Josef Aschbacher, director general de la Agencia Espacial Europea: «Quien controle el espacio, controlará el planeta Tierra»

«O estás en la mesa o estás en el menú». Este es el mantra que el equipo de Josef Aschbacher (Austria, 1962), actual director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), repite de manera constante en sus apariciones públicas. El objetivo: concienciar a la sociedad de la necesidad de que el viejo continente despierte para reclamar su hueco en materia espacial. Y parece que la estrategia ha sido efectiva, pues los estados miembros acaban de aprobar para los próximos tres años invertir en la ESA 22.300 millones de euros, cincuenta millones más de lo que había pedido el propio Aschbacher. «Es la primera vez que ocurre, además de ser el presupuesto más alto de la historia de la agencia », dice orgulloso el astrónomo austriaco reconvertido en el más alto cargo de Europa en el espacio. Su sonrisa es patente tras firmar un acuerdo con el IE University por el que impulsarán las nuevas generaciones que liderarán, como ahora hace él mismo, el territorio más allá de nuestras fronteras terrestres. Allí donde Europa pugna por no perder su trozo de pastel. – ¿Cuáles son sus sensaciones después de la Ministerial del Consejo en Bremen?-Estoy muy impresionado. Es mucho más de lo que esperábamos, incluyéndome a mí mismo. Es la primera vez que obtenemos más dinero del que propone la dirección, lo que es bastante inusual: normalmente se obtiene alrededor del 90%. Además, es el presupuesto más alto de la historia. Y todo en la situación económica actual, que es muy ajustada. No obstante, los países se han percatado de que el espacio es un lugar clave, no solo por las tecnologías diarias que lo utilizan, sino también para la defensa. – España ha aportado el doble que hace tres años. ¿Esto repercutirá en que pronto podamos ver al astronauta español Pablo Álvarez en la Estación Espacial Internacional?- Por supuesto. Aunque no hay que olvidar que España, al invertir en la ESA, también invierte en su propia industria, ya que lo destinamos a programas en los que luego participan las empresas españolas. Los astronautas son muy importantes y, además, muy visibles. Aún no hay fecha para Pablo , porque tenemos que ponernos de acuerdo con la NASA sobre las oportunidades de vuelo, pero negociaré para conseguir que se le asigne una misión en los próximos tres años.Noticia Relacionada estandar No De un castillo en ruinas a las lunas de Júpiter: la huella de Madrid en la historia espacial Patricia Biosca- Hablando de la relación con la NASA: en los últimos tiempos se han visto fricciones por el presupuesto propuesto por Donald Trump, que pretendía recortar en misiones en las que colabora Europa. ¿Cuál es la situación ahora mismo?- La cooperación NASA-ESA siempre ha sido fuerte: llevamos 50 años trabajando juntos. Es cierto que la agencia estadounidense está pasando por cambios en este momento, pero eso es normal. Cada país está pasando por algo parecido, también dentro de Europa, y creo que la ESA tiene flexibilidad para adaptarse a esta situación. Pero ciertamente, una lección que hemos aprendido es que necesitamos volvernos más fuertes. Y podemos hacerlo: tenemos a los ingenieros, los científicos y la industria preparados. Necesitamos ser más autónomos, más independientes, y esto está en el núcleo de la propuesta que hice a los ministros en Bremen hace unos días y a la que respondieron favorablemente.Josef Aschbacher, Director General de la ESA y Manuel Muñiz, Provost de IE University, durante la firma del acuerdo de colaboración IE University- Durante su mandato ha sufrido de lleno la ‘crisis de los lanzadores’. Con el despegue de Ariane 6 y sin incidentes con Vega-C desde hace tiempo, ¿podemos decir que hemos superado este episodio?