Elecciones en Países Bajos: nadie querrá gobernar con el ultra Geert Wilders

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La quinta economía del euro y uno de los estados más desarrollados del mundo, Países Bajos, vive sumido en la parálisis política desde hace más de dos años. La abrupta marcha del ex primer ministro Mark Rutte -hoy secretario general de la OTAN– en el verano de 2023 abrió una crisis que lleva más de dos años sin resolverse. Un ambiente político a veces irrespirable, polarización extrema, máxima fragmentación, negociaciones interminables para cerrar un gobierno (la última duró ocho meses) y ejecutivos que estallan antes de cumplir un año, como pasó a principios de junio de 2025, son los síntomas de la grave dolencia política del país.

Este miércoles 29 de octubre, más de 13 millones de neerlandeses con derecho a voto volverán a tener las urnas abiertas para elegir el nuevo Parlamento de La Haya. Y existe un gran hartazgo en la sociedad neerlandesa, un creciente deseo de estabilidad, según los analistas del país.

La campaña electoral ha sido fiel reflejo de este caótico panorama con cierto clima de violencia callejera, destrozos en las sedes de algunos partidos, interrupciones de mítines de la izquierda por parte de grupos neonazis o amenazas de muerte contra el líder ultra Geert Wilders, que ganó las pasadas elecciones y llegó a cancelar su campaña durante unos días por consejo de la policía.

«La situación actual es inédita, totalmente inesperada hace poco más de dos años», lamenta Anne Marie Reynaers, doctora en Ciencias de la Administración por la Universidad de Ámsterdam en conversación con EL MUNDO. «Países Bajos ha tenido durante décadas gobiernos de coalición, con una cultura de diálogo y colaboración muy asentada; dos años después, esos valores ya no parecen existir», añade.

¿Qué ha pasado en los últimos años para que Países Bajos baje a los infiernos de la política? En primer lugar, la crisis de la vivienda, con precios inalcanzables, la decadencia de los servicios públicos, la creciente percepción de la migración como un problema, la inseguridad ciudadana y el éxito cada vez mayor del islamófobo Partido de la Libertad (PVV), liderado por Wilders, han polarizado la política con agrios debates cargados de insultos y una crispación ciudadana cada vez mayor.

Sin embargo, Reynaers y más expertos neerlandeses coinciden en el cada vez más importante hartazgo de la mayoría de los ciudadanos, lo que hará, según las encuestas, que los cuatro partidos que formaron el fallido gobierno anterior (el PVV, el VVD de Rutte, NSC y los granjeros del BBB) caigan de forma importante en votos. Algunos, incluso, pueden desaparecer, como Nuevo Contrato Social (NSC), que podría pasar de 20 escaños a cero.

Los principales sondeos siguen señalando como favorito a Wilders, pero perdiendo casi 10 escaños (de 37 a 27 / 30). Pero esta vez no podrá gobernar. Todos los demás partidos con posibilidades de pactar un ejecutivo rechazan compartir gabinete con el ultra dada la pésima experiencia del último ejecutivo, que Wilders dinamitó el pasado verano al abandonar la coalición porque no podía aplicar «la política migratoria más restrictiva de la historia», dijo.

El manifiesto electoral del PVV detalla que la formación se creó para «proteger a Países Bajos de la islamización», que es «la mayor amenaza existencial para la libertad».

El politólogo Matthis Roodujin analiza que «hay dos grupos de votantes del PVV». En primer lugar, «el grupo que teme al islam y busca un líder enérgico contra esa cultura» y luego «hay un grupo menos radical». «Geert Wilders logró convencer a ambos en las elecciones de 2023, pero en estas, este último grupo podría cambiar su voto», estima.

Dado que Wilders es el más que probable ganador pero sin poder pactar esta vez con nadie, la batalla por liderar el Gobierno la están librando los dos partidos empatados en la segunda posición, como destaca Floor Bremer, analista política de RTL News en un encuentro con periodistas españoles. Los dos candidatos con más posibilidades para ser el próximo primer ministro neerlandés son el ex vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans (candidato de GroenLinks / PvdA, los socialdemócratas) y el democristiano Henri Bontenbal (líder de la CDA). En los últimos días se ha unido a la lucha por la segunda plaza el joven e incisivo Rob Jetten (38 años), líder de D66, también de centroizquierda.

Los analistas coinciden en que estas formaciones -si se confirma que ganan entre 20 y 24 escaños cada una, como dicen los sondeos- están llamadas a pactar una ‘gran coalición’ a la neerlandesa: socialdemócratas, demócratacristianos más dos o tres partidos más para sumar más de 75 escaños, el límite de la mayoría absoluta en el Parlamento de La Haya.

Otra de las razones que explican la actual inestabilidad del país es la enorme fragmentación política, con hasta 15 partidos en un Parlamento con 150 diputados. Como añade Bremer, no existe un suelo electoral y es muy sencillo fundar una formación política y conseguir un mínimo de 60.000 ó 70.000 votos, que dan derecho a un escaño en este país de más de 18 millones de habitantes.

Los comicios reflejarán un gran voto de castigo contra el Partido Popular para la Libertad (VVD), la formación de Rutte que ganó durante más de 20 años las elecciones en el país hasta 2023. Esta vez, todo indica que su candidata actual, Dilan Yesilgöz, que ha virado hacia la derecha dura para competir con Wilders, puede caer a la cuarta o a la quinta posición.

Las encuestas reflejan, sin embargo, un panorama abierto porque más del 50% de los electores confesaban en las últimas jornadas no haber decidido su voto.

Sea como sea, Reynaers considera que tras las elecciones, los partidos que se han puesto de acuerdo en aislar a los ultras tendrán que buscar puntos en común para cerrar un gobierno estable que ataje la enorme inestabilidad actual.

Geert Wilders. Este provocador nato de 63 años, populista y muy ágil en los debates, es un veterano de la política neerlandesa que ganará los comicios, según todos los sondeos. Antes de la campaña de 2023, cuando se moderó para acariciar el poder, cultivaba la islamofobia radical y habló de la «escoria marroquí», por lo que fue condenado.

Frans Timmermans. El ex vicepresidente de la Comisión Europea puede ser segundo o tercero. Socialdemócrata moderado, enarbola su experiencia internacional como uno de sus puntos fuertes.

Henri Bontenbal. Es otro candidato con opciones para ser primer ministro. Líder de la CDA (democrátacristianos), tiene un perfil moderado y alejado de radicalismos.

Rob Jetten. Este joven político neerlandés (38 años) ha sido el protagonista de algunos de los últimos debates televisivos, lo que ha lanzado en los últimos días las opciones de D66, su partido, de centroizquierda.

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