María Pérez: «Pensaba que los Juegos Olímpicos me iban a cambiar la vida y no ha sido así»

En París se colgó dos medallas, pero asegura que el éxito apenas le ha traído más patrocinadores. Ahora se plantea dejarlo en 2028 para ser madre, aunque antes quiere ganar todo lo posible, empezando por los 35 kilómetros del Mundial de Tokio Leer En París se colgó dos medallas, pero asegura que el éxito apenas le ha traído más patrocinadores. Ahora se plantea dejarlo en 2028 para ser madre, aunque antes quiere ganar todo lo posible, empezando por los 35 kilómetros del Mundial de Tokio Leer  

María Pérez es otra María Pérez. Fue una joven tímida que hablaba en voz baja y se angustiaba en las entrevistas; hoy es una mujer que lo tiene todo muy, muy claro. Sabe de dónde viene, de ser campeona olímpica y campeona mundial, la dueña de la marcha, y sabe adónde va. A los 29 años asegura que no le queda mucho en la distancia: Los Ángeles 2028 serán sus últimos Juegos Olímpicos y después intentará ser madre. Antes, eso sí, su objetivo es arrasar con todo, mandar tanto en las viejas distancias de la marcha como en las nuevas.

Este sábado (01.00 de la madrugada, Eurosport y Teledeporte), en los últimos 35 kilómetros marcha de la historia dará el primer paso para otro doblete que debería completar una semana después en los 20 kilómetros. Después, su disciplina adoptará el maratón y el medio maratón como distancias. De Pérez dependerá la suerte en el Mundial de Tokio que recién empieza: si ella empieza fallando, temblarán las piernas del resto.

Antes de los Juegos de París se fracturó el sacro y llegó con muchas dudas. Esta vez se le ve más contenta.
He hecho la mejor preparación de mi vida. Ya me había acostumbrado a las lesiones, a prepararme con dolores, y gracias a Dios esta temporada no he tenido ningún problema físico. Si te digo los tiempos de los últimos entrenamientos en Barcelona, unas series de 2.000 metros… Llego mejor que como llegué a los Juegos, pero el atletismo no son matemáticas. Luego te tiene que salir el día.
Muchos atletas hablan del vacío postolímpico, de la falta de motivación, más si ganaron un oro y una plata como usted. ¿Lo sintió?
La verdad es que no. Al principio tuve muchos eventos y descansé más semanas de lo habitual, pero este Mundial en septiembre daba margen de tiempo. Desde que me puse a entrenar, llevo toda la temporada muy motivada. Me motiva mucho que sea la última vez que se disputan los 20 y 35 kilómetros. Volver a ganar en las dos distancias —en el pasado Mundial ya se impuso en ambas pruebas— sería la forma perfecta de despedirme.
Habla de los eventos. ¿Se siente más reconocida en España?
No sé. Tengo reconocimiento en la marcha, cuando compito siento muchos ojos atentos a lo que hago. Pero mi disciplina es pequeña. Por ejemplo, no he notado diferencia en cuanto a patrocinadores. No me quejo, puedo vivir del atletismo, pero digamos que me apaño. Pensaba que me cambiaría la vida y no ha sido así. También es cómo soy yo. Vengo de un pueblo pequeño y no soy un personaje ni nada. Sigo siendo la misma persona.
Durante los Juegos Olímpicos de París 2024 no quiso explicar que justo antes había pasado por un divorcio. Meses después lo hizo público. ¿Cuándo supo que era el momento de contarlo?
Lo conté cuando lo tenía que contar. A veces, como persona, me puedo equivocar. Quizá lo podía haber hecho de otra manera, pero en todo momento intenté que ninguna de las dos sufriéramos. Es una situación que puede vivir cualquier persona y durante los Juegos Olímpicos no quería que todo el mundo se enterara de que me había separado. Fue un momento complicado. Pero mi mejor recuerdo de París son los ánimos de las personas que me acompañaron, cómo me arroparon, cómo me sentí allí. Mi familia, mis amigos. Gracias a esas personas pude competir allí y gracias a ellos ahora soy mucho más madura y valiente.
¿Qué hizo en esas semanas de descanso después de los Juegos?
Estuve con ellos. No tenía grandes planes, sólo disfrutar con mi familia y con mis amigos, estar con mi gente. No sólo yo lo pasé mal el año pasado, también ellos, y les debía mucho de mi tiempo.
¿Tan claro tiene que se retirará después de Los Ángeles 2028?
Hasta ahora he sido egoísta, pero me apetece ser madre. Me apetece vivir otra vida fuera del atletismo. El deporte no lo es todo, hay muchas más cosas que me pueden hacer feliz. A Los Ángeles 2028 llegaré con 32 años y planteo este ciclo como el último. Nunca nadie sabe cuándo vendrá una criatura al mundo, pero sí tengo claro que lo voy a intentar.
¿Ve imposible conciliar maternidad y atletismo?
No voy a estar 180 días viajando por el mundo con una criatura en casa. El día que decida ser madre será para dejarlo. Eso lo tengo claro. No creo que para todo el mundo sea igual, pero es mi manera de pensar.
¿Por qué siente que hasta ahora ha sido egoísta?
Cuando los deportistas decidimos luchar por nuestros sueños apartamos muchas cosas y estamos muy centrados en nosotros mismos. Esa es la parte egoísta. Por eso veo así la maternidad. De momento no tengo pareja, sería madre soltera y, si una persona depende completamente de mí, no puedo estar fuera de casa. Sé que se ha avanzado mucho en la conciliación, pero no puedo verlo de otra manera.

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