Dubioza Kolektiv
El grupo bosnio, emblema del mestizaje, confirmó en Apolo que el baile desenfrenado es mejor para la salud que el fitness
Dubioza Kolektiv
★★★✩✩
Lugar y fecha: Apolo (13/IX/2025)
El grupo bosnio Dubioza Kolektiv es un emblema del mestizaje, con más de veinte años de carrera. Su conexión, además, con los colegas del sur de Europa les ha llevado a colaborar con Manu Chao, Roy Paci, el grupo Che Sudaka -de los que rescataron Todo llega a su tiempo– o La Pegatina, cuyo cantante, Adrià Salas, saltó al escenario no solo para recordar la canción Hay libertad, sino que repitió en el que fue estreno en directo de su reciente single conjunto Rakija y ron, de marcado carácter latino y cuya letra dice: “Llegó el escándalo, llegó la gozadera, llegó el follón/Se fue lo malo lejos, llegó de los Balcanes este fiestón”.
Es un buen resumen de lo que supone una actuación de este septeto que durante hora y media no da tregua a sus entregados seguidores. La sala se convirtió en un frenesí de cuerpos bailando al ritmo de una infalible mezcla de ska, hip hop, rock y los indispensables aromas de la música balcánica, representada sobre todo por los constantes fraseos y graznidos de su alocado saxofonista. No se puede decir que el sonido sea excesivamente original o innovador, pero su maquinaria funciona con la perfección de un engrasado resorte. Combinando actitud punk con un notable sentido del humor, que les lleva a actuar uniformados con una vestimenta deportiva de chillones colores amarillo y negro.
Alternan la lengua materna con el inglés y un macarrónico castellano, con concienciadas letras que claman contra la burocracia y la esclavitud de los pobres en Firma ilegal o que ya hablaban de que les gustaría que los palestinos vivieran en paz en Volio BiH, una canción incluida en el álbum Apsurdistan (2013). También son claros postulándose a favor de la legalización de la marihuana y en Boom! guiñan el ojo descaradamente al bhangramuffin del británico Apache Indian.
Pero para homenajes ninguno como las versiones del I fought the law de The Clash y el himno partisano Bella ciao, que tocaron en una fase acústica que además de incluir proclamas a favor del antifascismo y el internacionalismo terminó con toda la sala coreando “¡Palestina libertad!”. Y quedaba aún un bis en el que incluyeron la trepidante y arrolladora Balkan funk, para confirmar lo que una voz femenina en off dijo en el preludio del concierto: que la música a todo volumen y el baile desenfrenado que provocaba el grupo era mucho mejor para la salud que el fitness (ejercicio físico vigoroso) o el yoga.
Cultura