Cliff Richard, el ídolo del pop reconvertido en el rey de los calendarios a los 83 años

Cliff 2025, con fotos del cantante en su paraíso en las Barbados a sus 83 años, compite con los calendarios de Taylor Swift y Harry Styles entre los más vendidos Leer Cliff 2025, con fotos del cantante en su paraíso en las Barbados a sus 83 años, compite con los calendarios de Taylor Swift y Harry Styles entre los más vendidos Leer  

España también tuvo su mayo del 68, aunque sucediera realmente en abril de tan emblemático año. Fue cuando Massiel dio el do de pecho en Eurovisión con el La, la, la y humilló en el Royal Albert Hall de Londres a Cliff Richard, que quedó segundo con su Congratulations. Un punto de diferencia fue suficiente para dar el triunfo a la cantante española, lo que dio pie a todo tipo de especulaciones sobre la manipulación del voto.

«El líder fascista español general Franco amañó la votación», tituló años después el tabloide The Sun. «Si, como dicen, hay pruebas de que yo fui el ganador, sería la persona más feliz del planeta», llegó a declarar Cliff Richard a The Guardian. «He vivido con esto de ser el segundo tantos años que ahora sería genial que viniera alguien vinculado al concurso y me dijese: ‘¡Hey, Cliff! Tú ganaste al final'».

El caso es que Richard lo volvió a intentar en Eurovisión en 1973, y partía como el gran favorito con el festivo Power to All Our Friends. Pero al final quedó tercero, derrotado por la cristalina Anne-Marie David, que ganó para Luxemburgo con Tu te reconnaîtras, y por el Eres tú de Mocedades, que fueron segundos en un nuevo desquite español ante el ídolo británico.

Sir Cliff Richard, también es cierto, pinchó en su intento de abrirse paso en Estados Unidos, pero en las islas británicas fue el auténtico precursor del rock ‘n’ roll, con el bombazo de Move It allá por 1958. Con 21 millones de singles vendidos en su patria, tan solo fue superado solo por los Beatles y Elvis Presley en el siglo XX. Hasta el mismísimo John Lennon llegó a decir de él: «Antes de Cliff y The Shadows no había nada que escuchar en el Reino Unido».

Con su tupé y sus patillas a lo Elvis triunfó en películas como Summer Holiday o Wonderful Life. Y allá por 1979 (el mismo año en que lanzó el popularísimo We Don’t Talk Anymore) tuvo la genial idea de posar con el torso desnudo y su contagiosa sonrisa en el primero de sus popularísimos calendarios, que arrasaron mucho más allá de su multitudinaria base de fans en todo el mundo.

Cliff 2025 da título al calendario para el año en ciernes, inmortalizado por su amigo el fotógrafo británico Robin Williams a bordo de un crucero y en su paraíso tropical de Barbados, brindando con algo parecido a un mojito, posando en una fuente de delfines o chapoteando en bañador y con una camiseta: «Me encanta estar en el agua, me relaja mucho después de un día de trabajo y me aclara las ideas y los planes de futuro».

En 2022, el último año que posó con el torso al descubierto, Cliff Richard encabezó el ranking de los calendarios de cantantes más vendidos. En 2024, fue relegado al segundo puesto no precisamente por Massiel, sino por Taylor Swift, aunque se consoló quedando por delante de Oasis. En su día llegó a batir al mismísimo Justin Bieber en la cresta de ola y se estima que su calendarios han vendido el equivalente a más de 2,4 millones de euros.

Su éxito como poster boy ha sido tal que su carrera como cantante ha quedado en segundo plano, aunque en el 2023 celebró sus 65 años en el mundo de la música con su último álbum, Cliff with Strings – My Kinda Life, con dueto incluido con su añorada Olivia Newton-John. Con su flequillo venido a menos, sigue soltero a su edad, aunque presume de haber tenido un puñado de entrañables novias, niega ser gay y sigue siendo un devoto cristiano.

En el último número de Woman’s Weekly, el cantante se destapa como audaz cocinero con la receta de una salsa navideña a base de cebolla y finas hierbas. Y en los medios británicos proliferan los artículos sobre «la presencia reconfortante» y «el efecto rejuvenecedor» de los calendarios de Cliff Richard, con su proverbial sonrisa y como antídoto ante un mundo convulso. Por los siglos de los siglos.

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