Washington fustiga los cielos cercanos al país petrolero con tanto ímpetu que obliga a comparecer en televisión al ministro de Defensa bolivariano Leer Washington fustiga los cielos cercanos al país petrolero con tanto ímpetu que obliga a comparecer en televisión al ministro de Defensa bolivariano Leer
Durante tres días consecutivos, cazas y bombarderos estadounidenses han merodeado las costas de Venezuela e incluso han simulado la entrada en su espacio aéreo. Primero fueron los aviones que «protegieron» la escapada marítima de María Corina Machado hacia la isla de Curazao. Pero después, en una mezcla de intimidación y presión, las aeronaves han fustigado los cielos cercanos al país petrolero con tanto ímpetu que obligaron a comparecer en televisión al general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa y cabecilla del generalato que mantiene en el poder al dictador Nicolás Maduro.
«Invictos en el firmamento patrio, los avizores permanentes del Comando de Defensa Aeroespacial Integral (CODAI) han logrado garantizar durante más de cuatro décadas el resguardo del espacio aéreo venezolano», añadió este domingo Padrino en una de sus arengas ante la sucesión de sobrevuelos en el Caribe.
Pese a que el general ponderó una vez más el armamento chavista («modernos radares, sistemas misilísticos, artillería antiaérea y aeronaves, vanguardia de la defensa integral de la nación»), expertos militares y analistas dudan mucho de las capacidades defensivas del ejército bolivariano.
La aparición de los cazas de cuarta generación Super Hornet F-18 sobrevolando la Península de la Guajira y el Golfo de Venezuela, junto a bombarderos B-52 H y los EA-18G Growler (especializados en guerra electrónica), convocó al alto mando castrense en su sala de conflictos, revelando pistas que los estadounidenses aprovecharon horas más tarde. Padrino López usaba una pantalla de la plataforma de seguimiento aéreo Flightradar24.
Desde su cuenta en X, Flightradar24 se burló del todopoderoso general: «Hola, Vladimir Padrino. Si necesita mejorar la cobertura de Flightradar24, no dude en solicitar receptores gratuitos». La burla se convirtió de inmediato en una acción estadounidense: uno de sus aviones apagó sus radares y simuló que se dirigía directo a Caracas.
La mayoría de estas naves procede del portaaviones Gerald Ford, el más poderoso del planeta, que junto a otros 12 buques -como los destructores Winston Churchill y Mahan, la nave de asalto anfibio Iwo Jima y al menos un submarino de propulsión nuclear- presionan al chavismo desde las aguas del Caribe.
«Hay una intensificación muy grande en la actividad aérea estadounidense frente a las costas venezolanas. Hace un rato incluso había Harriers, del Iwo Jima, que está en la zona. Se ha dado también una cantidad anormal de errores en el rastreo de las aeronaves. Lo llamativo es que pasara con la frecuencia que pasó, hasta de forma sistemática. Hay un debate de si lo hacen a propósito, sabiendo de que el régimen de Maduro usa FlightRadar24. Al final, son vuelos que forman parte de una campaña para afinar la recolección de datos e inteligencia para futuras operaciones y el elemento psicológico de ver a esas aeronaves entrando en Venezuela», explica a EL MUNDO el experto militar Andrei Serbin Pont, presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES).
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