tahor contra personas menores de edad pertenecientes a dicha comunidad». Por su parte, el secretario general en funciones del Ministerio Público, Erick Eduardo Schaeffer, aclaró que en ningún momento esta operación «se trata de una acción contra una comunidad religiosa o un sector en particular, sino contra individuos señalados de cometer delitos graves de trata de personas».
«La libertad religiosa está respetada y garantizada en Guatemala y la Constitución protege el derecho de cada ciudadano a profesar su fe sin temor a ser perseguido, sin embargo, es importante recalcar que ninguna creencia, organización o profesión hace inmune a sus miembros ante la ley porque todos, sin importar su entorno, deben rendir cuentas por sus acciones», recordó.
Además, añadió que la Fiscalía ya se ha coordinado con la comunidad judía de Guatemala para «asegurar que se cubran las necesidades humanitarias de los niños afectados garantizando su seguridad, bienestar y protección durante todo el proceso».
La secta judía ya había sido escenario el pasado 21 de agosto de unas diligencias por parte de la Procuraduría General de la Nación en cumplimiento de una resolución judicial para verificar si se estaban respetando los derechos de los niños, niñas y adolescentes, derivado de diferentes denuncias por posible amenaza o violación de derechos a la integridad, indemnidad sexual e identidad de los menores de edad.
Los trabajadores de esa institución intentaron dialogar con los líderes de la comunidad judía para poder entrar, si bien estos se negaron a colaborar, por lo que la PGN solicitó una exhibición personal a un juez, quien practicó la diligencia acompañado de agentes de Policía, Migración, Ministerio de Salud y Procuraduría de Derechos Humanos. Sin embargo, los miembros de la secta judía solo permitieron entrar a dos representantes de cada institución y no permitieron que se acercaran a las madres de los niños.
Desde que fue expulsada de Canadá, esta comunidad judía ortodoxa, conformada por unas 70 familias, la mayoría extranjeras de EEUU, Israel, Reino Unido y Rusia, ha tenido problemas en Guatemala, dado que, en 2014, fue expulsada por el alcalde de San Juan La Laguna, mientras que, en septiembre de 2016 también abandonó la capital y se mudó a Oratorio, en Santa Rosa, tras unos allanamientos de la Fiscalía que buscaba evidencias por una denuncia de maltrato infantil. Allí han permanecido viviendo en condiciones infrahumanas y aisladas de la población local, mientras que las mujeres y las niñas están obligadas a ir totalmente tapadas de pies a cabeza y vestidas de negro.
Lev Tahor, cuyo nombre en hebreo significa ‘corazón puro’, fue fundado en 1988 por el rabino Shlomo Helbrans y practica una corriente ortodoxa y fundamentalista del judaísmo. Se calcula
que cuenta con entre 200 y 300 miembros que suelen mudarse con frecuencia, de modo que han permanecido en Israel, EEUU, Canadá, México y Guatemala, entre otros países.
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