- Fue un capítulo crítico. Yo mismo lo bauticé con ese nombre para que la gente se diera cuenta de cuánto dependemos de los cohetes. En ese momento no teníamos capacidad autónoma para llegar al espacio y tuvimos que contratar los servicios de otros. Pero ahora que Vega C y Ariane 6 están aumentando su ritmo de despegues podemos decir que la crisis ha terminado. Es fundamental, sin embargo, garantizar nuestro acceso al espacio no solo ahora, sino también en el mañana. Por eso lanzamos el European Launcher Challenge, un proyecto para impulsar a empresas privadas europeas que construyen cohetes. De hecho, en la preselección se encuentra una compañía española, PLD Space , junto con otras cuatro empresas más. La idea es que Europa se apoye más en el sector privado, como hace la NASA, pero sin perder nuestra mentalidad ni nuestra identidad, garantizando que estas empresas estén disponibles para nosotros en el futuro y no sean compradas por propietarios extranjeros.«Si los políticos me dicen que quieren llevar astronautas europeos a la Luna, estaré encantado de oírlo y lo haremos»- También su equipo ha hecho una apuesta decidida por la exploración espacial humana. ¿Cuándo veremos al primer europeo pisar la Luna?- A día de hoy no existe un proyecto para poner al primer europeo sobre la Luna. Tenemos tres asientos a la estación lunar Gateway de la NASA por nuestra colaboración con el Programa Artemis, pero los astronautas que vayan en esas misiones no pisarán nuestro satélite. Aun así, me reitero: si los políticos me dicen ‘Querido Joseph, por favor, lleva a los astronautas europeos a la Luna’, yo estaré encantado de oírlo. Entonces, desarrollaré un proyecto en consecuencia y lo haremos. Pero esto requiere una decisión política y financiación.Noticia Relacionada estandar Si David contra Goliath: Europa quiere su trozo de pastel del espacio Rosalía Sánchez La Agencia Espacial Europea invierte en pequeñas compañías privadas, como PLD Space o The Exploration Company- ¿Cómo ve el espacio en 10, 20 y 30 años?- Justo acabamos de publicar este año una estrategia para 2040, así que nos hemos puesto ese marco de tiempo para conseguir diferentes objetivos e imaginar el lugar de Europa en el futuro. Es claro que el espacio cambiará drásticamente. Será parte aún más importante de la vida diaria. Pero también se convertirá en la próxima frontera: quien controle el espacio controlará el planeta Tierra. Cada vez más será un lugar de competencia geopolítica. Y Europa tiene que saber encontrar su sitio. «O estás en la mesa o estás en el menú». Este es el mantra que el equipo de Josef Aschbacher (Austria, 1962), actual director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), repite de manera constante en sus apariciones públicas. El objetivo: concienciar a la sociedad de la necesidad de que el viejo continente despierte para reclamar su hueco en materia espacial. Y parece que la estrategia ha sido efectiva, pues los estados miembros acaban de aprobar para los próximos tres años invertir en la ESA 22.300 millones de euros, cincuenta millones más de lo que había pedido el propio Aschbacher. «Es la primera vez que ocurre, además de ser el presupuesto más alto de la historia de la agencia », dice orgulloso el astrónomo austriaco reconvertido en el más alto cargo de Europa en el espacio. Su sonrisa es patente tras firmar un acuerdo con el IE University por el que impulsarán las nuevas generaciones que liderarán, como ahora hace él mismo, el territorio más allá de nuestras fronteras terrestres. Allí donde Europa pugna por no perder su trozo de pastel. – ¿Cuáles son sus sensaciones después de la Ministerial del Consejo en Bremen?-Estoy muy impresionado. Es mucho más de lo que esperábamos, incluyéndome a mí mismo. Es la primera vez que obtenemos más dinero del que propone la dirección, lo que es bastante inusual: normalmente se obtiene alrededor del 90%. Además, es el presupuesto más alto de la historia. Y todo en la situación económica actual, que es muy ajustada. No obstante, los países se han percatado de que el espacio es un lugar clave, no solo por las tecnologías diarias que lo utilizan, sino también para la defensa. – España ha aportado el doble que hace tres años. ¿Esto repercutirá en que pronto podamos ver al astronauta español Pablo Álvarez en la Estación Espacial Internacional?