La paradoja de la recarga de los coches eléctricos

La red de infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos en España tiene un punto en común con el gato de la teoría del físico Schrödinger, y es que puede estar muerta o muy viva al mismo tiempo. La conclusión depende mucho del punto de vista del observador. La malla de puntos de recarga crece a buen ritmo según los expertos, pero los datos no convencen al gran público, que sigue pensando que es insuficiente, lenta y de difícil acceso.

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 La malla de puntos disponibles crece pero no elimina la incertidumbre de la gente  

La red de infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos en España tiene un punto en común con el gato de la teoría del físico Schrödinger, y es que puede estar muerta o muy viva al mismo tiempo. La conclusión depende mucho del punto de vista del observador. La malla de puntos de recarga crece a buen ritmo según los expertos, pero los datos no convencen al gran público, que sigue pensando que es insuficiente, lenta y de difícil acceso.

Los cargadores más rápidos con 250 kw tienen capacidad para 300 kilómetros de autonomía en menos de 15 minutos

A 1 de junio, en España hay instalados 46.684 puntos de recarga de acceso público, según los datos de Aedive, la asociación de empresas de la movilidad eléctrica. Supone un crecimiento del 3% respecto a diciembre de 2024. Representa, aproximadamente, unos 10-12 vehículos electrificados por punto de recarga, teniendo en cuenta el parque móvil a cierre de 2024 (599.877 unidades según Aedive) y las matriculaciones de los últimos cinco meses. La previsión de la asociación es que 2025 cierre con 55.000 puntos.

Dado este dato en frío, podríamos convenir que la red de acceso público (sin contar la instalada en hogares o empresas) es suficiente para el parque móvil, como aseguran los expertos. Pero en los vehículos eléctricos y en la red de recarga, hay que hilar un poco más fino. A grosso modo, las instalaciones se podrían dividir en tres categorías: las de carga lenta (por debajo de 22 kw de potencia y que tardan tres horas o más en recargar), las de carga rápida (entre 50 y 150kw, que dan tiempos entre hora y media y 30 minutos) y los de recarga ultrarápida, desde 150 kw hasta más de 250kw, que pueden aportar 300 kilómetros de autonomía en menos de 15 minutos , adecuados para vehículos pesados.

Catalunya encabeza el ranking de regiones con más emplazamientos de recarga para vehículos eléctricos, 10.703 puntos

Como resalta Anfac, la asociación de fabricantes de automóviles, en su barómetro de la Electromovilidad, el 70% de los puntos de recarga públicos son de carga lenta. Aunque los rápidos son los que crecen con más fuerza, con tasas de ascenso medias en el año cercanas al 50%, a marzo de 2025, solo había instalados 4.000 puntos de recarga por encima de los 150 kw. Y de estos, 3.060 puntos están instalados en vías interurbanas. Tan solo el 7% de los puntos de recarga de acceso público interurbanos presenta potencias por encima de los 250 kw, que aportan una experiencia muy cercana a una gasolinera actual.

Pablo Pirles, director general de Iberdrola |bp pulse España, uno de los principales operadores de recarga rápida con 1.300 puntos ya instalados, menciona la “fuerte tradición española” de largos desplazamientos por carretera, especialmente en vacaciones y la “elevada afluencia de turismo europeo en coche”. “Las recargas rápidas en autovías y autopistas son esenciales para facilitar estos desplazamientos. Permiten al usuario viajar sin la ansiedad por la autonomía”, una de las trabas al coche eléctrico. Su empresa acaba de instalar el hub de carga más grande España, en Granada, y aspiran a alcanzar los 11.700 puntos propios en 2030.

Sin embargo, la carga rápida, siendo relevante, no es el único caso de uso del vehículo eléctrico. Los largos viajes son ocasionales para el grueso de los conductores. Como explica Laura Goncalves, directora general de Powerdot en España, “la recarga en destino permite que el coche se cargue sin interrumpir la rutina” ni salir en busca de una electrolinera. “En Powerdot operamos puntos que permiten recargar un vehículo en un intervalo de entre 20 y 45 minutos”, explica. Un mallado amplio en centros comerciales, hoteles o restaurantes incrementaría la seguridad del usuario.

Hay más trabas, como la unificación de los pagos, la pluralidad de aplicaciones para el uso de los puntos o la información sobre los mismos, que no facilitan la usabilidad. Pero aún así, el principal obstáculo a la instalación de puntos, dicen todos los expertos al unísono, no es en todo caso “tecnológico sino burocrático”, tanto por los permisos administrativos como por los trámites a realizar con la distribuidora eléctrica, señala Aedive. Desde Anfac, también reclaman una correcta y amplia señalización de los puntos en las carreteras, como pasa con las gasolineras. A esta información, contribuye el mapa Reve, del Ministerio para la Transición Ecológica, una herramienta que identifica a tiempo real todos los puntos disponibles con su ubicación, potencia, tiempo de recarga y otros servicios.

 Economía

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