La relación comercial entre las dos primeras economías del mundo volverá a un escenario similar al que se encontraba el 20 de enero, el día en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regresó al poder. Después de su esperada reunión con su homólogo chino, Xi Jinping, en la ciudad portuaria de Busan (Corea del Sur), Trump ha anunciado desde el avión Air Force One que su equipo ha alcanzado acercamientos “en muchos puntos muy importantes” durante el encuentro con la delegación china.
Trump rebaja los aranceles a Pekín al 47% y afirma que ambos han alcanzado un acuerdo comercial, que espera firmar “pronto”
La relación comercial entre las dos primeras economías del mundo volverá a un escenario similar al que se encontraba el 20 de enero, el día en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regresó al poder. Después de su esperada reunión con su homólogo chino, Xi Jinping, en la ciudad portuaria de Busan (Corea del Sur), Trump ha anunciado desde el avión Air Force One que su equipo ha alcanzado acercamientos “en muchos puntos muy importantes” durante el encuentro con la delegación china.
El mandatario ha asegurado que ambos países están cerca de materializar un acuerdo comercial que podría firmarse pronto, aunque no ha dado más detalles, más allá de que se irá renegociando “año tras año”. Preguntado por cuándo cree que podría concretarse, ha respondido: “Creo que bastante pronto, no tenemos demasiados obstáculos importantes”. Los dos mandatarios han exhibido un tono conciliador y, al terminar la reunión, el estadounidense ha anunciado que viajará a Pekín el próximo abril, antes de la visita a Washington de Xi.
Trump reducirá del 20% al 10% los aranceles que impuso sobre las importaciones chinas por el fentanilo
El principal resultado concreto de la cumbre de alto nivel es que Trump reducirá del 20% al 10% los aranceles que impuso sobre las importaciones desde China por su rol en la cadena de suministro del fentanilo, que habitualmente se produce en México con precursores chinos y termina en Estados Unidos. El presidente ha argumentado que cree que Xi “va a trabajar muy duro para detener la muerte que está entrando (por la frontera)”. Esto significa que el arancel global sobre el gigante asiático pasará a ser del 47%, respecto al 57% actual, que ya se rebajó respecto al 145% previo a la tregua comercial de la pasada primavera.
Además, el presidente ha dicho que, como parte del acuerdo de un año con China, “el tema de las tierras raras ha sido resuelto”, en referencia a los amplios controles que impuso Pekín sobre la exportación de estos minerales, esenciales para la fabricación de productos tecnológicos, incluidos teléfonos, electrodomésticos y cazas. Además, según la versión de Trump, China también ha accedido a reanudar la compra de soja y otros productos agrícolas estadounidenses, lo que había sido una preocupación para los trabajadores del campo, muy dependientes de esas exportaciones.
En sus declaraciones ante los medios al comienzo de la reunión, que se ha alargado una hora y cuarenta minutos, Trump ha destacado que Xi es “un negociador duro, y eso no es bueno”, pero ha asegurado que iban a tener “un gran entendimiento” porque “siempre hemos tenido una gran relación”. Xi le ha respondido con un tono conciliador, afirmando que ambos países deben “mantener el rumbo correcto” y “ser socios y amigos” ante los “muchos problemas difíciles” que afronta el mundo. Además, le ha hecho un guiño cuando ha destacado que las ambiciones de crecimiento económico de China no socavarán la visión de Trump de “Hacer a América Grande de Nuevo”.
Xi dice a Trump que el crecimiento económico de China no socavará la visión de “Hacer a América Grande de Nuevo”
“El mundo se enfrenta a muchos problemas difíciles… China y EE. UU. pueden asumir conjuntamente nuestra responsabilidad como grandes potencias y trabajar juntos para lograr más cosas grandes y concretas para el bien de nuestros dos países y del mundo entero”, ha dicho Xi.
El tono de estas palabras ha contrastado con los recientes intercambios de amenazas y medidas de represalia en la guerra comercial. China impuso el 9 de octubre los controles a la exportación de tierras raras. Trump respondió como mejor sabe: con la amenaza de imponer un arancel adicional del 100% a las importaciones chinas a partir del 1 de noviembre. Los dos países han subido este mes las tasas portuarias para los buques de la nación rival y han limitado sus exportaciones, señalando a su contraparte que no iban a frenar la guerra comercial si el otro no lo hacía.
Xi ha reconocido que él y Trump “no siempre están de acuerdo” y ha añadido que es “normal que las dos mayores economías del mundo tengan fricciones de vez en cuando”. Sin embargo, ha celebrado que, en la reunión del fin de semana entre su viceprimer ministro, He Lifeng, y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, “alcanzaron un consenso básico sobre cómo abordar nuestras principales preocupaciones y lograron avances alentadores”. “Estoy listo para seguir trabajando con usted para construir una base sólida para China y EE. UU.”, ha sentenciado.
Economía
