Uno de los iconos más representativos de París son, sin duda, los Bateaux Mouches. Esos barcos que navegan por el Sena ofrecen a los turistas una panorámica única de la ciudad, con lo que pueden admirar sus monumentos desde una perspectiva privilegiada. Pero más allá del agua, otro vehículo se ha ganado su lugar en el imaginario colectivo parisino, el Citroën U55 Currus Cityrama, un autobús acristalado fuera de servicio desde hace décadas que, al igual que los Bateaux Mouches, ofrecía vistas panorámicas de la ciudad.
Un equipo de restauradores trabaja por devolver a las calles el último ejemplar del icónico Citroën U55 Currus Cityrama de 1959
Uno de los iconos más representativos de París son, sin duda, los Bateaux Mouches. Esos barcos que navegan por el Sena ofrecen a los turistas una panorámica única de la ciudad, con lo que pueden admirar sus monumentos desde una perspectiva privilegiada. Pero más allá del agua, otro vehículo se ha ganado su lugar en el imaginario colectivo parisino, el Citroën U55 Currus Cityrama, un autobús acristalado fuera de servicio desde hace décadas que, al igual que los Bateaux Mouches, ofrecía vistas panorámicas de la ciudad.
Este autobús estuvo en servicio desde finales de los años 1950 hasta principios de los 1980. Aunque nadie lo asegura con certeza, se estima que entre 5 y 10 unidades llegaron a operar en la ciudad de la luz. Con el paso del tiempo, estos vehículos desaparecieron gradualmente, y a principios del siglo XXI se pensaba que ya no quedaba ninguno en pie. Sin embargo, en 2022 se descubrió un ejemplar en estado ruinoso, el último de su tipo, que ahora está siendo restaurado para devolverle su antiguo esplendor y quien sabe si, tras su restauración, podría volver a recorrer las calles de París.

Facebook / Restauration du U55 Currus Cityrama
El descubrimiento de este autobús fue una verdadera sorpresa. Durante años, se creyó que los últimos Citroën U55 Currus Cityrama habían desaparecido por completo. Pero a principios de 2022, un grupo de entusiastas del automovilismo que participaban en una reunión de vehículos clásicos en Francia se topó con una pieza extremadamente rara. Allí, en un estado lamentable, se encontraba el último ejemplar conocido de esta legendaria flota, fabricado en 1959.
Este autobús panorámico dejó su huella entre finales de los años 50 y principios de los 80, transportando turistas por las calles de la capital francesa
Lo que más sorprendió a los expertos fue que este vehículo, que había sido rescatado por un propietario privado a principios de los años 2000, había estado guardado en un garaje durante décadas, casi olvidado por completo.
El autobús había sido adquirido en su momento por un coleccionista, pero después de sufrir varios problemas mecánicos, y de no encontrar repuestos, terminó aparcado y en el olvido. Durante años, nadie sabía de su existencia, hasta que al final fue descubierto en su estado actual: oxidado, con la carrocería deteriorada y los ventanales rotos.
A pesar de su estado, lo que realmente despertó la atención fue el hecho de que, a pesar de los daños, la estructura básica del autobús seguía intacta. Eso fue lo que hizo que este vehículo fuera considerado una auténtica joya para los amantes del motor y la historia del transporte.
Al tratarse de un vehículo único, los restauradores se han visto en la necesidad de fabricar artesanalmente varias piezas para mantener su autenticidad
En cuanto se conoció su ubicación, la Association Normande des Anciens Utilitaires, una organización dedicada a la restauración de vehículos clásicos, decidió emprender la ardua tarea de devolverle la vida a este único ejemplar. La restauración del Citroën Cityrama comenzó en el otoño de 2023, tras una campaña de crowdfunding que superó los 91.000 euros gracias a la generosidad de coleccionistas y aficionados al motor de todo el mundo.
El proceso de restauración no ha sido fácil. Al tratarse de un vehículo único, muchas de las piezas necesarias para devolverle su aspecto original no estaban disponibles en el mercado. Por ello, los restauradores se han visto obligados a fabricar de forma artesanal varias de estas piezas, entre ellas los paneles de carrocería y las ventanas de cristal, dos elementos fundamentales para mantener la autenticidad del diseño original.

Facebook / Restauration du U55 Currus Cityrama
La tecnología moderna también se ha convertido en una aliada para mejorar ciertos aspectos del autobús. Uno de ellos es el sistema de refrigeración, que en los modelos originales presentaba serios problemas de sobrecalentamiento debido a la estructura acristalada. Ahora, con un sistema de refrigeración más eficiente y componentes mejorados, se busca equilibrar la conservación histórica con la seguridad y funcionalidad del vehículo.
Otro de los retos que tuvieron que afrontar los restauradores fue la reconstrucción del chasis, que se encontraba muy deteriorado por el paso del tiempo. Tras una inspección minuciosa, los expertos decidieron restaurar la transmisión utilizando piezas originales y combinar dos motores para asegurar su funcionamiento.
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Cuando finalmente se complete la restauración del autobús, falta por ver cuál será su destino. Si bien todo apunta a que el Citroën U55 Currus Cityrama pasará a engrosar las filas de algún museo del automóvil, no se descarta que pueda ser reincorporado al circuito turístico de París para ofrecer de nuevo su icónica panorámica a los visitantes. Lo que ya hizo en su época dorada.
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