No solo es lo que comemos, sino también es importante cómo lo percibimos. El efecto placebo no solo se da en el entorno farmacéutico sino que también tiene un papel importante en la mesa.Desde pensar que tenemos menos hambre porque hemos comido algo saliente, hasta perder peso con cápsulas sin ningún contenido la ciencia muestra cómo influye lo que creemos en nuestro organismo.El famoso placebo es una respuesta de nuestro organismo , que se produce cuando creemos que hemos tomado algo con un efecto concreto, aunque la realidad sea que has tomado un fármaco sin principio activo o una sustancia neutra que como tal no lo tiene. Noticia Relacionada estandar No Bebidas vegetales: ¿Son realmente una buena opción? Qué debes revisar para consumir las más saludables Elisa Escorihuela La popularidad de estas bebidas ha ido aumentando en los últimos tiemposEl efecto placebo es poco conocido en el mundo de la nutrición unsplashEn medicina y farmacología es bien conocido, pero en nutrición comienza a tomarse en cuenta, y los resultados son sorprendentes.Un trabajo publicado en ‘Frontiers in Psychiatry’ detalló que al suministrar a un grupo de mujeres jóvenes una cápsula placebo , que representaba un tratamiento inhibidor del apetito, redujo las ganas de comer y el tiempo que pasaban mirando imágenes de comida. La explicación es que estas mujeres, una vez consumida esta cápsula (sin principio activo) tenían la convicción de que su apetito se reducía, sin necesidad de un principio activo.Otro estudio, presentado en ‘ Nature Communications’, comprobó que con tan solo sugerir a una persona que sentirá menos hambre para que su percepción cambie y también influirá en sus decisiones de compra de alimentos. Este estudio reflejó que no solo se trataba de una cuestión psicológica, sino que mediante un escáner cerebral se observaron cambios en áreas relacionadas con el autocontrol .Vamos, que nuestras expectativas y creencias , influyen tanto en cómo sentimos el hambre como en lo que acabamos eligiendo a la hora de hacer la compra en el supermercado.Existen también estudios llamados placebo abierto en los cuales los participantes conocen a la perfección que el «tratamiento» que van a probar es placebo. Y lo más sorprendente de esto es que aun así,… funcionan.La mente es muy importante en temas como la pérdida de peso unsplashEn una investigación que se hizo con personas con sobrepeso , se les suministró unas cápsulas sin ningún contenido para ayudar a la pérdida de peso. Aún sabiendo los participantes que las cápsulas no contenían nada, perdieron más peso que el grupo control que no consumen ningún fármaco (placebo o no). Teniendo en cuenta además que todos estaban en igualdad de condiciones en cuanto a ejercicio físico y dieta.Entonces, la clave no está en la cápsula en sí (que no tiene nada), sino en las expectativas positivas que se generan cuando se consumen.En el entorno de la nutrición se comienza a hablar del efecto placebo alimentario para englobar la influencia de nuestras creencias, de mensajes publicitarios o de redes sociales, incluso de nuestro entorno más cercano.Una publicación en ‘ Frontiers in Nutrition’ habla de cómo el contexto psicosocial puede ensalzar (o por el contrario arruinar) los beneficios de un mismo alimento.unsplashPor ejemplo, no va a ser igual comer una ensalada de un lugar tranquilo, relajado y pensando en lo saludable y fresca que es, que engullir esa misma ensalada sin ganas, o comerla con prisas en un entorno más estresante. La percepción en estos casos esta ensalada va a ser totalmente opuesta y esa percepción va dar también como resultado una respuesta fisiológica.Entonces, ¿se trata de autoengañarnos ? La respuesta es No, más bien se trataría de aprovechar esa fuerza que tiene nuestra mente para que sea nuestra alienada en nutrición, por eso te recomiendo unas pequeñas acciones que puedes hacer de manera sencilla en casa para Hackear tu cabeza y que te ayude a mejorar tu salud:- Intenta presentar los platos de forma atractiva y apetecible , procurando destacar sus propiedades- Nuestra conversación interna debe ser positivos y elegir mensajes que nos ayudan a convencernos que por ejemplo, «esta comida me ayuda a tener energía más efectiva a los largo del día», que difiere mucho de un mensaje negativo como «esta comida es sosísima y encima me va a dar hambre en nada de tiempo».