¿Estamos solos en el universo? ¿Es la vida algo exclusivo de nuestro planeta? Estas son dos de las preguntas más importantes que se plantea el ser humano desde que sabe que la Tierra gira alrededor del Sol acompañada de otros mundos. Ya no hablemos de los que hemos descubierto en los últimos tiempos fuera de nuestro vecindario cósmico y que se cuentan ya por miles. Responderlas es el trabajo de Charles Cockell, investigador británico de la Universidad de Edimburgo y codirector del Centro de Astrobiología del Reino Unido, quien busca en hábitats extremos, como el Ártico o el desierto de Atacama, los límites de la vida al menos aquí, en la Tierra. Y, a pesar de sus investigaciones -o quizá a raíz de ellas-, Cockell se declara en la vertiente «cauta». «Hay una tendencia al sobreoptimismo con relación a la detección de la vida extraterrestre», dice desde Barcelona, donde en apenas una hora participará en el ciclo ‘Las fronteras de la astrobiología’, en el Museo de la Ciencia de CosmoCaixa , De Fundación laCaixa, donde explicará una visión a la que no nos tienen acostumbrados la mayoría de los titulares que proliferan en los medios, donde los «mundos habitables» proliferan casi a diario. -La primera pregunta es obligada: ¿Cree que existe vida en otros mundos?-Aunque no sea muy esclarecedora, la respuesta es que no lo sabemos. No sabemos si hay vida habitualmente en otros planetas o si es algo extremadamente raro. Lo que sí hemos aprendido en las dos últimas décadas es que hay muchísimos entornos en los que hay agua líquida. Sabemos que en Marte probablemente había vida, al igual que algunas de las lunas del sistema solar. Y eso es realmente emocionante porque nos da lugares en los que buscar. No obstante, por el momento, sigue siendo un interrogante. -Hablando de Marte. Llevamos años buscando vida allí… ¿por qué cree que aún no se ha encontrado?-Es que resulta difícil encontrar vida en el mismo planeta Tierra. Quiero decir, si recolectamos muestras de lugares como el Ártico o al desierto de Atacama, tampoco es fácil demostrar vida activa en nuestro mundo. Ocurre algo parecido si vamos a Marte con un rover que tiene instrumentos sofisticados, pero nada que ver con lo que hay en un laboratorio. No obstante, a medida que la instrumentación va mejorando, será más fácil responder a esta pregunta. Es uno de los motivos por los cuales cada vez se pone más foco en traer muestras a la Tierra.-Como la prometedora muestra que anunció la NASA hace un año y que espera en el Planeta Rojo para ser recogida. Algunos señalaron que también era una forma de meter presión al Gobierno de Donald Trump, que quiere eliminar esta misión.-Hay un entusiasmo auténtico en relación a las muestras que comentas . Lo interesante es que hay pruebas de que se han producido cambios químicos en las rocas que serían compatibles con la vida. Obviamente todavía hay ambigüedades, pero vale la pena analizarlas. Las decisiones de Trump llegaron después de que el Perseverance, que se pensó para recolectar muestras, no para analizarlas, aterrizase. También hay que tener en cuenta que China ha previsto una misión parecida. Sería tristísimo dejarlas allí.Noticia Relacionada La opinión de los expertos estandar No La verdad tras las posibles señales de vida antigua en Marte: ¿cuánto debemos emocionarnos? Patricia Biosca-¿Y si es China el que trae estas muestras antes, sería complicado para la comunidad científica debido a que son más cerrados a la hora de compartir sus hallazgos?-En realidad China ha estado bastante abierta a la colaboración internacional en los últimos años. Tengo colegas que han participado en misiones chinas a la Luna y las muestras que han obtenido las han ofrecido a la comunidad internacional. Hace unos años es cierto que eran menos proclives a la colaboración internacional, pero eso está cambiando progresivamente a medida que lanzan más misiones. También puede ser resultado de que tenga un papel de mayor liderazgo. Y creo que habrá más colaboraciones en los próximos diez o veinte años. Por no hablar de países emergentes como India. Y eso es bueno para la investigación; porque cuantas más personas estén buscando vida en otros lugares, mejores respuestas obtendremos. -No sé qué opina del famoso y controvertido hallazgo de fosfina en Venus. ¿Quizá ahí los titulares fueron demasiado grandilocuentes?