El grupo sevillano Califato ¾, ya con tres álbumes en su haber, aterrizó en el festival Guitar BCN para escanciar su irreverencia. Liderado por el estrafalario Manuel Chaparro, alias The Gardener, el septeto se dedicó a alternar diversos estilos, con resultados desiguales. Desde una introducción instrumental, convertida en un paso de Semana Santa sintético y en clave dub; algo en lo que insistieron en una saeta con el jondo puesto por la cantante del grupo, María José Luna, y el freakismo por un Chaparro envuelto en una bandera palestina.
El conjunto andaluz desplegó sus temas en la sala Razzmatazz con el desparpajo y estilo peculiar de su líder Manuel Chaparro, alias The Gardiner, que perjudicó la actuación con su parloteo excesivo
El grupo sevillano Califato ¾, ya con tres álbumes en su haber, aterrizó en el festival Guitar BCN para escanciar su irreverencia. Liderado por el estrafalario Manuel Chaparro, alias The Gardener, el septeto se dedicó a alternar diversos estilos, con resultados desiguales. Desde una introducción instrumental, convertida en un paso de Semana Santa sintético y en clave dub; algo en lo que insistieron en una saeta con el jondo puesto por la cantante del grupo, María José Luna, y el freakismo por un Chaparro envuelto en una bandera palestina.
Ya con el barbudo Gardener al frente, se lanzaron a desguazar el Cristo de las navajas , que en su lengua propia se escribe como Crîtto de lâ nabahâ , resuelto entre ráfagas techno y un jocoso parloteo. Siguieron con uno de sus temas más populares, Çambra der Huebê Çanto , para mostrar “orgullo charnego” y recurrir al silbido western a la manera de Kurt Savoy, mientras el líder se paseaba por el escenario en bicicleta. Otro tema imprescindible es la Buleríâ del aire acondiçionado , transformada para la ocasión en la bulería del abanico prestado e iluminado con leds, que le sirvió a la cantante para introducir un tema que alterna jondo y rap, palmas y electrónica. Para que la juerga híbrida no decayese, nada mejor que la rumba No me daba cuenta , entre el estilo caño roto y el gitano de la cabra.

Carlota Figueras
También hacen un par de interludios flamencos, de cante y toque, que más que sumar restan a una propuesta en la que el mayor lastre son los constantes parloteos de un Gardener que se pasa de gracioso. Ataviado con estrafalarias vestimentas, según dijo inspirado por Ocaña, hizo de bufón y comediante en temas como Tû cadenâ , mezcla de rock, break beats y hip hop. Tampoco faltó la rave con Er patio de lô hirgerô , sustentado en ráfagas de drum’n’bass, un Xktúxkyo escorado al funk y la música disco o la efectiva versión del clásico bolero Historia de un amor .
Lee también
Aunque todo el protagonismo se lo llevó la guasa del excéntrico Gardener, ya fuera enfundándose una camiseta del Betis antes de la caótica La bía en roça o en un final con Çilençio (Infinito), en el que apareció ataviado con capirote de cofrade, para hacer una acérrima defensa de las mujeres y despotricar de “tantos siglos de represión”, antes de lanzarse el grupo a una andanada electro, entre música procesional pregrabada, para acabar de rematar con el himno de Andalucía.
Cultura