Los chimpancés beben el alcohol equivalente a al menos dos cervezas diarias

La ‘hipótesis del mono borracho’ es una controvertida teoría lanzada en 2014 por el biólogo estadounidense Robert Dudley que afirmaba que los humanos heredamos la atracción por el alcohol de nuestros ancestros primates hace diez millones de años. Según esta tesis, los primates ingerían etanol al comer frutas maduras y fermentadas en la naturaleza. Con el tiempo, desarrollaron una preferencia por el olor y el sabor del etanol, señal de que la fruta estaba llena de energía y lista para comer, una preferencia que se convirtió en nuestra herencia biológica. Aunque la idea de Dudley fue recibida con escepticismo por muchos primatólogos, quienes negaron que los chimpancés y otros primates comieran fruta fermentada, con el paso de los años ha ido ganando adeptos. Distintos investigadores afirman haber visto a monos y simios ingerir fruta fermentada en la naturaleza. Sin ir más lejos, el pasado abril un equipo dio a conocer la filmación de varios chimpancés de Guinea-Bisáu compartiendo fruta del pan africana fermentada, que se sabe contiene etanol. La tendencia a empinar el codo también se ha comprobado con aye-ayes y loris perezosos en cautividad, devotos del néctar con mayor graduación alcohólica. Ahora, Dudley es el autor principal de un estudio de la Universidad de California Berkeley que, por primera vez, mide la cantidad de alcohol presente en las frutas que consumen los chimpancés en su hábitat africano nativo. La investigación, publicada este miércoles en ‘Science Advances’, concluye que estos animales podrían consumir fácilmente el equivalente a más de dos cervezas cada día. Noticia Relacionada Imitación selectiva estandar Si No es genético: las crías de chimpancé aprenden de sus madres, pero no de sus padres José Manuel Nieves Un nuevo estudio demuestra que el estilo de comunicación de los chimpancés no se hereda genéticamente tal y como se pensaba, sino que se aprende de sus madres y de sus parientes por línea maternaA partir de 2019, Aleksey Maro, primer autor del artículo, viajó dos veces a Ngogo, en el Parque Nacional Kibale de Uganda, y una al Parque Nacional Taï, en Costa de Marfil, para recolectar frutas en el punto de maduración en el que habitualmente las consumen los chimpancés. Cada muestra se envasó en un recipiente hermético y, de regreso al campamento base, se congeló para evitar una mayor maduración. Para analizar el contenido de alcohol, utilizó un dispositivo similar a un alcoholímetro, un cromatógrafo de gases portátil y una prueba química. Todos registraron porcentajes de alcohol similares. Higos y ciruelasEl contenido promedio de alcohol de la fruta fue de 0,32% en Ngogo y 0,31% en Taï. Las frutas consumidas con más frecuencia en cada sitio —una variedad de higo en Ngogo y un fruto parecido a la ciruela en Taï—, fueron las más altas en contenido de alcohol. Los grupos de chimpancés machos a menudo se reunían bajo las higueras para disfrutar de sus frutos antes de ir a patrullar los límites de su comunidad. Y el fruto similar a la ciruela también es muy popular entre los elefantes, que se sabe que se sienten atraídos por el alcohol.Los primatólogos estiman que estos animales consumen aproximadamente 4,5 kilogramos de fruta al día, y que esta constituye aproximadamente tres cuartas partes de su dieta. Los investigadores también registraron, para cada sitio, la proporción aproximada de cada variedad de fruta en la dieta de los chimpancés. Esta información permitió a los biólogos de Berkeley calcular una tasa promedio de consumo de etanol.«Los chimpancés machos y hembras consumen aproximadamente 14 gramos de etanol puro al día, lo que equivale a una bebida estándar estadounidense», afirma Maro. El contenido de alcohol es más o menos el mismo en España para una cerveza de 330 ml (un botellín o una lata), dependiendo de la marca. «Al ajustar la masa corporal, dado que los chimpancés pesan unos 40 kilos frente a los 70 kilos de un humano promedio, la cifra asciende a casi dos bebidas», indica la investigadora.«Los chimpancés consumen entre el 5 y el 10 % de su peso corporal al día en fruta madura, por lo que incluso concentraciones bajas producen una ingesta diaria elevada: una dosis sustancial de alcohol», corrobora Dudley. «Si los chimpancés toman muestras de fruta madura al azar, como hizo Aleksey, esa será su tasa de consumo promedio, independientemente de su preferencia por el etanol. Pero si prefieren frutas más maduras o con mayor contenido de azúcar, este es un límite inferior conservador para la tasa probable de ingestión de etanol».No se emborrachanSegún Maro, el consumo de fruta ocurre a lo largo del día y los chimpancés no muestran signos evidentes de intoxicación. De hecho, para alcanzar el estado de euforia, un chimpancé tendría que comer tanta fruta que su estómago se hincharía. Sin embargo, según los investigadores, la exposición crónica a niveles bajos sugiere que los ancestros comunes de los humanos y los chimpancés —nuestro pariente vivo más cercano entre los simios— también estaban expuestos diariamente al alcohol de la fruta en fermentación, un nutriente que falta en la dieta de los chimpancés en cautiverio y de muchos humanos en la actualidad.