- Por supuesto. Aunque no hay que olvidar que España, al invertir en la ESA, también invierte en su propia industria, ya que lo destinamos a programas en los que luego participan las empresas españolas. Los astronautas son muy importantes y, además, muy visibles. Aún no hay fecha para Pablo , porque tenemos que ponernos de acuerdo con la NASA sobre las oportunidades de vuelo, pero negociaré para conseguir que se le asigne una misión en los próximos tres años.Noticia Relacionada estandar No De un castillo en ruinas a las lunas de Júpiter: la huella de Madrid en la historia espacial Patricia Biosca- Hablando de la relación con la NASA: en los últimos tiempos se han visto fricciones por el presupuesto propuesto por Donald Trump, que pretendía recortar en misiones en las que colabora Europa. ¿Cuál es la situación ahora mismo?- La cooperación NASA-ESA siempre ha sido fuerte: llevamos 50 años trabajando juntos. Es cierto que la agencia estadounidense está pasando por cambios en este momento, pero eso es normal. Cada país está pasando por algo parecido, también dentro de Europa, y creo que la ESA tiene flexibilidad para adaptarse a esta situación. Pero ciertamente, una lección que hemos aprendido es que necesitamos volvernos más fuertes. Y podemos hacerlo: tenemos a los ingenieros, los científicos y la industria preparados. Necesitamos ser más autónomos, más independientes, y esto está en el núcleo de la propuesta que hice a los ministros en Bremen hace unos días y a la que respondieron favorablemente.Josef Aschbacher, Director General de la ESA y Manuel Muñiz, Provost de IE University, durante la firma del acuerdo de colaboración IE University- Durante su mandato ha sufrido de lleno la ‘crisis de los lanzadores’. Con el despegue de Ariane 6 y sin incidentes con Vega-C desde hace tiempo, ¿podemos decir que hemos superado este episodio?- Fue un capítulo crítico. Yo mismo lo bauticé con ese nombre para que la gente se diera cuenta de cuánto dependemos de los cohetes. En ese momento no teníamos capacidad autónoma para llegar al espacio y tuvimos que contratar los servicios de otros. Pero ahora que Vega C y Ariane 6 están aumentando su ritmo de despegues podemos decir que la crisis ha terminado. Es fundamental, sin embargo, garantizar nuestro acceso al espacio no solo ahora, sino también en el mañana. Por eso lanzamos el European Launcher Challenge, un proyecto para impulsar a empresas privadas europeas que construyen cohetes. De hecho, en la preselección se encuentra una compañía española, PLD Space , junto con otras cuatro empresas más. La idea es que Europa se apoye más en el sector privado, como hace la NASA, pero sin perder nuestra mentalidad ni nuestra identidad, garantizando que estas empresas estén disponibles para nosotros en el futuro y no sean compradas por propietarios extranjeros.«Si los políticos me dicen que quieren llevar astronautas europeos a la Luna, estaré encantado de oírlo y lo haremos»- También su equipo ha hecho una apuesta decidida por la exploración espacial humana. ¿Cuándo veremos al primer europeo pisar la Luna?- A día de hoy no existe un proyecto para poner al primer europeo sobre la Luna. Tenemos tres asientos a la estación lunar Gateway de la NASA por nuestra colaboración con el Programa Artemis, pero los astronautas que vayan en esas misiones no pisarán nuestro satélite. Aun así, me reitero: si los políticos me dicen ‘Querido Joseph, por favor, lleva a los astronautas europeos a la Luna’, yo estaré encantado de oírlo. Entonces, desarrollaré un proyecto en consecuencia y lo haremos. Pero esto requiere una decisión política y financiación.Noticia Relacionada estandar Si David contra Goliath: Europa quiere su trozo de pastel del espacio Rosalía Sánchez La Agencia Espacial Europea invierte en pequeñas compañías privadas, como PLD Space o The Exploration Company- ¿Cómo ve el espacio en 10, 20 y 30 años?- Justo acabamos de publicar este año una estrategia para 2040, así que nos hemos puesto ese marco de tiempo para conseguir diferentes objetivos e imaginar el lugar de Europa en el futuro. Es claro que el espacio cambiará drásticamente. Será parte aún más importante de la vida diaria. Pero también se convertirá en la próxima frontera: quien controle el espacio controlará el planeta Tierra. Cada vez más será un lugar de competencia geopolítica. Y Europa tiene que saber encontrar su sitio.  