-Es otro gran debate. Por lo que sabemos, las condiciones y la atmósfera de Venus no son propicias a la vida, aunque ahora se está cuestionando esta premisa. No obstante, existe un principio fundamental que aplica a todos los planetas, no únicamente a Venus: no podemos aislar una observación del resto de análisis. La fosfina es un gas que pueden producir los microbios, sí; pero tampoco lo sabemos a ciencia cierta cuáles producen este gas, y desde luego también hay procesos no biológicos que producen fosfina. Además, también lo encontramos en Saturno, en Júpiter, y allí no creemos que pueda haber vida. Con esto creo que sí, hay una tendencia al sobreoptimismo con relación a la detección de la vida extraterrestre. A menudo los medios de comunicación se entusiasman, obviamente; y lo de descubrir vida es mucho más interesante que no descubrirla.-¿Solo los medios?-Diría también que los científicos a veces tendemos a exagerar un poquito en algunas ocasiones porque sabemos que, bueno, la noticia será más interesante. Cuando uno busca financiación es más positivo decir ‘puede que sea vida’. Pero creo que sí debemos ser muy cautos con relación a las afirmaciones que aseveramos. Es importante destacar también que no hemos podido asegurar tampoco que no haya vida en otros mundos. Por ejemplo, de hacerlo en Marte, por ejemplo, sería también una noticia excitante: indicaría que quizá no hubo tanta agua líquida como pensábamos. Y podríamos pensar que el inicio de la vida fue algo muy especial, que sólo tuvo lugar en la Tierra. Eso generaría muchísimos interrogantes científicos.Buscando vida extrema en la Tierra-Usted busca la vida extrema aquí mismo, en la Tierra.-Mucho del trabajo que hago tiene que ver con el estudio de microbios en nuestro planeta. Mi grupo actualmente trabaja analizando el proceso a través del cual los microbios se pueden secar y estar así durante años, sin morir. Mi investigación cotidiana pone el foco en la comprensión de cómo hemos podido sobrevivir miles de millones de años en este planeta.-Pero, ¿y el mensaje de que la vida siempre prospera es acaso mentira?-Como seres humanos, cuando miramos a nuestro alrededor vemos muchísimas cosas vivas y asumimos que está por todas partes. Desde la década de los 70 hemos descubierto vida en los desiertos, en las profundidades, en las los polos… con eso hay una especie de sensación de crecimiento, de abundancia de vida en lugares extremos. Cuando en realidad, si ascendemos dos kilómetros hacia el cielo, que es nada, ya hace demasiado frío para que la vida se reproduzca. Y si bajamos cinco kilómetros por debajo del suelo, hace demasiado calor. Vivimos en una capa muy estrecha en este planeta en la cual la vida es posible. El 99% de la Tierra es extremo para la vida, con lo cual vivimos en un planeta inhabitable con una capa muy estrecha de condiciones aptas para la vida. Es como si nos dan una mesa de pino con una capa finita de roble y nos la vendiesen como tal. En ese caso diríamos que nos han timado.-Me está entristeciendo con esa respuesta.-(Risas) Mi trabajo es deprimir a las personas contando la verdad. Hay matices y todo depende de la perspectiva que le demos. -En su libro ‘The Equations of Life: How Physics Shapes Evolution’ plantea que la vida extraterrestre, de existir, no sería tan diferente a la nuestra. ¿Entonces es mejor no imaginarnos ‘marcianitos verdes’ o seres como ET el extraterrestre?-Sería algo «parecido» a lo que tenemos aquí. Pero estamos en el ámbito de la especulación. Uno de los descubrimientos más interesantes de las últimas décadas ha sido que la vida en el planeta Tierra no está compuesta de moléculas orgánicas con aspecto extraño y que estos ‘ladrillos’ son bastante comunes, incluso en galaxias más alejadas. Aunque no sabemos la repercusión de este hecho, porque existen aminoácidos que no cobran vida. No obstante, creo que la vida está compuesta de materiales comunes. Dicho esto, como explico en el libro, la física acaba canalizando la vida en formas similares. Si encontramos una forma de vida en un océano, siempre será una forma de vida afectada por la viscosidad del agua, por ejemplo. O si va por el aire, necesita tener alas. Porque las leyes de la física son universales. Me puedo equivocar, pero mi idea es que la vida extraterrestre, incluso la química, podría ser muy parecida.