Regresa a Catalunya ‘La Madona de Portlligart’, el cuadro de Dalí que Pujol renunció a comprar por culpa de una riada

El Teatro-Museo Dalí, de Figueres, expondrá durante cinco meses La Madona de Portlligat, una de las obras icónicas del pintor ampurdanés, gracias a un préstamo del Museo Fukuoka de Japón. Se hace realidad, setenta años después de su venta, el deseo de Dalí de que esta obra pudiera volver a su país, aunque sea temporalmente.

Seguir leyendo…

 Las inundaciones en El Pont de Bar de 1982 frustraron la compra por parte de la Generalitat. Hoy forma parte de la colección de un museo japonés  

El Teatro-Museo Dalí, de Figueres, expondrá durante cinco meses La Madona de Portlligat, una de las obras icónicas del pintor ampurdanés, gracias a un préstamo del Museo Fukuoka de Japón. Se hace realidad, setenta años después de su venta, el deseo de Dalí de que esta obra pudiera volver a su país, aunque sea temporalmente.

El 17 de septiembre de 1982, el diario Los Sitios, de Girona, anunciaba en portada que “una de las obras más representativas de la etapa mística de Salvador Dalí, La Madona de Portlligat, volverá a Cataluña tras el acuerdo financiero alcanzado para su adquisición entre el Departamento de Cultura de la Generalitat y la Caja de Pensiones”. La Vanguardia lo publicaba en páginas interiores indicando que la obra “está a punto de ser adquirida por la Generalitat” y daba cuenta de que el Consell Executiu había dado el placet unos días antes. Es más, se anunciaba ya que podría exponerse en una retrospectiva del pintor que tendría lugar en los meses siguientes en Madrid, Barcelona y Figueres.

a
‘La Madona de Portlligat’ forma parte del Museo Fukuoka de Japón ,
Salvador Dalí, Fundació Gala-Salvador Dalí

Inspirada en la obra de Piero della Francesca, La Madona de Portlligat representa a una Virgen (basada en una fotografía de Gala) y el paisaje de fondo no es otro que la bahía de Portlligat. En su pecho se abre una ventana en la que aparece el niño Jesús (con el rostro de Joan Figueras, hijo de un pintor amigo de Cadaqués). Razones de más por las que Salvador Dalí deseara verlo en su tierra.

Dalí presentó un esbozo de esta Virgen con el rostro de Gala a Pío XII en una audiencia en el Vaticano

Pero este cuadro de grandes dimensiones, 2,75 m por 2,10 m, fue comprado poco después de ser pintado en 1950 por el coleccionista canadiense James Dunn. Previamente se expuso en Nueva York, Paris y Londres. Y a principios de 1952, en Madrid y Barcelona en el marco de la I Bienal Hispanoamericana de Arte. Se mostró con El Cristo de San Juan de la Cruz (hoy en el Museo de Glasgow) y La espiga (un óleo escasamente conocido propiedad de la casa Chanel de París) y constituyó un éxito de público impresionante, con largas colas para contemplar la obra. Dalí cuidó todos los detalles e incluso envió notas sobre cómo debía exponerse y con qué tipo de iluminación.

Lee también

Un esbozo de la Madona lo había mostrado poco antes al papa Pío XII durante una audiencia en el Vaticano. Y en carta a su secretario y pariente Gonzalo Serraclara le expresó que “esta obra debería quedarse en Barcelona”.

Pero la capital catalana vivía inmersa aún en una dura postguerra y ni los coleccionistas ni los museos tenían entre sus prioridades la obra de Dalí. Es más, desde la influyente revista Destino se acusaba a Dalí de posibles plagios y las columnas de Manuel Brunet no le eran especialmente favorables.

Esta obra icónica de la etapa mística de Dalí se expondrá durante cinco meses en su Teatro-Museo

La obra se la quedó pues James Hamet Dunn (1874-1956), propietario de una empresa de acero que se enriqueció durante la Segunda Guerra Mundial. Dunn, filántropo y coleccionista de arte, encargó también a Dalí un retrato de él y de su esposa. La Madona atravesó el Atlántico y desde entonces nunca más se ha visto en España.

Hasta este miércoles 17 de septiembre cuando el Teatro-Museo Dalí la acogerá hasta el 22 de febrero, tras un acuerdo entre la Fundación Gala Salvador Dalí y el Museo de Arte de Fukuoka.

¿Pero que sucedió en 1982, cuando ya se daba por hecha la compra por parte de la Generalitat? El antiguo propietario de la obra había fallecido y su viuda lo puso a la venta. El galerista Fernando Guereta actuaba como intermediario con una cifra de venta entorno a los 100 millones de pesetas. El Estado y la Generalitat habían iniciado ya una cierta carrera para ganarse el favor de Dalí, con la esperanza de decantar un testamento hasta entonces desconocido. El Ministerio de Cultura se había avanzado con la compra directa de dos obras de Dalí que le reportaron al artista cien millones y acabaron con sus temores de falta de dinero en la vejez. También le había nombrado marqués de Dalí de Púbol, había resuelto sus problemas fiscales y le habían prometido una gran antológica.

Cuando desde el Departament de Cultura se renunció a la ‘Madona’, el cuadro se fue a Japón

Llevaban la delantera, pese a que por parte de la Generalitat, era el president Pujol en persona quien se preocupaba por el destino de su legado. Y fue su director general de Patrimonio, el arquitecto Jordi Bonet, quien viajó hasta los Estados Unidos para negociar la compra de la Madona . La cifra estaba pactada y faltaba la financiación. Se alcanzó un acuerdo con La Caixa que adelantaba 90 millones. El resto lo pondría el Departament de Cultura. Bonet tenía ya el billete de avión a Nueva York cuando se produjeron unas inundaciones en la zona pirenaica, en las que el pueblo de El Pont de Bar fue arrasado por una riada. Con diez víctimas mortales y pérdidas valoradas en 6.000 millones de pesetas, Jordi Pujol consideró que la prioridad estaba en el Alt Urgell. Bonet y el conseller de Cultura Max Cahner tuvieron que renunciar a la compra. Los recursos del departament eran escasos aquellos primeros compases de la autonomía. Y la Madona se fue al Japón.

Más tarde el magnate que la compró se arruinó y pasó a manos del grupo financiero Credit Saison y desde el 2009 pertenece al Museo de Fukuoka. Desde entonces este cuadro solo ha viajado en tres ocasiones a Europa: Charleroi (1985), Venecia (2004) y Colonia (2006), para grandes exposiciones conmemorativas.

 Cultura

Te Puede Interesar