La partida más difícil de la industria del videojuego

El pasado 13 de febrero tuvo lugar en Barcelona una escena inaudita en el sector de los videojuegos. Decenas de trabajadores de Ubisoft realizaron la primera huelga de la industria en España. Protestaban contra un supuesto ERE encubierto que la empresa habría llevado a cabo a través de un cambio sustancial de las condiciones laborales. Denunciaron –incluso ante la justicia– que el grupo había modificado de forma unilateral la política de teletrabajo forzando el regreso a la oficina la mayoría de días de la semana. De una plantilla de 200 trabajadores, el parón tuvo un seguimiento del 25%. La reivindicación en Barcelona trascendía fronteras, se enmarcaba en una jornada de huelga compartida con sus colegas en Francia e Italia. Había malestar por la ausencia de diálogo y el temor a nuevos recortes. En 2024, Ubisoft despidió a 277 trabajadores y cerró tres estudios.

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 La caída de la inversión tras la euforia de la pandemia ocasiona recortes a nivel mundial y provoca cierres de estudios en España  

El pasado 13 de febrero tuvo lugar en Barcelona una escena inaudita en el sector de los videojuegos. Decenas de trabajadores de Ubisoft realizaron la primera huelga de la industria en España. Protestaban contra un supuesto ERE encubierto que la empresa habría llevado a cabo a través de un cambio sustancial de las condiciones laborales. Denunciaron –incluso ante la justicia– que el grupo había modificado de forma unilateral la política de teletrabajo forzando el regreso a la oficina la mayoría de días de la semana. De una plantilla de 200 trabajadores, el parón tuvo un seguimiento del 25%. La reivindicación en Barcelona trascendía fronteras, se enmarcaba en una jornada de huelga compartida con sus colegas en Francia e Italia. Había malestar por la ausencia de diálogo y el temor a nuevos recortes. En 2024, Ubisoft despidió a 277 trabajadores y cerró tres estudios.

Algo está cambiando en el sector del videojuego, dominado por grandes multinacionales que siempre han ofrecido a sus trabajadores los mejores salarios y condiciones a causa del crecimiento imparable del consumo de videojuegos entre la población.

Desde hace un par de años, la austeridad recorre el sector a nivel global. La inversión ha caído después del auge durante la pandemia, que impulsó todos los negocios digitales y, en especial, los servicios de entretenimiento en el hogar. Tal y como refleja el gráfico, la cifra global de operaciones cayó a 812 en el 2024, hasta los 7.600 millones de dólares, unos datos que contrastan con los años 2021 y 2022. En cuanto a los despidos, más de 14.800 personas perdieron el empleo en el 2024 y, en el año anterior, 10.500 personas se fueron a la calle, según datos de Statista. Entre ellos, había profesionales de grupos de referencia como Electronic Arts, Take Two, King, Playstation Studios, Xbox o Bandai Namco, la mayoría con presencia en Barcelona y Madrid. Es cierto que no todos los recortes se han hecho notar en España pero la inquietud se ha apoderado de la fuerza laboral, formada por 9.261 trabajadores, según la última edición del Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos , elaborado por la asociación DEV, de empresas productoras y desarrolladoras.

En dos años han cerrado Novarama, Tequila, Lince y la filial de Smilegate, en Barcelona

El sindicato CGT ha constituido la primera Coordinadora Sindical del Videojuego, una institución que ha canalizado la protesta de Ubisoft y que ha permitido a CGT conseguir representación entre la plantilla de grandes estudios como King, Blizzard, 2K o Gameloft. Resultan movimientos inéditos en un sector ajeno a la tradición sindical y a la lucha por los derechos de los trabajadores. Al igual que la industria tecnológica, las reivindicaciones nunca habían estado en su ADN porque las condiciones estaban por encima de la media del país. En Barcelona, por ejemplo, un desarrollador puede cobrar un salario base de unos 40.000 euros, según Glassdor.

El sector vive una transformación por un cambio de hábitos hacia juegos muy interactivos e infinitos

Además de los recortes de plantilla, en los últimos dos años ha causado preocupación el cierre de estudios icónicos como Novarama, Lince Works, Tequila Works, así como la división barcelonesa del gigante surcoreano Smilegate. ¿Está el sector en crisis? No hay consenso en el sector. Por parte de los trabajadores, parece muy claro: “estamos preocupados por los recortes de las grandes compañías. Aunque Ubisoft ha rebajado el tono y todavía no ha implantado el cambio de modelo de trabajo, el panorama de futuro no es alentador”, lamentan fuentes sindicales de la empresa, que prefieren no revelar su identidad. Bajo su punto de vista, el sector sufre una crisis de modelo de negocio después de ver cómo ha caído de forma drástica la inversión de los fondos inversores de capital riesgo. “Entraron con la euforia de la pandemia esperando retornos inmediatos pero ahora han visto que la industria no funciona así: desarrollar un videojuego es caro, complejo y conlleva tiempo”, comenta el trabajador.

