Generar oportunidades de futuro para las nuevas generaciones es uno de los principales retos de Jordi Canals, profesor de Economía y Dirección Estratégica en el IESE. Por ello, impulsa desde el 2019 la iniciativa “Education for Jobs”, a través de la cual coordina informes sobre empleo juvenil y el desajuste entre formación y mercado laboral. Los últimos datos, recién presentados, no arrojan resultados demasiado positivos. Un ejemplo: más del 90% de los directivos consultados detecta un desajuste entre las competencias que necesita su empresa y las que ofrece el sistema educativo. ¿Se puede mejorar? Están en ello, asegura.
El profesor de Economía y Dirección Estratégica dirige el informe ‘Education for jobs’
Generar oportunidades de futuro para las nuevas generaciones es uno de los principales retos de Jordi Canals, profesor de Economía y Dirección Estratégica en el IESE. Por ello, impulsa desde el 2019 la iniciativa “Education for Jobs”, a través de la cual coordina informes sobre empleo juvenil y el desajuste entre formación y mercado laboral. Los últimos datos, recién presentados, no arrojan resultados demasiado positivos. Un ejemplo: más del 90% de los directivos consultados detecta un desajuste entre las competencias que necesita su empresa y las que ofrece el sistema educativo. ¿Se puede mejorar? Están en ello, asegura.
Necesidades
Hay que mejorar la educación y acercarla a las necesidades reales de las empresas”
La tasa de desempleo entre los jóvenes de 16 a 24 años alcanza ya al 26,5% en el quinto trimestre, casi el doble que la Unión Europea. ¿Qué nos está pasando?
Conviene verlo también en cifras absolutas. Hablamos de un millón y medio de jóvenes buscando empleo, muchos sin estudios superiores, que no logran encontrarlo. Al mismo tiempo, hay un dato adicional de Infojobs, un poco más impreciso, que estima que hay 1,2 millones de puestos de trabajo vacantes en España. No es una cifra matemática, porque Infojobs no cubre toda la economía, pero la propia SEPE reportaba hace unas semanas que hay cerca de 200.000 puestos de trabajo vacantes en España.¿Por qué este desajuste? Porque las capacidades que demandan las empresas no coinciden con las que ofrecen los jóvenes. Faltan técnicos en cloud , ciberseguridad, programación… o enfermería. Es un problema estructural.
¿De quién es la responsabilidad?
Nosotros, en nuestros informes, hablamos de un triángulo: Gobierno y los gobiernos autonómicos con competencias sobre temas de formación por un lado, centros educativos y empresas. Alguien se tiene que encargar de que este triángulo funcione y quien tiene la responsabilidad última es el Gobierno, porque es quien cuida del interés general. En Europa tenemos ejemplos positivos y funcionales de este triángulo en Alemania, Suecia o Dinamarca. En España, en cambio, la participación real de las empresas en definir la oferta educativa es casi inexistente. Se perdió una oportunidad con la ley de FP Dual, que no involucró suficientemente a empresas claves por sectores.
¿Por qué no se cuenta más con las empresas?
Es una cuestión de tradición administrativa. La administración pública española tiende a pensar que ya sabe lo que hay que hacer. No es por mala intención, pero el resultado es una escasa implicación del tejido empresarial en la formación. Aun así, hay ejemplos positivos: el complejo químico de Tarragona, Airbus, BASF, Gestamp… Grandes compañías que colaboran estrechamente con centros de FP y universidades. Pero las pymes, que carecen de recursos, quedan fuera. Para escalar el modelo se necesitan políticas públicas que generen un ecosistema estable.
¿Qué es lo que hay que resolver entonces?
La cercanía de las empresas, tanto en la definición de las necesidades como también en la ayuda concreta a los centros de formación profesional. Tenemos ejemplos de empresas que, por necesidad o por convicción, ya colaboran de una manera informal con los centros de formación profesional. Tienen profesores que dan charlas, ofrecen clases complementarias porque no están en el currículum aprobado por el ministerio, ofrecen mentores para que hablen con los alumnos y tienen programas de contratación anual. Si esto se generaliza a todo el tejido empresarial de España sería una bomba.
Contratación
“La primera acción social de una empresa es contratar jóvenes, formarlos y cuidarlos”
¿No limitaríamos así al alumno a una formación muy dirigida a las necesidades inmediatas de la empresa?
El sistema educativo debe abrir horizontes, pero el principal motivo de insatisfacción de los jóvenes hoy no es la vivienda, sino la falta de empleo. Facilitar el acceso al primer trabajo es crucial. Luego, con experiencia, podrán evolucionar. Lo dramático es buscar empleo cuatro años y no encontrarlo. Por eso urge alinear la formación con el mercado, sin renunciar a una educación integral.
Las empresas reclaman resiliencia, iniciativa y compromiso, cualidades que no siempre encuentran en los jóvenes. ¿Es un problema generacional o de formación?
Es un reflejo de lo que vivimos en la sociedad: inmediatez, búsqueda de reconocimiento rápido… La empresa no puede resolver sola este reto, pero puede acoger mejor a los jóvenes. También sería útil aprovechar a quienes se jubilan como mentores. Hay empresas que ya lo hacen con éxito.
Y la pandemia lo empeoró.
Aceleró problemas previos, como el aislamiento de los jóvenes por redes sociales y smartphones, que generan soledad. El teletrabajo, además, ha beneficiado a unos, sobre todo con cargas familiares, dándonos flexibilidad. Pero el teletrabajo para la gente joven es nocivo. La gente joven lo que necesitas es la interacción cara a cara. Necesita conocer la empresa, su cultura y el teletrabajo no facilita la integración de la gente joven.
¿Volveremos a ver empleados con 20 años de antigüedad comprometidos con una misma marca?
No idealizo el pasado, pero el reto sigue siendo atraer talento, cuidarlo y retenerlo. Las empresas tendrán que adaptarse, como siempre. Algunas en España ya lo están haciendo bien.
¿Cómo será el trabajador del futuro y qué cualidades deberá tener?
El trabajo cambiará sobre todo por dos factores: la tecnología y el trabajo en equipo. La tecnología potenciará lo más humano, como la confianza y la atención personalizada, ayudando a resolver problemas con datos e inteligencia artificial que no reemplazará a las personas, sino que las complementará. Al mismo tiempo, la colaboración será clave. Después de años de priorizar la eficiencia y la competencia individual, vemos más soledad y menor seguridad psicológica, lo que reduce la creatividad y productividad. Por eso necesitaremos reforzar las habilidades sociales y encontrar nuevas formas de trabajar juntos.
Teletrabajo
El teletrabajo para la gente joven es nocivo. Necesitan la interacción, el cara a cara”
¿Qué le diría a un director de Recursos Humanos?
Que contrate. La primera acción social de una empresa es contratar jóvenes, formarlos y cuidarlos. Eso además es estratégico: el futuro de la compañía depende de las decisiones de hoy.
¿Qué es lo más concluyente de este último estudio realizado?
Que el desempleo juvenil es la mayor lacra social en España. La solución pasa por mejorar la educación y acercarla a las necesidades reales, con empresas, centros y gobiernos trabajando juntos. Algunos ya lo hacen: la pregunta es cómo lograr que lo hagan todos.
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