Anna Fogtman, jefa de operaciones de protección radiológica en la Agencia Espacial Europea (ESA), monitoriza la exposición de los astronautas a la radiación que llega del espacio y les enseña cómo protegerse en la Estación Espacial Internacional (ISS). Además, desarrolla nuevas tecnologías que servirán de escudo en las futuras misiones lunares. Un informe reciente sobre Artemis I, la misión de la NASA sin tripulación que en 2022 voló alrededor de la Luna, ha arrojado luz sobre cómo garantizar la seguridad de los astronautas que, no antes de 2026, regresen a nuestro satélite natural. Un viaje más lejano, a Marte, será mucho más complicado.—¿A qué nivel de radiación se enfrentarán los que viajen a la Luna?—Similar al de la ISS. Lo sabemos porque la ESA, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y la NASA enviaron en la cápsula Orion de Artemis I sensores para medir el nivel de radiación , que registraron entre 26,7 y 35,4 milisievert (mSv) [En comparación, un TAC de cuerpo entero emite hasta 30 mSv]. Durante una misión de medio año en la ISS, nuestros astronautas reciben de 90 a 120 mSv, muy por debajo de nuestros límites de seguridad. Cada agencia espacial tiene los suyos, pero en la ESA un astronauta no puede recibir más de un sievert en toda su carrera. Noticia Relacionada Artemis I estandar No La nave que nos devolverá a la Luna supera la prueba de radiación en su primer viaje J. de Jorge—¿Neil Armstrong y sus compañeros de las Apolo estaban más expuestos?—Sí, recibieron dosis significativamente más altas , porque las naves Apolo estaban mucho menos blindadas. El blindaje grueso de la Orion protege a los astronautas de las erupciones solares que emiten partículas energéticas. Si los astronautas de las Apolo se hubieran encontrado con un evento así, habrían sufrido consecuencias graves. —¿Hasta qué punto afecta la radiación a la salud de los astronautas?—Depende de cuánta reciban. Las dosis a las que están expuestos en la ISS no son agudas. No sufren reacciones severas, como en Chernóbil, Hiroshima o Nagasaki. Sin embargo, en diez, quince, veinte, tal vez treinta años, la radiación acumulada puede aumentar el riesgo de cáncer. Aún así, es un riesgo muy bajo en comparación con otros factores como fumar, las exposiciones toxicológicas, el estrés u otros factores ambientales. La radiación también puede producir cataratas en etapas posteriores de la vida. —¿Un fumador tiene más riesgo de contraer cáncer que un astronauta?—¡Oh sí, un riesgo significativamente mayor! Porque los astronautas son individuos muy saludables, más que el promedio de la población. La probabilidad de los astronautas estadounidenses de morir por un cáncer sin que vuelen al espacio es del 15%, el del promedio de la población fumadora, un 40%. —¿Hemos aprendido algo nuevo de Artemis I para evitar la radiación?—Orion nos ha enseñado en qué áreas de la nave tenemos más exposición por el tipo de blindaje y por las interacciones con las partículas que llegan del espacio. También influye la orientación de la cápsula. Además, comprobamos que cuando pasa por un cuerpo planetario, la radiación se reduce. —¿Cómo se cuida de la salud de los astronautas en el espacio?—La medicina espacial es preventiva, intenta evitar cualquier intervención médica en el espacio. Por eso, examinamos minuciosamente a los candidatos a astronautas y los elegidos se someten a pruebas médicas. Cuando son enviados en una misión, mantienen conferencias semanales con un médico llamado cirujano de vuelo. Si hay algún problema, la estación espacial tiene un gran botiquín con medicamentos.Un cosmonauta de la MIR sufrió cálculos renales y en la ISS hubo una trombosis. Por suerte, los dos casos se solucionaron en órbita—¿Qué afecciones son más comunes?—El dolor de espalda, porque en un estado de ingravidez nuestra columna se expande y crecemos. A veces, los astronautas tienen alergias. Y, por supuesto, las infecciones, porque el sistema inmunitario se deteriora en condiciones de microgravedad.—¿Pueden resfriarse allá arriba?—Por supuesto. Los astronautas trabajan muy duro, lo que significa que sudan mucho. Y, bueno, hay cambios de temperatura. Sin embargo, se someten a cuarentena antes del lanzamiento para no llevar ninguna infección a bordo.—¿Ha ocurrido alguna emergencia?