Tras varias horas de calma desde que anunciara que reanuda la aplicación del alto el fuego, el ejército israelí dijo haber atacado esta tarde un almacén de armas en Beit Lahia Leer Tras varias horas de calma desde que anunciara que reanuda la aplicación del alto el fuego, el ejército israelí dijo haber atacado esta tarde un almacén de armas en Beit Lahia Leer
Tras una jornada marcada por una emboscada palestina y posteriores y letales bombardeos israelíes, la Franja de Gaza volvió a vivir este miércoles una tensa fecha con la tregua de examen a examen hasta su suspenso o por el contrario su continuidad. Como hacen desde el inicio de la tregua hace tres semanas, Israel y Hamas se vuelven acusar de vulnerar un acuerdo que, como estaba previsto, tiene más dificultades en el terreno que en el documento de 20 puntos del presidente estadounidense, Donald Trump.
Así, tras varias horas de calma desde que anunciara que reanuda la aplicación del alto el fuego, el ejército israelí dijo haber atacado esta tarde un almacén de armas en Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza alegando «que se iban a utilizar para ejecutar un inminente ataque terrorista» contra sus soldados y su país. Poco después, el grupo islamista dijo que un palestino murió en dicho ataque que define como «clara violación del acuerdo de tregua».
El ataque armado palestino del martes en una zona bajo control israelí en Rafah (sur de la Franja de Gaza) causó la muerte de un soldado del ejército que como respuesta llevó a cabo bombardeos durante toda la jornada hasta las 10 de la mañana del miércoles. Según el Ministerio de Sanidad bajo control de Hamas, 104 palestinos murieron, entre ellos 46 niños, y 253 heridos en el enclave que durante unas horas volvió a la pesadilla previa al acuerdo.
El grupo islamista denunció los bombardeos como «insidiosa escalada contra nuestro pueblo» y acusó a EEUU de dar «cobertura política» al gobierno de Benjamín Netanyahu para «continuar sus crímenes». Israel, por su parte, dijo que atacó «decenas de objetivos terroristas y terroristas incluyendo 30 terroristas que ocupaban puestos de mando en respuesta a las violaciones de Hamas».
En este sentido, Trump señaló que la tregua no estaba en peligro. «Según entiendo, mataron a un soldado israelí. Así que los israelíes respondieron, y con razón. Cuando eso sucede, deben responder», declaró el gran artífice del alto el fuego. Otro padrino del acuerdo, el primer ministro de Catar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman al-Thani, admitió que tanto el ataque contra las tropas israelíes como los posteriores bombardeos israelíes fueron «muy decepcionantes y frustrantes para nosotros».
Mientras Hamas denuncia que Israel sigue realizando ataques especialmente en la zona de la pactada línea amarilla y se desvincula de las acciones armadas realizadas contra las tropas, el gobierno israelí le acusa de realizar emboscadas pese a la tregua y sobre todo no cumplir lo pactado sobre los rehenes al no devolver aún los 13 cadáveres restantes en cautiverio desde el ataque del 7 de octubre del 2023.
La volatilidad de la situación desafía los esfuerzos internacionales liderados por EEUU para estabilizar y proteger el espíritu y la letra del texto convertido en la primera fase de la tregua. Hamas sabe que si avanza hacia la segunda fase con la devolución de todos los cuerpos de cadáveres restantes deberá entregar las armas lo que contradice su ADN primero ante Israel y luego ante milicias opuestas a su régimen. Pero si no avanza, se arriesga a que el acuerdo colapse y con ello la inmediata reanudación de la ofensiva por parte del gabinete de Netanyahu que avisa que Hamas será desarmado por las buenas o las malas.
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