-El investigador de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, lleva años señalando que no ya la vida, sino civilizaciones extraterrestres han dejado huellas de su paso cercano, como el objeto interestelar Oumuamua, del que Loeb sostiene que es una nave alienígena. ¿qué opina de estas teorías?-Plantear hipótesis en ciencia siempre es positivo. Aunque haya algunas más optimistas que otras. Loeb se plantea preguntas sobre la naturaleza artificial de los objetos que circulan por el Sistema Solar. Yo soy más escéptico, pero no está mal el ejercicio. El peligro está en generar un optimismo excesivo y que todo el mundo acabe creyendo que todo podría ser vida, cuando en realidad hay una altísima probabilidad de que no sea así. Yo estaría en la vertiente de los cautos en relación a las explicaciones no biológicas. Probablemente se trate de un objeto con propiedades físicas o químicas desconocidas, que no significa que sean raras, sino eso, desconocidas. Pero tampoco critico el optimismo. Al final se trata de enviar robots a Marte, de satélites que lleguen a mundos lejanos. Únicamente así podremos recolectar datos para responder a todas estas preguntas. ¿Estamos solos en el universo? ¿Es la vida algo exclusivo de nuestro planeta? Estas son dos de las preguntas más importantes que se plantea el ser humano desde que sabe que la Tierra gira alrededor del Sol acompañada de otros mundos. Ya no hablemos de los que hemos descubierto en los últimos tiempos fuera de nuestro vecindario cósmico y que se cuentan ya por miles. Responderlas es el trabajo de Charles Cockell, investigador británico de la Universidad de Edimburgo y codirector del Centro de Astrobiología del Reino Unido, quien busca en hábitats extremos, como el Ártico o el desierto de Atacama, los límites de la vida al menos aquí, en la Tierra. Y, a pesar de sus investigaciones -o quizá a raíz de ellas-, Cockell se declara en la vertiente «cauta». «Hay una tendencia al sobreoptimismo con relación a la detección de la vida extraterrestre», dice desde Barcelona, donde en apenas una hora participará en el ciclo ‘Las fronteras de la astrobiología’, en el Museo de la Ciencia de CosmoCaixa , De Fundación laCaixa, donde explicará una visión a la que no nos tienen acostumbrados la mayoría de los titulares que proliferan en los medios, donde los «mundos habitables» proliferan casi a diario. -La primera pregunta es obligada: ¿Cree que existe vida en otros mundos?-Aunque no sea muy esclarecedora, la respuesta es que no lo sabemos. No sabemos si hay vida habitualmente en otros planetas o si es algo extremadamente raro. Lo que sí hemos aprendido en las dos últimas décadas es que hay muchísimos entornos en los que hay agua líquida. Sabemos que en Marte probablemente había vida, al igual que algunas de las lunas del sistema solar. Y eso es realmente emocionante porque nos da lugares en los que buscar. No obstante, por el momento, sigue siendo un interrogante. -Hablando de Marte. Llevamos años buscando vida allí… ¿por qué cree que aún no se ha encontrado?-Es que resulta difícil encontrar vida en el mismo planeta Tierra. Quiero decir, si recolectamos muestras de lugares como el Ártico o al desierto de Atacama, tampoco es fácil demostrar vida activa en nuestro mundo. Ocurre algo parecido si vamos a Marte con un rover que tiene instrumentos sofisticados, pero nada que ver con lo que hay en un laboratorio. No obstante, a medida que la instrumentación va mejorando, será más fácil responder a esta pregunta. Es uno de los motivos por los cuales cada vez se pone más foco en traer muestras a la Tierra.-Como la prometedora muestra que anunció la NASA hace un año y que espera en el Planeta Rojo para ser recogida. Algunos señalaron que también era una forma de meter presión al Gobierno de Donald Trump, que quiere eliminar esta misión.