- Crear entornos agradables asociados a la comida saludable, no comer con prisas y sentarse en un sitio agradable, presentar la comida como mimo, han que asociemos la comida saludable a algo más que el hecho de comer para nutrirse.Noticias relacionadas estandar No Por qué el calabacín es la verdura con menos calorías: tres recetas fáciles y rápidas Elisa Escorihuela estandar No Probióticos, magnesio y vitamina B: por qué es el trío perfecto para retomar la actividad Lola Agüero MohinoAsí que, no es magia, pero el efecto placebo puede ser un aliado perfecto para hackear nuestra mente y por ejemplo dejar de pensar que comer sano es aburrido. Y además pone de manifiesto lo importante que es lo que pensamos en cada momento y como percibimos lo que nos rodea. No solo es lo que comemos, sino también es importante cómo lo percibimos. El efecto placebo no solo se da en el entorno farmacéutico sino que también tiene un papel importante en la mesa.Desde pensar que tenemos menos hambre porque hemos comido algo saliente, hasta perder peso con cápsulas sin ningún contenido la ciencia muestra cómo influye lo que creemos en nuestro organismo.El famoso placebo es una respuesta de nuestro organismo , que se produce cuando creemos que hemos tomado algo con un efecto concreto, aunque la realidad sea que has tomado un fármaco sin principio activo o una sustancia neutra que como tal no lo tiene. Noticia Relacionada estandar No Bebidas vegetales: ¿Son realmente una buena opción? Qué debes revisar para consumir las más saludables Elisa Escorihuela La popularidad de estas bebidas ha ido aumentando en los últimos tiemposEl efecto placebo es poco conocido en el mundo de la nutrición unsplashEn medicina y farmacología es bien conocido, pero en nutrición comienza a tomarse en cuenta, y los resultados son sorprendentes.Un trabajo publicado en ‘Frontiers in Psychiatry’ detalló que al suministrar a un grupo de mujeres jóvenes una cápsula placebo , que representaba un tratamiento inhibidor del apetito, redujo las ganas de comer y el tiempo que pasaban mirando imágenes de comida. La explicación es que estas mujeres, una vez consumida esta cápsula (sin principio activo) tenían la convicción de que su apetito se reducía, sin necesidad de un principio activo.Otro estudio, presentado en ‘ Nature Communications’, comprobó que con tan solo sugerir a una persona que sentirá menos hambre para que su percepción cambie y también influirá en sus decisiones de compra de alimentos. Este estudio reflejó que no solo se trataba de una cuestión psicológica, sino que mediante un escáner cerebral se observaron cambios en áreas relacionadas con el autocontrol .Vamos, que nuestras expectativas y creencias , influyen tanto en cómo sentimos el hambre como en lo que acabamos eligiendo a la hora de hacer la compra en el supermercado.Existen también estudios llamados placebo abierto en los cuales los participantes conocen a la perfección que el «tratamiento» que van a probar es placebo. Y lo más sorprendente de esto es que aun así,… funcionan.La mente es muy importante en temas como la pérdida de peso unsplashEn una investigación que se hizo con personas con sobrepeso , se les suministró unas cápsulas sin ningún contenido para ayudar a la pérdida de peso. Aún sabiendo los participantes que las cápsulas no contenían nada, perdieron más peso que el grupo control que no consumen ningún fármaco (placebo o no). Teniendo en cuenta además que todos estaban en igualdad de condiciones en cuanto a ejercicio físico y dieta.Entonces, la clave no está en la cápsula en sí (que no tiene nada), sino en las expectativas positivas que se generan cuando se consumen.En el entorno de la nutrición se comienza a hablar del efecto placebo alimentario para englobar la influencia de nuestras creencias, de mensajes publicitarios o de redes sociales, incluso de nuestro entorno más cercano.Una publicación en ‘ Frontiers in Nutrition’ habla de cómo el contexto psicosocial puede ensalzar (o por el contrario arruinar) los beneficios de un mismo alimento.unsplashPor ejemplo, no va a ser igual comer una ensalada de un lugar tranquilo, relajado y pensando en lo saludable y fresca que es, que engullir esa misma ensalada sin ganas, o comerla con prisas en un entorno más estresante. La percepción en estos casos esta ensalada va a ser totalmente opuesta y esa percepción va dar también como resultado una respuesta fisiológica.Entonces, ¿se trata de autoengañarnos ? La respuesta es No, más bien se trataría de aprovechar esa fuerza que tiene nuestra mente para que sea nuestra alienada en nutrición, por eso te recomiendo unas pequeñas acciones que puedes hacer de manera sencilla en casa para Hackear tu cabeza y que te ayude a mejorar tu salud:- Intenta presentar los platos de forma atractiva y apetecible , procurando destacar sus propiedades- Nuestra conversación interna debe ser positivos y elegir mensajes que nos ayudan a convencernos que por ejemplo, «esta comida me ayuda a tener energía más efectiva a los largo del día», que difiere mucho de un mensaje negativo como «esta comida es sosísima y encima me va a dar hambre en nada de tiempo».- Crear entornos agradables asociados a la comida saludable, no comer con prisas y sentarse en un sitio agradable, presentar la comida como mimo, han que asociemos la comida saludable a algo más que el hecho de comer para nutrirse.Noticias relacionadas estandar No Por qué el calabacín es la verdura con menos calorías: tres recetas fáciles y rápidas Elisa Escorihuela estandar No Probióticos, magnesio y vitamina B: por qué es el trío perfecto para retomar la actividad Lola Agüero MohinoAsí que, no es magia, pero el efecto placebo puede ser un aliado perfecto para hackear nuestra mente y por ejemplo dejar de pensar que comer sano es aburrido. Y además pone de manifiesto lo importante que es lo que pensamos en cada momento y como percibimos lo que nos rodea.
