Hace 1,5 millones de años en África Oriental, cuatro homínidos distintos entre sí habitaban la sabana africana. Es posible incluso que se cruzaran alguna vez en los alrededores del lago Turkana (Kenia), mientras deambulaban en busca de algún alimento que llevarse a la boca. Tres de ellos, Homo habilis , Homo rudolfensis y Homo erectus , pertenecen al linaje humano, y el último, Paranthropus boisei , podría considerase el más primitivo. De aspecto robusto, es conocido como el ‘Hombre cascanueces’ por sus dientes grandes y mandíbulas fuertes, con los que mordía y trituraba alimentos muy duros: semillas, frutos secos o raíces. Esta especialización, su pequeño cerebro y la falta de evidencias de tecnología han hecho creer a los científicos que era incapaz de fabricar herramientas, algo que, en mayor o menor medida, sí se atribuye al resto. Pero un nuevo hallazgo fósil puede cambiar lo que creíamos saber sobre las habilidades de esta especie. Investigadores de la Universidad de Stony Brook (Nueva York, EE.UU.) han encontrado en el lago Turkana un esqueleto parcial de un P. boisei de poco más de 1,52 millones de años de antigüedad. El esqueleto, denominado KNM-ER 101000, incluye el cráneo, los dientes y los primeros huesos de la mano y del pie asociados claramente a esta especie. El análisis de la mano, dado a conocer este miércoles en la revista ‘Nature’, sugiere que este homínido compartía algunas características con los humanos modernos y podría haber sido capaz de usar herramientas, además de poseer un agarre firme similar al de los gorilas. Noticia Relacionada estandar Si ¿Llegaron a encontrarse? Hallan por primera vez huellas de dos especies humanas diferentes cruzándose a orillas de un lago José Manuel Nieves Las huellas tienen 1,5 millones de años de antigüedad y, según los investigadores, fueron dejadas, como mucho, con unas horas de diferencia«Es el descubrimiento fósil de mi vida», afirma emocionada a este periódico Carrie Mongle, la paleoantropóloga que llevó a cabo el descubrimiento. «Sigo muy agradecida de que Louise Leakey (conocida por continuar en Kenia la tradición familiar de los Leakey en el estudio del origen humano) me pidiera trabajar en esto».Agarre de precisiónLa mano sorprendió a Mongle por la similitud de algunas de sus características con las de los humanos modernos. «Las proporciones de sus dedos sugieren que podría haber desarrollado un agarre de precisión similar al nuestro», dice. Al mismo tiempo, algunos huesos se parecen a los de los gorilas, lo que podría haberle dado un agarre poderoso, útil para escalar y obtener alimentos vegetales más duros con sus manos y pelarlos o desechar las partes más duras con sus manos. En conjunto, estos hallazgos sugieren que P. boisei podría haber sido capaz de fabricar y usar herramientas en cierta medida, aunque no con tanta precisión como Homo habilis o nosotros. «Además, la combinación de dedos relativamente rectos con un pie completamente bípedo sugiere que habría sido más terrestre», añade la investigadora. «Si las características derivadas de la mano de este homínido son convergentes con los gorilas para facilitar agarres fuertes involucrados en el procesamiento intensivo de alimentos, entonces puede respaldar un modelo en el que Paranthropus y Homo desarrollaron estrategias dietéticas divergentes en un entorno simpátrico (un lugar donde dos o más especies coexisten en la misma zona geográfica y tienen contacto potencial), que les permitió subsistir como especialistas ecológicos y generalistas, respectivamente«, explica.P. boisei y el género Homo divergieron de un ancestro australopiteco común hace unos 3,5 millones de años, por lo que puede considerarse nuestros primo evolutivo. El hallazgo, como ocurre casi siempre en evolución humana, muestra que esta no fue lineal, sino más bien como un arbusto con varias ramas coexistiendo y adaptándose de formas distintas.MÁS INFORMACIÓN noticia Si La crianza y la competencia sexual también explican por qué los hombres viven menos que las mujeres noticia Si Descubren al miembro más antiguo del linaje de los denisovanos«No tenemos evidencia directa de que P. boisei fabricara herramientas -no hay rastro de industria lítica asociada a esta especie-, pero ahora tenemos la evidencia anatómica para decir que habría sido capaz de hacerla«, concluye Mongle. Hace 