-Hay un entusiasmo auténtico en relación a las muestras que comentas . Lo interesante es que hay pruebas de que se han producido cambios químicos en las rocas que serían compatibles con la vida. Obviamente todavía hay ambigüedades, pero vale la pena analizarlas. Las decisiones de Trump llegaron después de que el Perseverance, que se pensó para recolectar muestras, no para analizarlas, aterrizase. También hay que tener en cuenta que China ha previsto una misión parecida. Sería tristísimo dejarlas allí.Noticia Relacionada La opinión de los expertos estandar No La verdad tras las posibles señales de vida antigua en Marte: ¿cuánto debemos emocionarnos? Patricia Biosca-¿Y si es China el que trae estas muestras antes, sería complicado para la comunidad científica debido a que son más cerrados a la hora de compartir sus hallazgos?-En realidad China ha estado bastante abierta a la colaboración internacional en los últimos años. Tengo colegas que han participado en misiones chinas a la Luna y las muestras que han obtenido las han ofrecido a la comunidad internacional. Hace unos años es cierto que eran menos proclives a la colaboración internacional, pero eso está cambiando progresivamente a medida que lanzan más misiones. También puede ser resultado de que tenga un papel de mayor liderazgo. Y creo que habrá más colaboraciones en los próximos diez o veinte años. Por no hablar de países emergentes como India. Y eso es bueno para la investigación; porque cuantas más personas estén buscando vida en otros lugares, mejores respuestas obtendremos. -No sé qué opina del famoso y controvertido hallazgo de fosfina en Venus. ¿Quizá ahí los titulares fueron demasiado grandilocuentes?-Es otro gran debate. Por lo que sabemos, las condiciones y la atmósfera de Venus no son propicias a la vida, aunque ahora se está cuestionando esta premisa. No obstante, existe un principio fundamental que aplica a todos los planetas, no únicamente a Venus: no podemos aislar una observación del resto de análisis. La fosfina es un gas que pueden producir los microbios, sí; pero tampoco lo sabemos a ciencia cierta cuáles producen este gas, y desde luego también hay procesos no biológicos que producen fosfina. Además, también lo encontramos en Saturno, en Júpiter, y allí no creemos que pueda haber vida. Con esto creo que sí, hay una tendencia al sobreoptimismo con relación a la detección de la vida extraterrestre. A menudo los medios de comunicación se entusiasman, obviamente; y lo de descubrir vida es mucho más interesante que no descubrirla.-¿Solo los medios?-Diría también que los científicos a veces tendemos a exagerar un poquito en algunas ocasiones porque sabemos que, bueno, la noticia será más interesante. Cuando uno busca financiación es más positivo decir ‘puede que sea vida’. Pero creo que sí debemos ser muy cautos con relación a las afirmaciones que aseveramos. Es importante destacar también que no hemos podido asegurar tampoco que no haya vida en otros mundos. Por ejemplo, de hacerlo en Marte, por ejemplo, sería también una noticia excitante: indicaría que quizá no hubo tanta agua líquida como pensábamos. Y podríamos pensar que el inicio de la vida fue algo muy especial, que sólo tuvo lugar en la Tierra. Eso generaría muchísimos interrogantes científicos.Buscando vida extrema en la Tierra-Usted busca la vida extrema aquí mismo, en la Tierra.-Mucho del trabajo que hago tiene que ver con el estudio de microbios en nuestro planeta. Mi grupo actualmente trabaja analizando el proceso a través del cual los microbios se pueden secar y estar así durante años, sin morir. Mi investigación cotidiana pone el foco en la comprensión de cómo hemos podido sobrevivir miles de millones de años en este planeta.-Pero, ¿y el mensaje de que la vida siempre prospera es acaso mentira?-Como seres humanos, cuando miramos a nuestro alrededor vemos muchísimas cosas vivas y asumimos que está por todas partes. Desde la década de los 70 hemos descubierto vida en los desiertos, en las profundidades, en las los polos… con eso hay una especie de sensación de crecimiento, de abundancia de vida en lugares extremos. Cuando en realidad, si ascendemos dos kilómetros hacia el cielo, que es nada, ya hace demasiado frío para que la vida se reproduzca. Y si bajamos cinco kilómetros por debajo del suelo, hace demasiado calor. Vivimos en una capa muy estrecha en este planeta en la cual la vida es posible. El 99% de la Tierra es extremo para la vida, con lo cual vivimos en un planeta inhabitable con una capa muy estrecha de condiciones aptas para la vida. Es como si nos dan una mesa de pino con una capa finita de roble y nos la vendiesen como tal. En ese caso diríamos que nos han timado.