En los años setenta, el barrio de Trenchtown, en Kingston, la capital de Jamaica, estaba considerado como uno de los suburbios más conflictivos de la ciudad. Una atmósfera cargada de tensiones sociales convertía las calles de este barrio en un escenario donde la inseguridad era palpable. No solían verse muchos coches aparcados en la calle, por lo que la presencia de un BMW, una marca poco habitual entonces en el país, aún llamaba más la atención en un lugar como ese.
El cantante jamaicano tuvo dos coches de la marca alemana tras formar el grupo musical Bob Marley and The Wailers
En los años setenta, el barrio de Trenchtown, en Kingston, la capital de Jamaica, estaba considerado como uno de los suburbios más conflictivos de la ciudad. Una atmósfera cargada de tensiones sociales convertía las calles de este barrio en un escenario donde la inseguridad era palpable. No solían verse muchos coches aparcados en la calle, por lo que la presencia de un BMW, una marca poco habitual entonces en el país, aún llamaba más la atención en un lugar como ese.
Cuenta la leyenda que el primer BMW que permanecía estacionado día y noche en las calles de ese conflictivo suburbio nunca cerraba sus puertas. Era un BMW 1602 de 1974 de color rojo que pertenecía a Bob Marley, el más ilustre habitante del barrio situado al oeste de Kingston, y que nadie osaba tocar por respeto y temor reverencial hacia el rey del reggae.
Marley, con su característica melena rastafari, comenzó su carrera musical en 1964 como líder y guitarrista de The Wailers. Diez años más tarde, cuando ya se había convertido en un músico consagrado y un icono pacifista, creó un nuevo grupo llamado Bob Marley and The Wailers. Sus iniciales, BMW, fueron lo que empujó al músico a una profunda conexión con la marca que con el tiempo acabaría convirtiéndose en una de las más queridas por los jamaicanos.
Bob Marley nunca cerraba su BMW 1602 que aparcaba en las calles del conflictivo barrio donde vivía: nadie osaba tocarlo
El BMW 1602, un modelo compacto y elegante que destacaba por su diseño refinado y su desempeño en la carretera, fue el primer coche de la marca alemana que tuvo Bob Marley. Para Marley, representaba mucho más que su valor material. “Tengo un BMW, pero solo porque representa a Bob Marley y los Wailers, no porque necesite un coche caro”, dijo el músico en declaraciones recogidas en el volumen 15 de Road & Track.
Para alguien como Marley, que creció en una pobreza extrema (de pequeño, en su casa, no tenían ni luz ni agua), cualquier medio de transporte era un lujo. Mucho más un BMW. En ‘No woman, no cry’, evocaba esos primeros días cuando estaba atado por la falta de dinero. “Mis pies son mi único carruaje y, por lo tanto, tengo que salir adelante”, cantaba con su voz melódica.
Al BMW 1602 le siguió otro modelo del fabricante germano cuando Bob Marley decidió sustituir su viajo automóvil por otro nuevo. Para alguien como él, un declarado antisistema, tener un BMW no estaba exento de críticas. “Un BMW no es el sistema”, respondía el rey del reggae luego de insistir con un BMW E3 2500, una berlina que en Estados Unidos se comercializó bajo el nombre de Bavaria.
Cuando el BMW E3 2500 que Marley se compró posteriormente se le quedó pequeño adquirió una Volkswagen Combi
El Bavaria, conocido por su elegancia y prestaciones, no resultó ser un coche práctico para Bob Marley. El espacio interior resultaba insuficiente para transportar sus instrumentos musicales y otras personas, por lo que hizo muy poco uso. Por esta razón, al final optó por adquirir una furgoneta que mejor se adaptara a sus necesidades de transporte.
Lee también
Fue así como Marley, consciente de las necesidades cambiantes y la creciente familia que iba formando -tuvo 13 hijos-, se despidió para siempre de los BMW y se decantó por otro tipo de vehículos espaciosos y funcionales que pudieran acomodar tanto a su extensa prole como a su equipo musical. Primero tuvo una Volkswagen Combi, uno de los modelos más emblemáticos de la también firma alemana, y luego un Land Rover Serie III, el icónico pick up de la entonces compañía británica.
Este último automóvil forma parte de la colección de objetos que pueden contemplarse en la casa museo de Bob Marley, en Kingston y que la firma de origen británico restauró (como puedes ver en el vídeo de abajo). El músico falleció en 1981, víctima de un cáncer, cuando apenas contaba con 36 años, dejando tras sí un legado musical y cultural que perdura hasta el día de hoy, inspirando a generaciones con su mensaje de amor, paz y unidad.
Motor