Mientras que los trabajadores hablan de crisis, los empresarios hablan de pequeños ajustes

En cambio, no hay ni rastro de preocupación entre el empresariado, que rechaza hablar de crisis. Al menos eso se desprendía en un acto celebrado esta semana en el Cercle d’Economia, donde participaron Xavier Carrillo, fundador de Digital Legends (estudio adquirido por Activision Blizzard Microsoft); Enric Cabestany, director general de FunPlus en Barcelona; Joan Francesc Bañó, director de la incubadora GameBCN; y Gina Tost, exsecretaria de políticas digitales de la Generalitat. “Los recortes responden a un pequeño ajuste tras la pandemia, es algo cíclico y natural, seguro que el empleo volverá a subir”, confiaba Carrillo. También quitaba hierro a los despidos Joan Francesc Bañó: “Barcelona no es ajena a la coyuntura global de la caída de la inversión y también es susceptible a los recortes que se producen cuando hay adquisiciones entre compañías”. Eso le sucedió al estudio barcelonés Novarama, que fue comprado por el gigante chino Tencent y que al cabo de poco tiempo bajó la persiana. El empresariado le volvió a quitar hierro: “el ecosistema es resiliente, de este cierre ya han salido tres pequeños estudios del fundador y de los trabajadores”, añadieron.

El sector de los videojuegos español está formado por más de 9.000 profesionales, de los cuales más de 4.000 están en Catalunya

Por parte de la asociación DEV, de desarrolladores y productores españoles, la opinión es que los ajustes responden a una transformación de fondo propiciada por un cambio de hábitos en el consumo de videojuegos. “No hay recesión. Los ingresos siguen creciendo año tras año y el consumo de videojuegos en el móvil sigue al alza en todo el mundo”, sostiene Emanuele Carisio, portavoz de la asociación. En efecto, la facturación de las compañías españolas marca un hito año tras año, con 2.339 millones en el 2023, el doble que hace siete años, según los últimos datos de la asociación AEVI.

Este cambio de hábitos ha hecho tambalear las estructuras tradicionales del sector porque, según Carisio, ya no predominan los juegos de consola –que el consumidor adquiría una sola vez– sino que ahora se han popularizado juegos en plataformas como Roblox y propuestas como Fortnite o Minecraft , que ofrecen interacciones sociales constantes y juegos infinitos, factores que enganchan al consumidor.

En este sentido, Iván Lobo, organizador del congreso GameLab, considera que la industria tiene que adaptarse. “Barcelona siempre ha sido capaz de ofrecer perfiles creativos pero es necesario ampliar el foco y fomentar la atracción de profesionales vinculados con el marketing, la organización de eventos y la red de proveedores, de software y hardware”. En el Cercle, los empresarios se expresaron en la misma línea: “no necesitamos más talento, sino enfocar mejor las áreas en que los profesionales son necesarios, escuchando a la pequeña y gran empresa”, concluyeron.

El sector pide incentivos fiscales como en el cine

El sector del videojuego español tiene varias demandas para intentar remontar la situación. En la jornada del Cercle d’Economia, los empresarios pedían acceso a más financiación local, una demanda compartida con todo el sector digital, pero también se hizo especial hincapié en la mejora de los incentivos fiscales. En este sentido, la asociación DEV reclama la modificación de la ley del Impuesto de Sociedades para lograr una desgravación fiscal del 20% en la producción de videojuegos. Con esta medida, el sector busca equipararse a los beneficios que ya goza la industria audiovisual del cine, las artes escénicas y la música en vivo. Asimismo, la DEV reclama que el sector cuente con deducciones fiscales para los contribuyentes que participen en la financiación de producciones españolas de videojuegos. “Este tipo de incentivos ya existen en otros países europeos como Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos y Reino Unido y vemos que allí estas medidas ayudan a aumentar el número de producciones, atrayendo a grandes inversiones y estableciendo un efecto multiplicador importante”, comenta el portavoz Emanuele Carisio. Estos incentivos son especialmente necesarios para los pequeños estudios, que configuran la mayor parte del tejido del videojuego español y que gozan de menos recursos. “Estos pequeños estudios tienen mucha capacidad de resiliencia y adaptación, pero las ayudas fiscales a la producción de desarrollo les resultarían de gran ayuda. La competencia de grandes multinacionales es feroz, y más aún sabiendo que ahora todas las grandes tecnológicas como Microsoft, Tencent, Amazon o Netflix están entrando a competir”, apunta.

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