-Me está entristeciendo con esa respuesta.-(Risas) Mi trabajo es deprimir a las personas contando la verdad. Hay matices y todo depende de la perspectiva que le demos. -En su libro ‘The Equations of Life: How Physics Shapes Evolution’ plantea que la vida extraterrestre, de existir, no sería tan diferente a la nuestra. ¿Entonces es mejor no imaginarnos ‘marcianitos verdes’ o seres como ET el extraterrestre?-Sería algo «parecido» a lo que tenemos aquí. Pero estamos en el ámbito de la especulación. Uno de los descubrimientos más interesantes de las últimas décadas ha sido que la vida en el planeta Tierra no está compuesta de moléculas orgánicas con aspecto extraño y que estos ‘ladrillos’ son bastante comunes, incluso en galaxias más alejadas. Aunque no sabemos la repercusión de este hecho, porque existen aminoácidos que no cobran vida. No obstante, creo que la vida está compuesta de materiales comunes. Dicho esto, como explico en el libro, la física acaba canalizando la vida en formas similares. Si encontramos una forma de vida en un océano, siempre será una forma de vida afectada por la viscosidad del agua, por ejemplo. O si va por el aire, necesita tener alas. Porque las leyes de la física son universales. Me puedo equivocar, pero mi idea es que la vida extraterrestre, incluso la química, podría ser muy parecida.-El investigador de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, lleva años señalando que no ya la vida, sino civilizaciones extraterrestres han dejado huellas de su paso cercano, como el objeto interestelar Oumuamua, del que Loeb sostiene que es una nave alienígena. ¿qué opina de estas teorías?-Plantear hipótesis en ciencia siempre es positivo. Aunque haya algunas más optimistas que otras. Loeb se plantea preguntas sobre la naturaleza artificial de los objetos que circulan por el Sistema Solar. Yo soy más escéptico, pero no está mal el ejercicio. El peligro está en generar un optimismo excesivo y que todo el mundo acabe creyendo que todo podría ser vida, cuando en realidad hay una altísima probabilidad de que no sea así. Yo estaría en la vertiente de los cautos en relación a las explicaciones no biológicas. Probablemente se trate de un objeto con propiedades físicas o químicas desconocidas, que no significa que sean raras, sino eso, desconocidas. Pero tampoco critico el optimismo. Al final se trata de enviar robots a Marte, de satélites que lleguen a mundos lejanos. Únicamente así podremos recolectar datos para responder a todas estas preguntas.
¿Estamos solos en el universo? ¿Es la vida algo exclusivo de nuestro planeta? Estas son dos de las preguntas más importantes que se plantea el ser humano desde que sabe que la Tierra gira alrededor del Sol acompañada de otros mundos. Ya no hablemos … de los que hemos descubierto en los últimos tiempos fuera de nuestro vecindario cósmico y que se cuentan ya por miles. Responderlas es el trabajo de Charles Cockell, investigador británico de la Universidad de Edimburgo y codirector del Centro de Astrobiología del Reino Unido, quien busca en hábitats extremos, como el Ártico o el desierto de Atacama, los límites de la vida al menos aquí, en la Tierra. Y, a pesar de sus investigaciones -o quizá a raíz de ellas-, Cockell se declara en la vertiente «cauta». «Hay una tendencia al sobreoptimismo con relación a la detección de la vida extraterrestre», dice desde Barcelona, donde en apenas una hora participará en el ciclo ‘Las fronteras de la astrobiología’, en el Museo de la Ciencia de CosmoCaixa, De Fundación laCaixa, donde explicará una visión a la que no nos tienen acostumbrados la mayoría de los titulares que proliferan en los medios, donde los «mundos habitables» proliferan casi a diario.
-La primera pregunta es obligada: ¿Cree que existe vida en otros mundos?
