El CosmoCaixa de Barcelona es el nuevo hábitat de un mamut lanudo que convivió con el Homo Sapiens en Siberia durante la edad de hielo. Con entre 40.000 y 50.000 años de antigüedad, el esqueleto real del gigantesco mamífero se conserva en excelentes condiciones, mide seis metros de largo y tres y medio de altura. El director del centro, Valentí Farràs, recalcó ayer durante la presentación “el valor que añade al museo” la nueva pieza, y cuyo significado “va más allá del fósil. Permite seguir la narrativa de la evolución del mundo y la humanidad dentro del museo”. El mamut se ha instalado desde ayer en la sala Univers, frente al Bosque Inundado, donde convivirá con fósiles coetáneos de su época.
El ejemplar, con una antigüedad de entre 40.000 y 50.000 años, se ha instalado en la sala Univers del museo
El CosmoCaixa de Barcelona es el nuevo hábitat de un mamut lanudo que convivió con el Homo Sapiens en Siberia durante la edad de hielo. Con entre 40.000 y 50.000 años de antigüedad, el esqueleto real del gigantesco mamífero se conserva en excelentes condiciones, mide seis metros de largo y tres y medio de ancho. El director del centro, Valentí Farràs, recalcó ayer durante la presentación “el valor que añade al museo” la nueva pieza, y cuyo significado “va más allá del fósil. Permite seguir la narrativa de la evolución del mundo y la humanidad dentro del museo”. El mamut se ha instalado desde ayer en la sala Univers, frente al Bosque Inundado, donde convivirá con fósiles coetáneos de su época.

Llibert Teixidó / Propias
El responsable de Exposiciones y Actividades de Ciencia de la Fundación La Caixa, Javier Hidalgo, explicó que “el ejemplar se adquirió hace siete años en Estados Unidos por medio millón de euros”. “Hay magnates que les apetece tener un mamut en su salón, es una suerte poderlo tener en el museo”, añadió. Asimismo, según él, “lo que le da valor a estas piezas es la cantidad de gente que las ve”, y desde el museo creen que el mamut será una de las figuras estrellas y más emblemáticas del CosmoCaixa. Próximamente, el público podrá escoger su nombre.
Javier Hidalgo: “Hay magnates que les apetece tener un mamut en su salón, es una suerte poderlo tener en el museo”
Fue en Tiumén, una ciudad en el centro de Rusia, donde unas riadas en 2017 removieron la tierra y se encontraron los restos del animal ahora expuesto en el museo barcelonés. El esqueleto ha sido reconstruido a partir de huesos de tres ejemplares distintos, pero “todos son fósiles auténticos”. Hidalgo contó que “se trata de un ejemplar único por su buena conservación, concretamente el buen estado de los colmillos y porque se puede mantener de pie”. Añadió que “pedagógicamente nos aporta muchísimo; podemos hablar de medio ambiente, de conservación, de sostenibilidad y de cómo el ser humano convive con la naturaleza”.
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Hace unos cinco millones de años que aparecieron los mamuts lanudos en África y desaparecieron hará unos cuatro mil. El Homo Sapiens convivió con estos animales e incluso algunos se atrevieron a enfrentarse a ellos. Sus gruesas pieles, sus colmillos o la cantidad de carne que proporcionaba un mamut eran motivos suficientes para intentar cazarlos. De hecho, algunas de las herramientas y armas que usaban nuestros antepasados se exponen al lado del esqueleto en el CosmoCaixa. Además, el museo ha programado actividades como Cazadores de mamuts, que nada tiene que ver con el exterminio del animal, sino que “pretende poner en valor el trabajo de los paleontólogos, conocer el ámbito de las excavaciones y el trabajo con fósiles” afirmó Hidalgo.

Llibert Teixidó / Propias
El ejemplar ha ido viajando los últimos años en exposiciones por Sevilla, Zaragoza, Madrid, Palma y Tarragona, ahora “la idea es que se quede aquí de manera indefinida”, señala Farràs: “El máximo esfuerzo ha sido moverlo, el montaje, donde siempre hay un riesgo; pero el mejor sitio donde puede estar es aquí”.
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