Aunque parezca que no, la mente es clave para ser conscientes de qué comemos, cómo lo comemos y cómo nos sentimos al respecto
No solo es lo que comemos, sino también es importante cómo lo percibimos. El efecto placebo no solo se da en el entorno farmacéutico sino que también tiene un papel importante en la mesa.
Desde pensar que tenemos menos hambre porque hemos comido algo saliente, hasta perder peso con cápsulas sin ningún contenido la ciencia muestra cómo influye lo que creemos en nuestro organismo.
El famoso placebo es una respuesta de nuestro organismo, que se produce cuando creemos que hemos tomado algo con un efecto concreto, aunque la realidad sea que has tomado un fármaco sin principio activo o una sustancia neutra que como tal no lo tiene.
unsplash
En medicina y farmacología es bien conocido, pero en nutrición comienza a tomarse en cuenta, y los resultados son sorprendentes.
Un trabajo publicado en ‘Frontiers in Psychiatry’ detalló que al suministrar a un grupo de mujeres jóvenes una cápsula placebo , que representaba un tratamiento inhibidor del apetito, redujo las ganas de comer y el tiempo que pasaban mirando imágenes de comida. La explicación es que estas mujeres, una vez consumida esta cápsula (sin principio activo) tenían la convicción de que su apetito se reducía, sin necesidad de un principio activo.
Otro estudio, presentado en ‘Nature Communications’, comprobó que con tan solo sugerir a una persona que sentirá menos hambre para que su percepción cambie y también influirá en sus decisiones de compra de alimentos. Este estudio reflejó que no solo se trataba de una cuestión psicológica, sino que mediante un escáner cerebral se observaron cambios en áreas relacionadas con el autocontrol.
Vamos, que nuestras expectativas y creencias, influyen tanto en cómo sentimos el hambre como en lo que acabamos eligiendo a la hora de hacer la compra en el supermercado.
Existen también estudios llamados placebo abierto en los cuales los participantes conocen a la perfección que el «tratamiento» que van a probar es placebo. Y lo más sorprendente de esto es que aun así,… funcionan.
unsplash
En una investigación que se hizo con personas con sobrepeso, se les suministró unas cápsulas sin ningún contenido para ayudar a la pérdida de peso. Aún sabiendo los participantes que las cápsulas no contenían nada, perdieron más peso que el grupo control que no consumen ningún fármaco (placebo o no). Teniendo en cuenta además que todos estaban en igualdad de condiciones en cuanto a ejercicio físico y dieta.
Entonces, la clave no está en la cápsula en sí (que no tiene nada), sino en las expectativas positivas que se generan cuando se consumen.
En el entorno de la nutrición se comienza a hablar del efecto placebo alimentario para englobar la influencia de nuestras creencias, de mensajes publicitarios o de redes sociales, incluso de nuestro entorno más cercano.
Una publicación en ‘Frontiers in Nutrition’habla de cómo el contexto psicosocial puede ensalzar (o por el contrario arruinar) los beneficios de un mismo alimento.
Por ejemplo, no va a ser igual comer una ensalada de un lugar tranquilo, relajado y pensando en lo saludable y fresca que es, que engullir esa misma ensalada sin ganas, o comerla con prisas en un entorno más estresante. La percepción en estos casos esta ensalada va a ser totalmente opuesta y esa percepción va dar también como resultado una respuesta fisiológica.
Entonces, ¿se trata de autoengañarnos? La respuesta es No, más bien se trataría de aprovechar esa fuerza que tiene nuestra mente para que sea nuestra alienada en nutrición, por eso te recomiendo unas pequeñas acciones que puedes hacer de manera sencilla en casa para Hackear tu cabeza y que te ayude a mejorar tu salud:
– Intenta presentar los platos de forma atractiva y apetecible, procurando destacar sus propiedades
– Nuestra conversación interna debe ser positivos y elegir mensajes que nos ayudan a convencernos que por ejemplo, «esta comida me ayuda a tener energía más efectiva a los largo del día», que difiere mucho de un mensaje negativo como «esta comida es sosísima y encima me va a dar hambre en nada de tiempo».
– Crear entornos agradables asociados a la comida saludable, no comer con prisas y sentarse en un sitio agradable, presentar la comida como mimo, han que asociemos la comida saludable a algo más que el hecho de comer para nutrirse.
Así que, no es magia, pero el efecto placebo puede ser un aliado perfecto para hackear nuestra mente y por ejemplo dejar de pensar que comer sano es aburrido. Y además pone de manifiesto lo importante que es lo que pensamos en cada momento y como percibimos lo que nos rodea.
RSS de noticias de bienestar