-Aunque no sea muy esclarecedora, la respuesta es que no lo sabemos. No sabemos si hay vida habitualmente en otros planetas o si es algo extremadamente raro. Lo que sí hemos aprendido en las dos últimas décadas es que hay muchísimos entornos en los que hay agua líquida. Sabemos que en Marte probablemente había vida, al igual que algunas de las lunas del sistema solar. Y eso es realmente emocionante porque nos da lugares en los que buscar. No obstante, por el momento, sigue siendo un interrogante.
-Hablando de Marte. Llevamos años buscando vida allí… ¿por qué cree que aún no se ha encontrado?
-Es que resulta difícil encontrar vida en el mismo planeta Tierra. Quiero decir, si recolectamos muestras de lugares como el Ártico o al desierto de Atacama, tampoco es fácil demostrar vida activa en nuestro mundo. Ocurre algo parecido si vamos a Marte con un rover que tiene instrumentos sofisticados, pero nada que ver con lo que hay en un laboratorio. No obstante, a medida que la instrumentación va mejorando, será más fácil responder a esta pregunta. Es uno de los motivos por los cuales cada vez se pone más foco en traer muestras a la Tierra.
-Como la prometedora muestra que anunció la NASA hace un año y que espera en el Planeta Rojo para ser recogida. Algunos señalaron que también era una forma de meter presión al Gobierno de Donald Trump, que quiere eliminar esta misión.
-Hay un entusiasmo auténtico en relación a las muestras que comentas. Lo interesante es que hay pruebas de que se han producido cambios químicos en las rocas que serían compatibles con la vida. Obviamente todavía hay ambigüedades, pero vale la pena analizarlas. Las decisiones de Trump llegaron después de que el Perseverance, que se pensó para recolectar muestras, no para analizarlas, aterrizase. También hay que tener en cuenta que China ha previsto una misión parecida. Sería tristísimo dejarlas allí.
-¿Y si es China el que trae estas muestras antes, sería complicado para la comunidad científica debido a que son más cerrados a la hora de compartir sus hallazgos?
-En realidad China ha estado bastante abierta a la colaboración internacional en los últimos años. Tengo colegas que han participado en misiones chinas a la Luna y las muestras que han obtenido las han ofrecido a la comunidad internacional. Hace unos años es cierto que eran menos proclives a la colaboración internacional, pero eso está cambiando progresivamente a medida que lanzan más misiones. También puede ser resultado de que tenga un papel de mayor liderazgo. Y creo que habrá más colaboraciones en los próximos diez o veinte años. Por no hablar de países emergentes como India. Y eso es bueno para la investigación; porque cuantas más personas estén buscando vida en otros lugares, mejores respuestas obtendremos.
-No sé qué opina del famoso y controvertido hallazgo de fosfina en Venus. ¿Quizá ahí los titulares fueron demasiado grandilocuentes?
-Es otro gran debate. Por lo que sabemos, las condiciones y la atmósfera de Venus no son propicias a la vida, aunque ahora se está cuestionando esta premisa. No obstante, existe un principio fundamental que aplica a todos los planetas, no únicamente a Venus: no podemos aislar una observación del resto de análisis. La fosfina es un gas que pueden producir los microbios, sí; pero tampoco lo sabemos a ciencia cierta cuáles producen este gas, y desde luego también hay procesos no biológicos que producen fosfina. Además, también lo encontramos en Saturno, en Júpiter, y allí no creemos que pueda haber vida. Con esto creo que sí, hay una tendencia al sobreoptimismo con relación a la detección de la vida extraterrestre. A menudo los medios de comunicación se entusiasman, obviamente; y lo de descubrir vida es mucho más interesante que no descubrirla.
-¿Solo los medios?
-Diría también que los científicos a veces tendemos a exagerar un poquito en algunas ocasiones porque sabemos que, bueno, la noticia será más interesante. Cuando uno busca financiación es más positivo decir ‘puede que sea vida’. Pero creo que sí debemos ser muy cautos con relación a las afirmaciones que aseveramos. Es importante destacar también que no hemos podido asegurar tampoco que no haya vida en otros mundos. Por ejemplo, de hacerlo en Marte, por ejemplo, sería también una noticia excitante: indicaría que quizá no hubo tanta agua líquida como pensábamos. Y podríamos pensar que el inicio de la vida fue algo muy especial, que sólo tuvo lugar en la Tierra. Eso generaría muchísimos interrogantes científicos.