«Los chimpancés consumen una cantidad de alcohol similar a la que consumiríamos si comiéramos alimentos fermentados a diario», dice Maro. «La atracción humana por el alcohol probablemente surgió de esta herencia dietética de nuestro ancestro común con los chimpancés», añade.Recoger orina con un paraguasNo solo los mamíferos obtienen una dosis diaria de alcohol de su dieta. En un artículo publicado a principios de este año, Dudley y sus colegas de Berkeley informaron de que las plumas de 10 de las 17 especies de aves analizadas contenían metabolitos secundarios de alcohol, lo que indica que su dieta (néctar, granos, insectos e incluso otros vertebrados) incluía cantidades sustanciales de etanol.«El consumo de etanol no se limita a los primates», señala Dudley. «Es más característico de todos los animales frugívoros y, en algunos casos, de los que se alimentan de néctar». A su juicio, los animales buscan etanol porque su olor les ayuda a encontrar alimentos con mayor contenido de azúcar, lo que proporciona un mayor retorno energético con el tiempo. El alcohol también puede aumentar el placer de comer, similar a beber vino con la cena. También es posible que compartir fruta con alcohol influya en los vínculos sociales entre primates u otros animales.MÁS INFORMACIÓN noticia No Adiós al mito del macho alfa en la guerra de sexos noticia No Nueva ‘moda’ entre los monos: secuestran crías de otros primatesPara los autores, el nuevo estudio sienta las bases para futuras investigaciones en reservas de chimpancés con el fin de determinar qué cantidad de fruta fermentada y alcohólica consumen preferentemente. Este verano, Maro regresó a Ngogo para recolectar muestras de orina de chimpancés que dormían en los árboles (una tarea compleja que requería un paraguas) para analizarlas en busca de metabolitos de alcohol, utilizando kits de prueba similares a los que se utilizan en algunos lugares de trabajo estadounidenses. Con toda seguridad, esas muestras informarán de si esos simios estaban ‘durmiendo la mona’. La ‘hipótesis del mono borracho’ es una controvertida teoría lanzada en 2014 por el biólogo estadounidense Robert Dudley que afirmaba que los humanos heredamos la atracción por el alcohol de nuestros ancestros primates hace diez millones de años. Según esta tesis, los primates ingerían etanol al comer frutas maduras y fermentadas en la naturaleza. Con el tiempo, desarrollaron una preferencia por el olor y el sabor del etanol, señal de que la fruta estaba llena de energía y lista para comer, una preferencia que se convirtió en nuestra herencia biológica. Aunque la idea de Dudley fue recibida con escepticismo por muchos primatólogos, quienes negaron que los chimpancés y otros primates comieran fruta fermentada, con el paso de los años ha ido ganando adeptos. Distintos investigadores afirman haber visto a monos y simios ingerir fruta fermentada en la naturaleza. Sin ir más lejos, el pasado abril un equipo dio a conocer la filmación de varios chimpancés de Guinea-Bisáu compartiendo fruta del pan africana fermentada, que se sabe contiene etanol. La tendencia a empinar el codo también se ha comprobado con aye-ayes y loris perezosos en cautividad, devotos del néctar con mayor graduación alcohólica. Ahora, Dudley es el autor principal de un estudio de la Universidad de California Berkeley que, por primera vez, mide la cantidad de alcohol presente en las frutas que consumen los chimpancés en su hábitat africano nativo. La investigación, publicada este miércoles en ‘Science Advances’, concluye que estos animales podrían consumir fácilmente el equivalente a más de dos cervezas cada día. Noticia Relacionada Imitación selectiva estandar Si No es genético: las crías de chimpancé aprenden de sus madres, pero no de sus padres José Manuel Nieves Un nuevo estudio demuestra que el estilo de comunicación de los chimpancés no se hereda genéticamente tal y como se pensaba, sino que se aprende de sus madres y de sus parientes por línea maternaA partir de 2019, Aleksey Maro, primer autor del artículo, viajó dos veces a Ngogo, en el Parque Nacional Kibale de Uganda, y una al Parque Nacional Taï, en Costa de Marfil, para recolectar frutas en el punto de maduración en el que habitualmente las consumen los chimpancés. Cada muestra se envasó en un recipiente hermético y, de regreso al campamento base, se congeló para evitar una mayor maduración. Para analizar el