Los polacos tienen miedo de que la guerra de Ucrania llegue al país y dudan de que la comunidad internacional les vaya a defender tras la irrupción de los drones rusos Leer Los polacos tienen miedo de que la guerra de Ucrania llegue al país y dudan de que la comunidad internacional les vaya a defender tras la irrupción de los drones rusos Leer
El sábado, las sirenas antiaéreas sonaron en Chelm y otras localidades de la región de Lublin, anunciando una alerta antiaérea. Marek y su novia estaban dormidos después de una noche de juerga. Se despertaron en un lugar distinto, temeroso del cielo a corto plazo, y sobre todo de lo que venga después. «Aquí en Polonia están traumatizados con la guerra, porque la Segunda Guerra Mundial arrasó su país, pero nosotros ahora convivimos con la nuestra», resume en la estación de buses Olga, ucraniana de paso por esta frontera oriental de Polonia. Admite que horas antes, cuando supo de la alerta antiaérea polaca, le recordó a la «normalidad entrecortada» que se ha instalado en su Lviv natal, la capital de provincia ucraniana situada al otro lado de la frontera y un poco más al Sur.
Chelm está a menos de media hora en coche de la frontera ucraniana. Desde 2022, la guerra ha enviado a refugiados ucranianos en autobús, ahora lanza drones rusos zumbando por el aire. «Estamos a 20 kilómetros de la guerra, la OTAN no luchará por nosotros», señala Peter, que trabaja de guardia fronterizo. «Tengo miedo de que la guerra de Ucrania llegue aquí, y no tengo claro que la OTAN vaya a defendernos a la gente de esta frontera», explica Anna, profesora y residente en esta tranquila ciudad.
Los vecinos todavía leen con escalofrío el SMS que recibieron el sábado a las 17:45. «Amenaza de ataque aéreo. Extreme las precauciones. Siga las instrucciones de los servicios de emergencia. Espere nuevas instrucciones». La alerta fue cancelada una hora después.
«No estaba preocupada, pero cuando escuché la alarma sentí miedo, era la primera vez que oía algo así», explica Barbara. Karol, un joven que pasea al perro al atardecer, no se imagina un toque de queda como los que hay al otro lado de la frontera: «Me suena lejano, es algo que no tiene nada que ver conmigo». En cambio, otros vecinos recitan de memoria las recomendaciones de las autoridades si vuelven a escuchar la sirena: «Ir a casa, situarse junto a un muro estructural de carga, lejos de las ventanas, evitando áticos o los pisos más altos», repasa María, jubilada. Si lo que caen son drones, la propia casa es protección suficiente. Nadie quiere imaginarse en el sótano, con misiles en el cielo.
La orden de activar las sirenas de alerta en Chelm vino «de arriba», según el alcalde, Jakub Banaszek. Es mejor poner en marcha procedimientos «varias veces de más» que «una vez de menos», comenta al día siguiente. «Sin embargo, he observado que tales decisiones generan fuertes emociones entre los vecinos, especialmente si la alarma se cancela poco después y surge la idea de que fue innecesaria», admite.
En Widnik, localidad cercana donde también sonó la alarma, algunos ignoraron las sirenas, otros entraron en pánico. «Se necesita entrenamiento», admite el alcalde, Marcin Dmowski, al diario Gazeta Wyborcza.
La inquietud es latente el toda Polonia. Cada día, una señal nueva. En el marco de las maniobras militares de Rusia y Bielorrusia (Zapad 2025, que durará hasta el 16 de septiembre) el ejército ruso ha desplegado sistemas de misiles Iskander-M en la región de Kaliningrado, orientándolos hacia Varsovia. Los observadores de la comunidad Osint de Cyberboroshno identificaron una imagen de este cohete al norte del pueblo de Kudryavtsevo, en la región de Kaliningrado, aproximadamente a 35 kilómetros de la frontera con Polonia.
«Cuando el primer ministro Donald Tusk usó el término ‘preguerra’ en un discurso hace un año y medio, pensé que era una exageración. Hoy, la pregunta es cuánto durará la preguerra», reflexiona el escritor Bartosz Wieliski, autor de La guerra de los médicos de Hitler. Nadie olvida que los anteriores ejercicios militares conjuntos rusobielorrusos en Bielorrusia tuvieron lugar del 10 al 20 de febrero de 2022. Cuatro días después, empezó la invasión a gran escala de Ucrania.
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