Buscando vida extrema en la Tierra
-Usted busca la vida extrema aquí mismo, en la Tierra.
-Mucho del trabajo que hago tiene que ver con el estudio de microbios en nuestro planeta. Mi grupo actualmente trabaja analizando el proceso a través del cual los microbios se pueden secar y estar así durante años, sin morir. Mi investigación cotidiana pone el foco en la comprensión de cómo hemos podido sobrevivir miles de millones de años en este planeta.
-Pero, ¿y el mensaje de que la vida siempre prospera es acaso mentira?
-Como seres humanos, cuando miramos a nuestro alrededor vemos muchísimas cosas vivas y asumimos que está por todas partes. Desde la década de los 70 hemos descubierto vida en los desiertos, en las profundidades, en las los polos… con eso hay una especie de sensación de crecimiento, de abundancia de vida en lugares extremos. Cuando en realidad, si ascendemos dos kilómetros hacia el cielo, que es nada, ya hace demasiado frío para que la vida se reproduzca. Y si bajamos cinco kilómetros por debajo del suelo, hace demasiado calor. Vivimos en una capa muy estrecha en este planeta en la cual la vida es posible. El 99% de la Tierra es extremo para la vida, con lo cual vivimos en un planeta inhabitable con una capa muy estrecha de condiciones aptas para la vida. Es como si nos dan una mesa de pino con una capa finita de roble y nos la vendiesen como tal. En ese caso diríamos que nos han timado.
-Me está entristeciendo con esa respuesta.
-(Risas) Mi trabajo es deprimir a las personas contando la verdad. Hay matices y todo depende de la perspectiva que le demos.
-En su libro ‘The Equations of Life: How Physics Shapes Evolution’ plantea que la vida extraterrestre, de existir, no sería tan diferente a la nuestra. ¿Entonces es mejor no imaginarnos ‘marcianitos verdes’ o seres como ET el extraterrestre?
-Sería algo «parecido» a lo que tenemos aquí. Pero estamos en el ámbito de la especulación. Uno de los descubrimientos más interesantes de las últimas décadas ha sido que la vida en el planeta Tierra no está compuesta de moléculas orgánicas con aspecto extraño y que estos ‘ladrillos’ son bastante comunes, incluso en galaxias más alejadas. Aunque no sabemos la repercusión de este hecho, porque existen aminoácidos que no cobran vida. No obstante, creo que la vida está compuesta de materiales comunes. Dicho esto, como explico en el libro, la física acaba canalizando la vida en formas similares. Si encontramos una forma de vida en un océano, siempre será una forma de vida afectada por la viscosidad del agua, por ejemplo. O si va por el aire, necesita tener alas. Porque las leyes de la física son universales. Me puedo equivocar, pero mi idea es que la vida extraterrestre, incluso la química, podría ser muy parecida.
-El investigador de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, lleva años señalando que no ya la vida, sino civilizaciones extraterrestres han dejado huellas de su paso cercano, como el objeto interestelar Oumuamua, del que Loeb sostiene que es una nave alienígena. ¿qué opina de estas teorías?
-Plantear hipótesis en ciencia siempre es positivo. Aunque haya algunas más optimistas que otras. Loeb se plantea preguntas sobre la naturaleza artificial de los objetos que circulan por el Sistema Solar. Yo soy más escéptico, pero no está mal el ejercicio. El peligro está en generar un optimismo excesivo y que todo el mundo acabe creyendo que todo podría ser vida, cuando en realidad hay una altísima probabilidad de que no sea así. Yo estaría en la vertiente de los cautos en relación a las explicaciones no biológicas. Probablemente se trate de un objeto con propiedades físicas o químicas desconocidas, que no significa que sean raras, sino eso, desconocidas. Pero tampoco critico el optimismo. Al final se trata de enviar robots a Marte, de satélites que lleguen a mundos lejanos. Únicamente así podremos recolectar datos para responder a todas estas preguntas.
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