Los blancos, que llegaron a ganar de 16 puntos en el segundo cuarto, se derriten en la segunda parte para caer de mala manera ante el Bayern Leer Los blancos, que llegaron a ganar de 16 puntos en el segundo cuarto, se derriten en la segunda parte para caer de mala manera ante el Bayern Leer
El Real Madrid de Scariolo no despega. Es más, empieza a preocupar. En Múnich encadenó su sexta derrota del curso, la cuarta en Euroliga, después de una segunda parte horrible. Un hundimiento total ante un Bayern en cuadro al que llegó a dominar por 16 puntos en el segundo cuarto. Individualismo, desacierto, lagunas defensivas… Una noche para recapacitar. [90-84: Narración y estadísticas]
Dos triples postreros, con todo ya perdido, maquillaron un segundo acto en el que el Madrid sólo había sido capaz de anotar 21 puntos. Un apagón difícil de explicar que ahonda en la mala racha blanca a domicilio: todo son derrotas de momento cuando juega lejos del Palacio.
Esa misión, la de derribar el muro psicológico de ganar, al fin, más allá de Madrid, no comenzó de la mejor forma. En un amanecer intolerable, los blancos encajaron un 10-0 en menos de dos minutos. Fue el peor de los presagios ante un rival plagado de bajas (Harris, Jokubaitis, Giffey…) y que todavía no pudo contar con su gran estrella –Dinwiddie, otra estrella NBA en Europa-. No iba a tardar en arreglar el desaguisado.
Primero con un parcial de vuelta de 8-19, con Trey Lyles (el único junto a Tavares que se iba a salvar de la quema) desplegando su enorme talento. Y después, con otro de 0-11 al comienzo del segundo cuarto, ahora con el caboverdiano dominando la pintura ajena. Que no la propia, pues Isiaha Mike se ponía las botas (iba a acabar con 29 puntos y siete rebotes). En el baile de parciales, ahora un 8-0 del Bayern para volver a equilibrar. Y, de vuelta, un 4-21 blanco (39-55) que puso una ventaja que pareció el inicio de una noche plácida.
Nada más lejos de la realidad para un Madrid que volvió a las andadas tras el paso por el vestuario. Completamente bloqueado, comprobó como el Bayern se metía de lleno en la batalla (hasta el 65-63), con un Mike inabordable y una preocupante inoperancia ofensiva. En ese tramo se puso de manifiesto algo que viene siendo tendencia, el mal momento de Campazzo. Y el de Hezonja, al que Scariolo ni siquiera puso en pista en el intento de remontada.
El hundimiento que hizo saltar todas las alarmas cuando, para más inri, Rathan-Mayes se sumó a la fiesta alemana. El ex agarró la responsabilidad y agradeció cada regalo blanco. A falta de seis minutos caía por 10 el Madrid, con apenas 15 puntos en todo ese tramo de segunda mitad. Y sin visos de reacción. Los continuos errores no permitieron ni la épica. El jueves, en el Palacio, aguarda el Fenerbahçe, el campeón, para corregir la nefasta noche de Múnich.
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