1,5 millones de años en África Oriental, cuatro homínidos distintos entre sí habitaban la sabana africana. Es posible incluso que se cruzaran alguna vez en los alrededores del lago Turkana (Kenia), mientras deambulaban en busca de algún alimento que llevarse a la boca. Tres de ellos, Homo habilis , Homo rudolfensis y Homo erectus , pertenecen al linaje humano, y el último, Paranthropus boisei , podría considerase el más primitivo. De aspecto robusto, es conocido como el ‘Hombre cascanueces’ por sus dientes grandes y mandíbulas fuertes, con los que mordía y trituraba alimentos muy duros: semillas, frutos secos o raíces. Esta especialización, su pequeño cerebro y la falta de evidencias de tecnología han hecho creer a los científicos que era incapaz de fabricar herramientas, algo que, en mayor o menor medida, sí se atribuye al resto. Pero un nuevo hallazgo fósil puede cambiar lo que creíamos saber sobre las habilidades de esta especie. Investigadores de la Universidad de Stony Brook (Nueva York, EE.UU.) han encontrado en el lago Turkana un esqueleto parcial de un P. boisei de poco más de 1,52 millones de años de antigüedad. El esqueleto, denominado KNM-ER 101000, incluye el cráneo, los dientes y los primeros huesos de la mano y del pie asociados claramente a esta especie. El análisis de la mano, dado a conocer este miércoles en la revista ‘Nature’, sugiere que este homínido compartía algunas características con los humanos modernos y podría haber sido capaz de usar herramientas, además de poseer un agarre firme similar al de los gorilas. Noticia Relacionada estandar Si ¿Llegaron a encontrarse? Hallan por primera vez huellas de dos especies humanas diferentes cruzándose a orillas de un lago José Manuel Nieves Las huellas tienen 1,5 millones de años de antigüedad y, según los investigadores, fueron dejadas, como mucho, con unas horas de diferencia«Es el descubrimiento fósil de mi vida», afirma emocionada a este periódico Carrie Mongle, la paleoantropóloga que llevó a cabo el descubrimiento. «Sigo muy agradecida de que Louise Leakey (conocida por continuar en Kenia la tradición familiar de los Leakey en el estudio del origen humano) me pidiera trabajar en esto».Agarre de precisiónLa mano sorprendió a Mongle por la similitud de algunas de sus características con las de los humanos modernos. «Las proporciones de sus dedos sugieren que podría haber desarrollado un agarre de precisión similar al nuestro», dice. Al mismo tiempo, algunos huesos se parecen a los de los gorilas, lo que podría haberle dado un agarre poderoso, útil para escalar y obtener alimentos vegetales más duros con sus manos y pelarlos o desechar las partes más duras con sus manos. En conjunto, estos hallazgos sugieren que P. boisei podría haber sido capaz de fabricar y usar herramientas en cierta medida, aunque no con tanta precisión como Homo habilis o nosotros. «Además, la combinación de dedos relativamente rectos con un pie completamente bípedo sugiere que habría sido más terrestre», añade la investigadora. «Si las características derivadas de la mano de este homínido son convergentes con los gorilas para facilitar agarres fuertes involucrados en el procesamiento intensivo de alimentos, entonces puede respaldar un modelo en el que Paranthropus y Homo desarrollaron estrategias dietéticas divergentes en un entorno simpátrico (un lugar donde dos o más especies coexisten en la misma zona geográfica y tienen contacto potencial), que les permitió subsistir como especialistas ecológicos y generalistas, respectivamente«, explica.P. boisei y el género Homo divergieron de un ancestro australopiteco común hace unos 3,5 millones de años, por lo que puede considerarse nuestros primo evolutivo. El hallazgo, como ocurre casi siempre en evolución humana, muestra que esta no fue lineal, sino más bien como un arbusto con varias ramas coexistiendo y adaptándose de formas distintas.MÁS INFORMACIÓN noticia Si La crianza y la competencia sexual también explican por qué los hombres viven menos que las mujeres noticia Si Descubren al miembro más antiguo del linaje de los denisovanos«No tenemos evidencia directa de que P. boisei fabricara herramientas -no hay rastro de industria lítica asociada a esta especie-, pero ahora tenemos la evidencia anatómica para decir que habría sido capaz de hacerla«, concluye Mongle.