contenido de alcohol, utilizó un dispositivo similar a un alcoholímetro, un cromatógrafo de gases portátil y una prueba química. Todos registraron porcentajes de alcohol similares. Higos y ciruelasEl contenido promedio de alcohol de la fruta fue de 0,32% en Ngogo y 0,31% en Taï. Las frutas consumidas con más frecuencia en cada sitio —una variedad de higo en Ngogo y un fruto parecido a la ciruela en Taï—, fueron las más altas en contenido de alcohol. Los grupos de chimpancés machos a menudo se reunían bajo las higueras para disfrutar de sus frutos antes de ir a patrullar los límites de su comunidad. Y el fruto similar a la ciruela también es muy popular entre los elefantes, que se sabe que se sienten atraídos por el alcohol.Los primatólogos estiman que estos animales consumen aproximadamente 4,5 kilogramos de fruta al día, y que esta constituye aproximadamente tres cuartas partes de su dieta. Los investigadores también registraron, para cada sitio, la proporción aproximada de cada variedad de fruta en la dieta de los chimpancés. Esta información permitió a los biólogos de Berkeley calcular una tasa promedio de consumo de etanol.«Los chimpancés machos y hembras consumen aproximadamente 14 gramos de etanol puro al día, lo que equivale a una bebida estándar estadounidense», afirma Maro. El contenido de alcohol es más o menos el mismo en España para una cerveza de 330 ml (un botellín o una lata), dependiendo de la marca. «Al ajustar la masa corporal, dado que los chimpancés pesan unos 40 kilos frente a los 70 kilos de un humano promedio, la cifra asciende a casi dos bebidas», indica la investigadora.«Los chimpancés consumen entre el 5 y el 10 % de su peso corporal al día en fruta madura, por lo que incluso concentraciones bajas producen una ingesta diaria elevada: una dosis sustancial de alcohol», corrobora Dudley. «Si los chimpancés toman muestras de fruta madura al azar, como hizo Aleksey, esa será su tasa de consumo promedio, independientemente de su preferencia por el etanol. Pero si prefieren frutas más maduras o con mayor contenido de azúcar, este es un límite inferior conservador para la tasa probable de ingestión de etanol».No se emborrachanSegún Maro, el consumo de fruta ocurre a lo largo del día y los chimpancés no muestran signos evidentes de intoxicación. De hecho, para alcanzar el estado de euforia, un chimpancé tendría que comer tanta fruta que su estómago se hincharía. Sin embargo, según los investigadores, la exposición crónica a niveles bajos sugiere que los ancestros comunes de los humanos y los chimpancés —nuestro pariente vivo más cercano entre los simios— también estaban expuestos diariamente al alcohol de la fruta en fermentación, un nutriente que falta en la dieta de los chimpancés en cautiverio y de muchos humanos en la actualidad.«Los chimpancés consumen una cantidad de alcohol similar a la que consumiríamos si comiéramos alimentos fermentados a diario», dice Maro. «La atracción humana por el alcohol probablemente surgió de esta herencia dietética de nuestro ancestro común con los chimpancés», añade.Recoger orina con un paraguasNo solo los mamíferos obtienen una dosis diaria de alcohol de su dieta. En un artículo publicado a principios de este año, Dudley y sus colegas de Berkeley informaron de que las plumas de 10 de las 17 especies de aves analizadas contenían metabolitos secundarios de alcohol, lo que indica que su dieta (néctar, granos, insectos e incluso otros vertebrados) incluía cantidades sustanciales de etanol.«El consumo de etanol no se limita a los primates», señala Dudley. «Es más característico de todos los animales frugívoros y, en algunos casos, de los que se alimentan de néctar». A su juicio, los animales buscan etanol porque su olor les ayuda a encontrar alimentos con mayor contenido de azúcar, lo que proporciona un mayor retorno energético con el tiempo. El alcohol también puede aumentar el placer de comer, similar a beber vino con la cena. También es posible que compartir fruta con alcohol influya en los vínculos sociales entre primates u otros animales.MÁS INFORMACIÓN noticia No Adiós al mito del macho alfa en la guerra de sexos noticia No Nueva ‘moda’ entre los monos: secuestran crías de otros primatesPara los autores, el nuevo estudio sienta las bases para futuras investigaciones en reservas de chimpancés con el fin de determinar qué cantidad de fruta fermentada y alcohólica consumen preferentemente. Este verano, Maro regresó a Ngogo para recolectar muestras de orina de chimpancés que dormían en los árboles (una tarea compleja que requería un paraguas) para analizarlas en busca de metabolitos de alcohol, utilizando kits de prueba similares a los que se utilizan en algunos lugares de trabajo estadounidenses. Con toda seguridad, esas muestras informarán de si esos simios estaban ‘durmiendo la mona’.  