—En la década de los 80, un cosmonauta de la estación rusa MIR tuvo cálculos renales. En el espacio hay mayor riesgo de que ocurra, por la pérdida de calcio en los huesos debido a la microgravedad. Por suerte, expulsó las piedras en dos o tres días durante el vuelo. Fue bastante doloroso, pero se solucionó. En 2018, un astronauta de la ISS sufrió una trombosis venosa profunda , un coágulo en una vena yugular. Es una afección potencialmente mortal. Afortunadamente, había medicamentos para tratarla, la misión se completó y el astronauta se recuperó por completo después del aterrizaje. Sin embargo, si hubiera habido un riesgo de derrame cerebral, toda la tripulación habría tenido que regresar. Chequeo para turistas—¿Quién toma esa decisión?—El cirujano de vuelo aconseja al director de vuelo y este toma la decisión final. Antes de realizar un procedimiento invasivo es más probable que se tome la decisión de regresar a la Tierra.—¿Y ante un ataque al corazón?—Los astronautas están capacitados para realizar reanimación cardiopulmonar (RCP) en microgravedad, algo muy difícil. Por fortuna, situaciones tan peligrosas no han ocurrido.En la estación espacial hay antidepresivos y reuniones periódicas con un psicólogo—¿Se cuida la salud mental?—Es crucial por el confinamiento, la separación de los seres queridos, la falta de aire fresco, la convivencia obligada… Nadie puede abrir una puerta y salir a darse un respiro si lo necesita. Los astronautas tienen reuniones periódicas con un psicólogo. Además, según un estudio publicado en 2015 , en la estación espacial hay medicamentos para mejorar la salud mental, incluidos antidepresivos.—¿Se utilizan con regularidad?—Esa es una información muy confidencial entre un astronauta, su psicólogo y su médico. Los astronautas son humanos. Definitivamente más saludables que el promedio de cualquier población, pero no perfectos, también enferman. —Queremos ir a Marte, ¿pero en qué estado llegaremos?—Con la tecnología actual, una misión a Marte llevaría tres años, por lo que es probable que los astronautas se expongan a una radiación por encima de los límites de seguridad. Esto significa una probabilidad mayor de cáncer y más riesgo de sufrir una degeneración en los tejidos del corazón, los músculos y el cerebro. Esto último implica una pérdida de neuronas, cierta disminución de las funciones cognitivas o incluso pérdida de la memoria, peligroso para la propia seguridad de la misión. Estamos investigando con células in vitro y ratones porque necesitamos entender estos efectos. Además, pueden sufrir cataratas y una pérdida significativa de masa muscular y ósea. Podemos imaginar un escenario en el que la nave se estrelle en Marte y los astronautas tengan que salir por sus propios medios. Si han perdido el 20 o el 30% de la masa ósea y muscular, puede que sea imposible. No podrían caminar o correr si fuera necesario. —¿Los turistas espaciales deberían pasar una prueba médica?—Hoy en día, no ocurre porque las compañías espaciales privadas no tienen las mismas regulaciones que las agencias espaciales nacionales. Y también porque las misiones turísticas son mucho más cortas y no van a hacer un trabajo duro. Sin embargo, estoy convencida de que deberían someterse a algún chequeo. Es algo que necesita ser regulado a un nivel internacional.—¿Por qué no hay siempre un médico a bordo? —Ahora mismo en la estación espacial hay uno, Michael Barratt, quien en realidad es un ex cirujano de vuelo de la NASA. A pesar de eso, los astronautas deben, independientemente de si son médicos o no, tener una formación médica muy específica y muy especializada, porque los efectos de los vuelos espaciales son tan distintos, tan especiales, que la formación en medicina general puede no ser suficiente. Un médico no especializado puede no darse cuenta de una afección o no diagnosticarla correctamente.MÁS INFORMACIÓN noticia No La NASA lanza Europa Clipper para averiguar si una luna de Júpiter es habitable noticia Si Observan moléculas orgánicas complejas fuera del Sistema Solar por primera vez—¿Se usa en la Tierra lo aprendido sobre la salud en el espacio?—Sí, absolutamente. Aprender sobre las partículas cargadas a las que están expuestos los astronautas beneficia a los pacientes que reciben terapia de protones. Además, estudiar el cuerpo humano en microgravedad puede ser útil para las personas inmovilizadas porque no pueden caminar o están en coma. Anna Fogtman, jefa de operaciones de protección radiológica en la Agencia Espacial Europea (ESA), monitoriza la exposición de los astronautas a la radiación que llega del espacio y les enseña cómo protegerse en la Estación Espacial Internacional (ISS). Además, desarrolla nuevas tecnologías que servirán de escudo en las futuras misiones lunares. Un informe reciente sobre Artemis I, la misión de la NASA sin tripulación que en 2022 voló alrededor de la Luna, ha arrojado luz sobre cómo garantizar la seguridad de los astronautas que, no antes de 2026, regresen a nuestro satélite natural. Un viaje más lejano, a Marte, será mucho más complicado.