Hace 1,5 millones de años en África Oriental, cuatro homínidos distintos entre sí habitaban la sabana africana. Es posible incluso que se cruzaran alguna vez en los alrededores del lago Turkana (Kenia), mientras deambulaban en busca de algún alimento que llevarse a la boca. … Tres de ellos, Homo habilis, Homo rudolfensis y Homo erectus, pertenecen al linaje humano, y el último, Paranthropus boisei, podría considerase el más primitivo. De aspecto robusto, es conocido como el ‘Hombre cascanueces’ por sus dientes grandes y mandíbulas fuertes, con los que mordía y trituraba alimentos muy duros: semillas, frutos secos o raíces. Esta especialización, su pequeño cerebro y la falta de evidencias de tecnología han hecho creer a los científicos que era incapaz de fabricar herramientas, algo que, en mayor o menor medida, sí se atribuye al resto.
Pero un nuevo hallazgo fósil puede cambiar lo que creíamos saber sobre las habilidades de esta especie. Investigadores de la Universidad de Stony Brook (Nueva York, EE.UU.) han encontrado en el lago Turkana un esqueleto parcial de un P. boisei de poco más de 1,52 millones de años de antigüedad. El esqueleto, denominado KNM-ER 101000, incluye el cráneo, los dientes y los primeros huesos de la mano y del pie asociados claramente a esta especie.
El análisis de la mano, dado a conocer este miércoles en la revista ‘Nature’, sugiere que este homínido compartía algunas características con los humanos modernos y podría haber sido capaz de usar herramientas, además de poseer un agarre firme similar al de los gorilas.
«Es el descubrimiento fósil de mi vida», afirma emocionada a este periódico Carrie Mongle, la paleoantropóloga que llevó a cabo el descubrimiento. «Sigo muy agradecida de que Louise Leakey (conocida por continuar en Kenia la tradición familiar de los Leakey en el estudio del origen humano) me pidiera trabajar en esto».
Agarre de precisión
La mano sorprendió a Mongle por la similitud de algunas de sus características con las de los humanos modernos. «Las proporciones de sus dedos sugieren que podría haber desarrollado un agarre de precisión similar al nuestro», dice. Al mismo tiempo, algunos huesos se parecen a los de los gorilas, lo que podría haberle dado un agarre poderoso, útil para escalar y obtener alimentos vegetales más duros con sus manos y pelarlos o desechar las partes más duras con sus manos.
En conjunto, estos hallazgos sugieren que P. boisei podría haber sido capaz de fabricar y usar herramientas en cierta medida, aunque no con tanta precisión como Homo habilis o nosotros. «Además, la combinación de dedos relativamente rectos con un pie completamente bípedo sugiere que habría sido más terrestre», añade la investigadora.
«Si las características derivadas de la mano de este homínido son convergentes con los gorilas para facilitar agarres fuertes involucrados en el procesamiento intensivo de alimentos, entonces puede respaldar un modelo en el que Paranthropus y Homo desarrollaron estrategias dietéticas divergentes en un entorno simpátrico (un lugar donde dos o más especies coexisten en la misma zona geográfica y tienen contacto potencial), que les permitió subsistir como especialistas ecológicos y generalistas, respectivamente«, explica.
P. boisei y el género Homo divergieron de un ancestro australopiteco común hace unos 3,5 millones de años, por lo que puede considerarse nuestros primo evolutivo. El hallazgo, como ocurre casi siempre en evolución humana, muestra que esta no fue lineal, sino más bien como un arbusto con varias ramas coexistiendo y adaptándose de formas distintas.
«No tenemos evidencia directa de que P. boisei fabricara herramientas -no hay rastro de industria lítica asociada a esta especie-, pero ahora tenemos la evidencia anatómica para decir que habría sido capaz de hacerla«, concluye Mongle.
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