«O estás en la mesa o estás en el menú». Este es el mantra que el equipo de Josef Aschbacher (Austria, 1962), actual director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), repite de manera constante en sus apariciones públicas. El objetivo: concienciar a la … sociedad de la necesidad de que el viejo continente despierte para reclamar su hueco en materia espacial. Y parece que la estrategia ha sido efectiva, pues los estados miembros acaban de aprobar para los próximos tres años invertir en la ESA 22.300 millones de euros, cincuenta millones más de lo que había pedido el propio Aschbacher.

«Es la primera vez que ocurre, además de ser el presupuesto más alto de la historia de la agencia», dice orgulloso el astrónomo austriaco reconvertido en el más alto cargo de Europa en el espacio. Su sonrisa es patente tras firmar un acuerdo con el IE University por el que impulsarán las nuevas generaciones que liderarán, como ahora hace él mismo, el territorio más allá de nuestras fronteras terrestres. Allí donde Europa pugna por no perder su trozo de pastel.

– ¿Cuáles son sus sensaciones después de la Ministerial del Consejo en Bremen?

-Estoy muy impresionado. Es mucho más de lo que esperábamos, incluyéndome a mí mismo. Es la primera vez que obtenemos más dinero del que propone la dirección, lo que es bastante inusual: normalmente se obtiene alrededor del 90%. Además, es el presupuesto más alto de la historia. Y todo en la situación económica actual, que es muy ajustada. No obstante, los países se han percatado de que el espacio es un lugar clave, no solo por las tecnologías diarias que lo utilizan, sino también para la defensa.

– España ha aportado el doble que hace tres años. ¿Esto repercutirá en que pronto podamos ver al astronauta español Pablo Álvarez en la Estación Espacial Internacional?

– Por supuesto. Aunque no hay que olvidar que España, al invertir en la ESA, también invierte en su propia industria, ya que lo destinamos a programas en los que luego participan las empresas españolas. Los astronautas son muy importantes y, además, muy visibles. Aún no hay fecha para Pablo, porque tenemos que ponernos de acuerdo con la NASA sobre las oportunidades de vuelo, pero negociaré para conseguir que se le asigne una misión en los próximos tres años.

– Hablando de la relación con la NASA: en los últimos tiempos se han visto fricciones por el presupuesto propuesto por Donald Trump, que pretendía recortar en misiones en las que colabora Europa. ¿Cuál es la situación ahora mismo?

– La cooperación NASA-ESA siempre ha sido fuerte: llevamos 50 años trabajando juntos. Es cierto que la agencia estadounidense está pasando por cambios en este momento, pero eso es normal. Cada país está pasando por algo parecido, también dentro de Europa, y creo que la ESA tiene flexibilidad para adaptarse a esta situación. Pero ciertamente, una lección que hemos aprendido es que necesitamos volvernos más fuertes. Y podemos hacerlo: tenemos a los ingenieros, los científicos y la industria preparados. Necesitamos ser más autónomos, más independientes, y esto está en el núcleo de la propuesta que hice a los ministros en Bremen hace unos días y a la que respondieron favorablemente.

Josef Aschbacher, Director General de la ESA y Manuel Muñiz, Provost de IE University, durante la firma del acuerdo de colaboración
IE University

– Durante su mandato ha sufrido de lleno la ‘crisis de los lanzadores’. Con el despegue de Ariane 6 y sin incidentes con Vega-C desde hace tiempo, ¿podemos decir que hemos superado este episodio?

– Fue un capítulo crítico. Yo mismo lo bauticé con ese nombre para que la gente se diera cuenta de cuánto dependemos de los cohetes. En ese momento no teníamos capacidad autónoma para llegar al espacio y tuvimos que contratar los servicios de otros. Pero ahora que Vega C y Ariane 6 están aumentando su ritmo de despegues podemos decir que la crisis ha terminado. Es fundamental, sin embargo, garantizar nuestro acceso al espacio no solo ahora, sino también en el mañana. Por eso lanzamos el European Launcher Challenge, un proyecto para impulsar a empresas privadas europeas que construyen cohetes. De hecho, en la preselección se encuentra una compañía española, PLD Space, junto con otras cuatro empresas más. La idea es que Europa se apoye más en el sector privado, como hace la NASA, pero sin perder nuestra mentalidad ni nuestra identidad, garantizando que estas empresas estén disponibles para nosotros en el futuro y no sean compradas por propietarios extranjeros.

«Si los políticos me dicen que quieren llevar astronautas europeos a la Luna, estaré encantado de oírlo y lo haremos»

– También su equipo ha hecho una apuesta decidida por la exploración espacial humana. ¿Cuándo veremos al primer europeo pisar la Luna?

– A día de hoy no existe un proyecto para poner al primer europeo sobre la Luna. Tenemos tres asientos a la estación lunar Gateway de la NASA por nuestra colaboración con el Programa Artemis, pero los astronautas que vayan en esas misiones no pisarán nuestro satélite. Aun así, me reitero: si los políticos me dicen ‘Querido Joseph, por favor, lleva a los astronautas europeos a la Luna’, yo estaré encantado de oírlo. Entonces, desarrollaré un proyecto en consecuencia y lo haremos. Pero esto requiere una decisión política y financiación.

– ¿Cómo ve el espacio en 10, 20 y 30 años?

– Justo acabamos de publicar este año una estrategia para 2040, así que nos hemos puesto ese marco de tiempo para conseguir diferentes objetivos e imaginar el lugar de Europa en el futuro. Es claro que el espacio cambiará drásticamente. Será parte aún más importante de la vida diaria. Pero también se convertirá en la próxima frontera: quien controle el espacio controlará el planeta Tierra. Cada vez más será un lugar de competencia geopolítica. Y Europa tiene que saber encontrar su sitio.

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