—¿A qué nivel de radiación se enfrentarán los que viajen a la Luna?—Similar al de la ISS. Lo sabemos porque la ESA, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y la NASA enviaron en la cápsula Orion de Artemis I sensores para medir el nivel de radiación , que registraron entre 26,7 y 35,4 milisievert (mSv) [En comparación, un TAC de cuerpo entero emite hasta 30 mSv]. Durante una misión de medio año en la ISS, nuestros astronautas reciben de 90 a 120 mSv, muy por debajo de nuestros límites de seguridad. Cada agencia espacial tiene los suyos, pero en la ESA un astronauta no puede recibir más de un sievert en toda su carrera. Noticia Relacionada Artemis I estandar No La nave que nos devolverá a la Luna supera la prueba de radiación en su primer viaje J. de Jorge—¿Neil Armstrong y sus compañeros de las Apolo estaban más expuestos?—Sí, recibieron dosis significativamente más altas , porque las naves Apolo estaban mucho menos blindadas. El blindaje grueso de la Orion protege a los astronautas de las erupciones solares que emiten partículas energéticas. Si los astronautas de las Apolo se hubieran encontrado con un evento así, habrían sufrido consecuencias graves. —¿Hasta qué punto afecta la radiación a la salud de los astronautas?—Depende de cuánta reciban. Las dosis a las que están expuestos en la ISS no son agudas. No sufren reacciones severas, como en Chernóbil, Hiroshima o Nagasaki. Sin embargo, en diez, quince, veinte, tal vez treinta años, la radiación acumulada puede aumentar el riesgo de cáncer. Aún así, es un riesgo muy bajo en comparación con otros factores como fumar, las exposiciones toxicológicas, el estrés u otros factores ambientales. La radiación también puede producir cataratas en etapas posteriores de la vida. —¿Un fumador tiene más riesgo de contraer cáncer que un astronauta?—¡Oh sí, un riesgo significativamente mayor! Porque los astronautas son individuos muy saludables, más que el promedio de la población. La probabilidad de los astronautas estadounidenses de morir por un cáncer sin que vuelen al espacio es del 15%, el del promedio de la población fumadora, un 40%. —¿Hemos aprendido algo nuevo de Artemis I para evitar la radiación?—Orion nos ha enseñado en qué áreas de la nave tenemos más exposición por el tipo de blindaje y por las interacciones con las partículas que llegan del espacio. También influye la orientación de la cápsula. Además, comprobamos que cuando pasa por un cuerpo planetario, la radiación se reduce. —¿Cómo se cuida de la salud de los astronautas en el espacio?—La medicina espacial es preventiva, intenta evitar cualquier intervención médica en el espacio. Por eso, examinamos minuciosamente a los candidatos a astronautas y los elegidos se someten a pruebas médicas. Cuando son enviados en una misión, mantienen conferencias semanales con un médico llamado cirujano de vuelo. Si hay algún problema, la estación espacial tiene un gran botiquín con medicamentos.Un cosmonauta de la MIR sufrió cálculos renales y en la ISS hubo una trombosis. Por suerte, los dos casos se solucionaron en órbita—¿Qué afecciones son más comunes?—El dolor de espalda, porque en un estado de ingravidez nuestra columna se expande y crecemos. A veces, los astronautas tienen alergias. Y, por supuesto, las infecciones, porque el sistema inmunitario se deteriora en condiciones de microgravedad.—¿Pueden resfriarse allá arriba?—Por supuesto. Los astronautas trabajan muy duro, lo que significa que sudan mucho. Y, bueno, hay cambios de temperatura. Sin embargo, se someten a cuarentena antes del lanzamiento para no llevar ninguna infección a bordo.—¿Ha ocurrido alguna emergencia?—En la década de los 80, un cosmonauta de la estación rusa MIR tuvo cálculos renales. En el espacio hay mayor riesgo de que ocurra, por la pérdida de calcio en los huesos debido a la microgravedad. Por suerte, expulsó las piedras en dos o tres días durante el vuelo. Fue bastante doloroso, pero se solucionó. En 2018, un astronauta de la ISS sufrió una trombosis venosa profunda , un coágulo en una vena yugular. Es una afección potencialmente mortal. Afortunadamente, había medicamentos para tratarla, la misión se completó y el astronauta se recuperó por completo después del aterrizaje. Sin embargo, si hubiera habido un riesgo de derrame cerebral, toda la tripulación habría tenido que regresar. Chequeo para turistas—¿Quién toma esa decisión?