Reino Unido planea deportar a los primeros inmigrantes que cruzaron el Canal de la Mancha en vuelos regulares de Air France

Esta acción forma parte del plan piloto bautizado como «one in, one out» («uno entra, otro sale») y acordado entre Starmer y Macron Leer Esta acción forma parte del plan piloto bautizado como «one in, one out» («uno entra, otro sale») y acordado entre Starmer y Macron Leer  

El Gobierno británico planea iniciar esta semana la deportación a Francia de inmigrantes irregulares que llegaron al país en botes a través del Canal de la Mancha. Una decena de inmigrantes tenían previsto embarcar el lunes en un vuelo regular de Air France, bajo discreta vigilancia policial, en el arranque del plan piloto bautizado como «one in, one out» («uno entra, otro sale») y acordado en julio por el ‘premier’ Keir Starmer y el presidente Emmanuel Macron.

Unos cuarenta de inmigrantes, en su gran mayoría hombres, serán «repatriados» a Francia en un total de cuatro vuelos durante esta semana, en aplicación del controvertido plan. La medida ha sido criticada por el Partido Conservador, que fracasó en su intento de deportar a los inmigrantes a Ruanda, como «a todas luces insuficiente» ante la marea de solicitantes de asilo que sigue llegando a las costas británicas (más de 30.000 en lo que va de año y 50.000 desde la llegada al poder del Partido Laborista en julio pasado).

La entrada en vigor del plan piloto se produce dos días después de las manifestación en Londres que reunió a más de 100.000 participantes, convocada por el ultraderechista y fundador de la Liga de Defensa Inglesa Tommy Robinson, que arengó así a las masas: «¡Debemos defender a nuestro país contra la invasión de criminales extranjeros!».

El plan piloto «one in, in out», que abre al mismo tiempo una vía legal de entrada desde Francia a los solicitantes de asilo con familiares en el Reino Unido, ha contado finalmente con el visto bueno de la Unión Europea. El Gobierno británico espera que su entrada en vigor sirva como medida disuasoria para contener la avalancha de inmigrantes en el Canal, que puede superar este año el récord de 45.755 travesías registradas en el 2022.

El plan ha sido criticado por la oposición por su reducido alcance (se estima que unos 2.000 inmigrantes podrían ser deportados hasta junio del 2026, en torno al 5% del total) y por los problemas legales que plantea, así como las dificultades logísticas, como la posible disrupción causada por los deportados en los vuelos regulares.

El Gobierno británico confía en que su entrada en vigor sirva para disuadir las travesías y evitar las muertes intentando llegar a las costas británicas. Tres inmigrantes (un ciudadano egipcio y otros dos de origen surasiático) murieron la semana pasada, lo que eleva a veinte la cifra de víctimas mortales este años, frente a 50 en el trágico 2024.

La puesta en marcha de medidas drásticas, como las intervenciones de la policía francesa pinchando los botes cargados de inmingrantes en la orilla, no han tenido el impacto deseado. El martes pasado se registró de hecho del récord de llegadas en un solo día, con 674 inmigrantes llegados al puerto de Dover.

Desde el 6 de agosto pasado, y en aplicación del acuerdo sellado entre Starmer y Macron durante la visita de Estado del presidente francés, las autoridades británicas tiene la facultad de detener automáticamente a los recién llegados (en su mayoría procedentes de Irán, Afganistán, Iral, Eritrea y Siria) e iniciar su proceso de repatriación a Francia.

Un acuerdo bilateral con el Gobierno de Tirana permitió por otra parte contener el flujo de inmigrantes irregulares de origen albanés. A su llegada a Downing Street en julio pasado, Keir Starmer anunció una ofensiva contra las bandas de tráfico humano que hasta el momento se ha traducido con una decena de detenciones y la congelación de activos de 25 personas supuestamente implicadas. La creación de un nuevo Comando de Control de Fronteras y el destino de 500 millones de euros para reforzar la vigilancia en las costas francesas tampoco ha tenido el efecto deseado.

La entrada en vigor del plan ha coincidido con el estreno como secretaria de Interior de Shabana Mahmood, de origen pakistaní, tras los méritos acumulados en los últimos meses como titular de Justicia y ante la situación explosiva de las prisiones británicas. Mahmmod anunció sin rodeos que el plan «one in, one out» entrará en vigo «inmediatamente».

«El plan no va a tener ningún efecto disuasorio y va a servir para expulsar a una minoría, apenas 2.000 inmigrantes, que equivalen a los que llegaron los diez últimos días», declaró por su parte el portavoz de Interior del Partido Conservador, Chris Philip. «El 95% de la gente que hace la travesía se va a poder quedar en el Reino Unido, cuando lo que deberíamos hacer es deportarlos según llegan»

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