La Cueva de Skhūl, en el Monte Carmelo de Israel, es el yacimiento más antiguo conocido con enterramientos intencionados. En 1931, los arqueólogos Theodore McCown y Dorothy Garrod descubrieron en este abrigo rocoso los restos de una niña de entre tres y cinco años que vivió hace alrededor de 140.000 años.
La pequeña, de entre tres y cinco años, recibió sepelio en la cueva de Skhūl, ubicada en el Monte Carmelo
La Cueva de Skhūl, en el Monte Carmelo de Israel, es el yacimiento más antiguo conocido con enterramientos intencionados. En 1931, los arqueólogos Theodore McCown y Dorothy Garrod descubrieron en este abrigo rocoso los restos de una niña de entre tres y cinco años que vivió hace alrededor de 140.000 años.
Esta era la punta del iceberg. Los trabajos posteriores permitieron encontrar un total de siete esqueletos adultos y tres de niños, así como varios huesos aislados de otros 16 individuos identificados como Homo sapiens o, mejor dicho, “humanos anatómicamente modernos” de finales del Pleistoceno.
Hace más de 100.000 años
Fue en esa época, hace más de 100.000 años, cuando los grupos de humanos prehistóricos del Levante Mediterráneo comenzaron repentinamente a enterrar a sus muertos, lo que marcó uno de los avances cognitivos y conductuales más significativos en la historia de la especie.
La tendencia hacia la inhumación se afianzó en lo que hoy en día es Israel, con entierros tempranos hallados en yacimientos como Tabun, Qafzeh, Nesher Ramla, Tinshemet y Skhul. Sin embargo, la identidad de los individuos que ocupaban esas tumbas ha sido una incógnita durante décadas.

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Algunos esqueletos se asemejaban en cierta medida al Homo sapiens arcaico, mientras que otros se asignaron como Homo neanderthalensis o incluso se pensó que eran híbridos de ambas especies. Un artículo publicado en la revista L’Anthropologie revela, sin embargo, que la niña de Skhūl era, en realidad, mestiza entre sapiens… y neandertales.
Los investigadores del Centre Nacional de la Recherche Scientifique (CNRS) han reexaminado la caja craneana y la mandíbula de la pequeña y han determinado que algunos de sus huesos muestran similitudes sorprendentes con los de los niños neandertales hallados en Francia y España.
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“Si bien el perfil general de la bóveda craneal reconstruida en la vista posterior coincide con el del Homo sapiens, la mandíbula tiene una forma similar a la del neandertal”, escriben. Su conclusión es que la combinación de características observadas “podría sugerir que es un híbrido” entre ambas especies.
Los expertos realizaron tomografías computarizadas del neurocráneo y la mandíbula, además de crear el primer modelo 3D del laberinto óseo del oído interno, que se comparó con el de varios homínidos arcaicos, incluyendo neandertales de Francia y una banda temprana de Homo sapiens conocida como Cromagnon.

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Se descubrió que esta característica clave del oído interno coincidía con la de los humanos modernos, con poca similitud con los neandertales. Sin embargo, en contraste, la arcada dental redondeada y la alineación de los caninos e incisivos son características distintivas de la morfología neandertal.
Los investigadores afirman que la niña no debería asignarse a ninguna especie en particular, y que sería más apropiado clasificarlo como una mezcla de especies humanas que se combinaron para crear una población genética, biológica y culturalmente mixta entre la comunidad levantina del Paleolítico Medio.
Ni sapiens ni neandertales
“Por lo tanto, contrariamente a la idea predominante, las prácticas mortuorias más antiguas conocidas que implican entierros no pueden atribuirse exclusivamente al Homo sapiens y tampoco al Homo neanderthalensis”, escriben los autores de este nuevo estudio.
“El hecho de que [la niña de Skhūl] no pueda atribuirse a ninguna de las dos especies, sino a un joven híbrido, contribuye a la investigación fundamental en paleocognición dedicada al comportamiento emocional y al surgimiento de la mente simbólica”, añaden.
Lo sorprendente para los especialistas del CNRS es que no existen fósiles neandertales tan antiguos en el Levante, lo que plantea diferentes hipótesis. Una posibilidad es que estos fósiles simplemente no se hayan encontrado todavía, aunque también cabe la posibilidad de que la pequeña formara parte de un linaje desconocido que precedió a la llegada del Homo sapiens a la región y que evolucionó con factores de crecimiento similares a los neandertales.
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