Desde el hielo perpetuo del glaciar de Siachen, el campo de batalla más alto del mundo, hasta la cálida costa de Visakhapatnam en el sur, la India se desplegó este sábado en una coreografía masiva para celebrar el Día Internacional del Yoga, su exportación cultural más exitosa y su más eficaz herramienta de ‘poder blando’ en la escena mundial.
A nivel nacional, la sesión especial de este sábado reunió, según cifras del gobierno, a más de 100 millones de participantes
Desde el hielo perpetuo del glaciar de Siachen, el campo de batalla más alto del mundo, hasta la cálida costa de Visakhapatnam en el sur, la India se desplegó este sábado en una coreografía masiva para celebrar el Día Internacional del Yoga, su exportación cultural más exitosa y su más eficaz herramienta de ‘poder blando’ en la escena mundial.
Desde que en 2014, con la llegada de Modi al poder, la India impulsó la resolución en la ONU que hoy secundan 177 naciones, el yoga se ha convertido en un pilar de la identidad india contemporánea.
La jornada estuvo marcada por las demostraciones de participación masiva. En el estado occidental de Gujarat, 2.121 personas batieron un récord mundial Guinness al mantener la “postura de la cobra” durante más de dos minutos, según certificó a los medios un juez oficial.
A nivel nacional, la sesión especial de este sábado reunió, según cifras del gobierno, a más de 100 millones de participantes, incluyendo eventos dirigidos por ministros, celebridades de Bollywood, escuelas, yoguis, o la movilización de las Fuerzas Armadas.
Las raíces del yoga en la India se remontan a más de 5.000 años, con menciones en los textos sagrados de los Vedas. Fue el sabio Patanjali quien, en torno al año 400 d.C., sistematizó esta disciplina en los “Yoga Sutras”, un texto fundamental que define el yoga como un camino de ocho pasos para calmar la mente y alcanzar un estado de unión entre el cuerpo, la mente y el espíritu.
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