—El cirujano de vuelo aconseja al director de vuelo y este toma la decisión final. Antes de realizar un procedimiento invasivo es más probable que se tome la decisión de regresar a la Tierra.—¿Y ante un ataque al corazón?—Los astronautas están capacitados para realizar reanimación cardiopulmonar (RCP) en microgravedad, algo muy difícil. Por fortuna, situaciones tan peligrosas no han ocurrido.En la estación espacial hay antidepresivos y reuniones periódicas con un psicólogo—¿Se cuida la salud mental?—Es crucial por el confinamiento, la separación de los seres queridos, la falta de aire fresco, la convivencia obligada… Nadie puede abrir una puerta y salir a darse un respiro si lo necesita. Los astronautas tienen reuniones periódicas con un psicólogo. Además, según un estudio publicado en 2015 , en la estación espacial hay medicamentos para mejorar la salud mental, incluidos antidepresivos.—¿Se utilizan con regularidad?—Esa es una información muy confidencial entre un astronauta, su psicólogo y su médico. Los astronautas son humanos. Definitivamente más saludables que el promedio de cualquier población, pero no perfectos, también enferman. —Queremos ir a Marte, ¿pero en qué estado llegaremos?—Con la tecnología actual, una misión a Marte llevaría tres años, por lo que es probable que los astronautas se expongan a una radiación por encima de los límites de seguridad. Esto significa una probabilidad mayor de cáncer y más riesgo de sufrir una degeneración en los tejidos del corazón, los músculos y el cerebro. Esto último implica una pérdida de neuronas, cierta disminución de las funciones cognitivas o incluso pérdida de la memoria, peligroso para la propia seguridad de la misión. Estamos investigando con células in vitro y ratones porque necesitamos entender estos efectos. Además, pueden sufrir cataratas y una pérdida significativa de masa muscular y ósea. Podemos imaginar un escenario en el que la nave se estrelle en Marte y los astronautas tengan que salir por sus propios medios. Si han perdido el 20 o el 30% de la masa ósea y muscular, puede que sea imposible. No podrían caminar o correr si fuera necesario. —¿Los turistas espaciales deberían pasar una prueba médica?—Hoy en día, no ocurre porque las compañías espaciales privadas no tienen las mismas regulaciones que las agencias espaciales nacionales. Y también porque las misiones turísticas son mucho más cortas y no van a hacer un trabajo duro. Sin embargo, estoy convencida de que deberían someterse a algún chequeo. Es algo que necesita ser regulado a un nivel internacional.—¿Por qué no hay siempre un médico a bordo? —Ahora mismo en la estación espacial hay uno, Michael Barratt, quien en realidad es un ex cirujano de vuelo de la NASA. A pesar de eso, los astronautas deben, independientemente de si son médicos o no, tener una formación médica muy específica y muy especializada, porque los efectos de los vuelos espaciales son tan distintos, tan especiales, que la formación en medicina general puede no ser suficiente. Un médico no especializado puede no darse cuenta de una afección o no diagnosticarla correctamente.MÁS INFORMACIÓN noticia No La NASA lanza Europa Clipper para averiguar si una luna de Júpiter es habitable noticia Si Observan moléculas orgánicas complejas fuera del Sistema Solar por primera vez—¿Se usa en la Tierra lo aprendido sobre la salud en el espacio?—Sí, absolutamente. Aprender sobre las partículas cargadas a las que están expuestos los astronautas beneficia a los pacientes que reciben terapia de protones. Además, estudiar el cuerpo humano en microgravedad puede ser útil para las personas inmovilizadas porque no pueden caminar o están en coma.
La investigadora desarrolla tecnologías para que las misiones espaciales, incluido el regreso a la Luna, sean más seguras para los astronautas
Anna Fogtman, jefa de operaciones de protección radiológica en la Agencia Espacial Europea (ESA), monitoriza la exposición de los astronautas a la radiación que llega del espacio y les enseña cómo protegerse en la Estación Espacial Internacional (ISS). Además, desarrolla nuevas tecnologías que servirán de …
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