Electrones para todo…¿Y para todos? El precio de las baterías en los mercados internacionales va en caída libre. Este año registrará su mayor descenso desde el 2017, cerca del 20%, según una investigación de Bloomberg BNEF, hasta los 115 dólares por kilovatio hora. Es un mínimo histórico. En los últimos seis años, después de un pequeño periodo de estabilidad de costes en 2021-2022, ha bajado a la mitad.
Los avances tecnológicos y las economías de escala abaratan las celdas
Electrones para todo…¿Y para todos? El precio de las baterías en los mercados internacionales va en caída libre. Este año registrará su mayor descenso desde el 2017, cerca del 20%, según una investigación de Bloomberg BNEF, hasta los 115 dólares por kilovatio hora. Es un mínimo histórico. En los últimos seis años, después de un pequeño periodo de estabilidad de costes en 2021-2022, ha bajado a la mitad.
Es en este contexto que hay que entender la macro inversión de Stellantis y de la china CATL en Zaragoza anunciada. Si el coste de producción desciende, también el coche eléctrico pasará a ser más competitivo, lo que podría suponer un punto de inflexión para un mercado, especialmente en Europa, todavía bastante reticente con este tipo de tecnología, en especial cuando se trata de automoción.
También hay que considerar que hay muchas diferencias entre las regiones geográficas. Por ejemplo, los packs de baterías son aún un 31% y un 48% más elevados en Estados Unidos y en Europa que en China, donde el mercado es más maduro, hay más demanda (las ventas de coches eléctricos son más de la mitad del total), hay más competencia y los precios son más asequibles.
Los analistas de BNEF señalan varios factores detrás de esta bajada. El precio de los metales, especialmente el litio y el níquel (y en menor medida el cobalto), que son elementos esenciales de las baterías, han descendido respecto al año pasado, cuando se habló de la green inflation . Esto es gracias a nuevas explotaciones mineras disponibles. La inversión en nuevas minas ha subido un 60% en el último lustro, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA). En los mercados internacionales las cotizaciones del litio han caído casi un 90% desde finales del 2022.
Si las baterías hace una década representaban el 60% del precio del vehículo, hoy este porcentaje ha bajado a entre el 30 y el 40%. Caen los costes de fabricación de las baterías, pero también sus precios de venta y esto para los fabricantes puede ser un problema. Porque estamos ante un exceso de oferta. Medidos en capacidad energética, los planes de producción mundial de baterías este año serán más del doble que la demanda prevista: el boom de los vehículos eléctricos tarda en llegar, hay baterías que quedan por vender, los precios bajan y los productores ganan menos dinero.
Se ha invertido mucho en minería y los metales para uso eléctrico son más convenientes
Evelina Stoikou, directora del equipo de tecnología de baterías de BNEF y autora principal del informe, afirmaba: “La caída de los precios de las celdas este año ha sido mayor en comparación con la de los del metal para baterías, lo que indica que los márgenes de los fabricantes se están reduciendo y los más pequeños sufren la presión para luchar por el mercado”.
Esta tendencia va a seguir. En otra investigación reciente, el banco de inversión Goldman Sachs pronostica que para el 2026 los precios de las baterías caerán otro 50% (en comparación con el 2023) y, lo más significativo, podrían por primera vez descender por debajo de los 100 dólares kWh, un nivel a partir del cual los expertos consideran que se alcanza la paridad del coste total de la propiedad con los motores de combustión. “Una bajada en el precio de las baterías implica necesariamente un mayor ajuste de venta en el precio del vehículo eléctrico. Además, esta tendencia tiene un efecto tractor para que se pongan en el mercado baterías con más densidad energética (lo que equivale a más autonomía) a un precio cada vez más asequible”, comenta Arturo Pérez de Lucia, director general de Aedive, la asociación empresarial para la movilidad eléctrica. De hecho, la densidad se ha incrementado hasta un 30%, según Goldman Sachs: mayor rendimiento y menos peso, lo que también puede impulsar el mercado de segunda mano de los vehículos eléctricos.
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Se puede comparar con lo que ocurrió con la telefonía. A finales de los ochenta los primeros móviles de Motorola, como los que aparecían en la película Wall Street (1987), costaban el equivalente de 10.000 euros de hoy, tardaban 10 horas en recargarse y aguantaban encendidos media hora, según recordaba el ensayista Jon Elichman, especialista en historia de la tecnología.
Hoy las baterías más modernas tienen cerca de 4.000 ciclos de carga completa, un número que se ha duplicado en diez años, garantizan una autonomía de 700 kms y tienen una vida útil más larga, que puede llegar a superar los cinco años. “Se están recortando costes gracias a estructuras más simplificadas y esto incrementando la energía al mismo tiempo”, decía Nikhil Bhandari, de Goldman Sachs. En particular, hoy se pueden fabricar celdas más grandes y esto hace que se puedan hacer paquetes sin pasar por módulos, ganando en espacio y en potencia.
“En los últimos años el sector ha experimentado una notable mejora desde el punto de vista industrial. Se han afinado los procesos. Hoy se pueden testear las celdas con más precisión y las que salen al mercado tienen un mejor rendimiento”, explica Joan Ramon Morante, director del IREC, Institut de Recerca en Energia de Catalunya, y miembro del grupo de trabajo de movilidad eléctrica del Col·legi d’Enginyers Industrials.
Hoy hay un exceso de oferta de baterías y al bajar su precio también el coche eléctrico será más barato
Este experto cree que la bajada de los precios podrá ayudar a estimular la demanda de coches eléctricos, combinado con ayudas públicas e inversiones en la red. Y, desde el punto de vista industrial, la inversión de Stellantis y CATL es una operación con sentido estratégico “porque acabará repercutiendo en toda la cadena de valor de las baterías, desde la química al ensamblaje. Si se quiere descarbonizar el planeta y tener presencia industrial, no hay otra alternativa”, concluye.
Uno de cada dos coches que se venden en China son eléctricos (o híbridos enchufables). “Se espera que China por sí sola produzca suficientes celdas de batería para satisfacer el 92% de la demanda mundial total de 1,2 teravatios-hora para vehículos eléctricos y almacenamiento en 2024”, señala el informe de BNEF. Hoy CATL es uno de los líderes mundiales, con una cuota de mercado de casi un tercio del total mundial en cuanto a entregas. Entre CATL y BYD, otra firma china, acaparan el 53,4% del mercado global de baterías para vehículos eléctricos. CATL producirá también en Europa, en Zaragoza.
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