Investigadores afirman que el etanol, presente en las frutas, forma parte de la dieta habitual de estos simios, lo que respalda la controvertida ‘teoría del mono borracho’

Dos chimpancés machos comen el fruto parecido a la ciruela del árbol perenne Parinari excelsa en el Parque Nacional de Taï en Costa de Marfil Aleksey Maro/UC Berkeley

La ‘hipótesis del mono borracho’ es una controvertida teoría lanzada en 2014 por el biólogo estadounidense Robert Dudley que afirmaba que los humanos heredamos la atracción por el alcohol de nuestros ancestros primates hace diez millones de años. Según esta tesis, los primates ingerían etanol al comer frutas maduras y fermentadas en la naturaleza. Con el tiempo, desarrollaron una preferencia por el olor y el sabor del etanol, señal de que la fruta estaba llena de energía y lista para comer, una preferencia que se convirtió en nuestra herencia biológica.

Aunque la idea de Dudley fue recibida con escepticismo por muchos primatólogos, quienes negaron que los chimpancés y otros primates comieran fruta fermentada, con el paso de los años ha ido ganando adeptos. Distintos investigadores afirman haber visto a monos y simios ingerir fruta fermentada en la naturaleza. Sin ir más lejos, el pasado abril un equipo dio a conocer la filmación de varios chimpancés de Guinea-Bisáu compartiendo fruta del pan africana fermentada, que se sabe contiene etanol. La tendencia a empinar el codo también se ha comprobado con aye-ayes y loris perezosos en cautividad, devotos del néctar con mayor graduación alcohólica.

Ahora, Dudley es el autor principal de un estudio de la Universidad de California Berkeley que, por primera vez, mide la cantidad de alcohol presente en las frutas que consumen los chimpancés en su hábitat africano nativo. La investigación, publicada este miércoles en ‘Science Advances’, concluye que estos animales podrían consumir fácilmente el equivalente a más de dos cervezas cada día.

A partir de 2019, Aleksey Maro, primer autor del artículo, viajó dos veces a Ngogo, en el Parque Nacional Kibale de Uganda, y una al Parque Nacional Taï, en Costa de Marfil, para recolectar frutas en el punto de maduración en el que habitualmente las consumen los chimpancés. Cada muestra se envasó en un recipiente hermético y, de regreso al campamento base, se congeló para evitar una mayor maduración. Para analizar el contenido de alcohol, utilizó un dispositivo similar a un alcoholímetro, un cromatógrafo de gases portátil y una prueba química. Todos registraron porcentajes de alcohol similares.

Higos y ciruelas

El contenido promedio de alcohol de la fruta fue de 0,32% en Ngogo y 0,31% en Taï. Las frutas consumidas con más frecuencia en cada sitio —una variedad de higo en Ngogo y un fruto parecido a la ciruela en Taï—, fueron las más altas en contenido de alcohol. Los grupos de chimpancés machos a menudo se reunían bajo las higueras para disfrutar de sus frutos antes de ir a patrullar los límites de su comunidad. Y el fruto similar a la ciruela también es muy popular entre los elefantes, que se sabe que se sienten atraídos por el alcohol.

Los primatólogos estiman que estos animales consumen aproximadamente 4,5 kilogramos de fruta al día, y que esta constituye aproximadamente tres cuartas partes de su dieta. Los investigadores también registraron, para cada sitio, la proporción aproximada de cada variedad de fruta en la dieta de los chimpancés. Esta información permitió a los biólogos de Berkeley calcular una tasa promedio de consumo de etanol.

«Los chimpancés machos y hembras consumen aproximadamente 14 gramos de etanol puro al día, lo que equivale a una bebida estándar estadounidense», afirma Maro. El contenido de alcohol es más o menos el mismo en España para una cerveza de 330 ml (un botellín o una lata), dependiendo de la marca. «Al ajustar la masa corporal, dado que los chimpancés pesan unos 40 kilos frente a los 70 kilos de un humano promedio, la cifra asciende a casi dos bebidas», indica la investigadora.

«Los chimpancés consumen entre el 5 y el 10 % de su peso corporal al día en fruta madura, por lo que incluso concentraciones bajas producen una ingesta diaria elevada: una dosis sustancial de alcohol», corrobora Dudley. «Si los chimpancés toman muestras de fruta madura al azar, como hizo Aleksey, esa será su tasa de consumo promedio, independientemente de su preferencia por el etanol. Pero si prefieren frutas más maduras o con mayor contenido de azúcar, este es un límite inferior conservador para la tasa probable de ingestión de etanol».

No se emborrachan

Según Maro, el consumo de fruta ocurre a lo largo del día y los chimpancés no muestran signos evidentes de intoxicación. De hecho, para alcanzar el estado de euforia, un chimpancé tendría que comer tanta fruta que su estómago se hincharía. Sin embargo, según los investigadores, la exposición crónica a niveles bajos sugiere que los ancestros comunes de los humanos y los chimpancés —nuestro pariente vivo más cercano entre los simios— también estaban expuestos diariamente al alcohol de la fruta en fermentación, un nutriente que falta en la dieta de los chimpancés en cautiverio y de muchos humanos en la actualidad.

«Los chimpancés consumen una cantidad de alcohol similar a la que consumiríamos si comiéramos alimentos fermentados a diario», dice Maro. «La atracción humana por el alcohol probablemente surgió de esta herencia dietética de nuestro ancestro común con los chimpancés», añade.

Recoger orina con un paraguas

No solo los mamíferos obtienen una dosis diaria de alcohol de su dieta. En un artículo publicado a principios de este año, Dudley y sus colegas de Berkeley informaron de que las plumas de 10 de las 17 especies de aves analizadas contenían metabolitos secundarios de alcohol, lo que indica que su dieta (néctar, granos, insectos e incluso otros vertebrados) incluía cantidades sustanciales de etanol.

«El consumo de etanol no se limita a los primates», señala Dudley. «Es más característico de todos los animales frugívoros y, en algunos casos, de los que se alimentan de néctar». A su juicio, los animales buscan etanol porque su olor les ayuda a encontrar alimentos con mayor contenido de azúcar, lo que proporciona un mayor retorno energético con el tiempo. El alcohol también puede aumentar el placer de comer, similar a beber vino con la cena. También es posible que compartir fruta con alcohol influya en los vínculos sociales entre primates u otros animales.

Para los autores, el nuevo estudio sienta las bases para futuras investigaciones en reservas de chimpancés con el fin de determinar qué cantidad de fruta fermentada y alcohólica consumen preferentemente. Este verano, Maro regresó a Ngogo para recolectar muestras de orina de chimpancés que dormían en los árboles (una tarea compleja que requería un paraguas) para analizarlas en busca de metabolitos de alcohol, utilizando kits de prueba similares a los que se utilizan en algunos lugares de trabajo estadounidenses. Con toda seguridad, esas muestras informarán de si esos simios estaban ‘durmiendo la mona’.

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