Las grandes eléctricas han convencido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de que una de las medidas clave que Red Eléctrica (REE) había propuesto para evitar futuros apagones, no se incluya en la batería de control de cambios urgentes que aprobó ayer el regulador de los mercados.
La CNMC aprueba el resto de normas de excepción vigentes hasta un máximo de tres meses
Las grandes eléctricas han convencido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de que una de las medidas clave que Red Eléctrica (REE) había propuesto para evitar futuros apagones, no se incluya en la batería de control de cambios urgentes que aprobó ayer el regulador de los mercados.
Se trata del mecanismo de control de la tensión del sistema que deben aplicar las tecnologías convencionales autorizadas para ello. El control de la tensión, o la falta de ese control, fue uno de los principales problemas que estuvo detrás el apagón del 28 de abril.
Las eléctricas alegan que sus tecnologías podrían sufrir daños y desestabilizar más el sistema
Red Eléctrica había pedido que estas infraestructuras modificaran su operativa, (regulada por el Procedimiento de Operación 7.4) para absorber con mayor celeridad las sobretensiones que se producen en el sistema eléctrico por una creciente participación de la energía renovable.
Pero, según recoge la resolución que aprobó ayer la CNMC, no es aplicable sin riesgo de provocar daños. En concreto, se afirma que “varios sujetos generadores, tanto de tecnología síncrona como asíncrona, coinciden en la afirmación de que los criterios propuestos para la medición del cumplimiento del servicio son de difícil o incluso imposible cumplimiento, sobre todo por las centrales síncronas convencionales, porque o bien no disponen de la velocidad de respuesta que presupone la propuesta o bien se requería un proceso de adaptación tecnológica”.
Es decir, que aplicar el funcionamiento que había pedido REE podría dañar la maquinaria de esas infraestructuras “y ser incluso contraproducente y provocar inestabilidades y oscilaciones adicionales en el sistema”.
Ante este riesgo, el regulador planteó la creación de un grupo de trabajo que analice con profundidad por parte de todos los operadores implicados las consecuencias de la medida y se valore el tiempo necesario para la actualización técnica de la misma. Es decir, invita a REE y a las empresas eléctricas a trabajar de forma conjunta en una operación de control de tensión segura. Mientras eso ocurre, la CNMC insta a Red Eléctrica a “intensificar las acciones orientadas a lograr un control más efectivo de tensión” y también a poner en marcha los requisitos y autorizaciones que sean necesarios para que las eléctricas puedan ajustar su tecnología “con la mayor celeridad posible”.
El resto de medidas para modificar los procedimientos de operación del sistema eléctrico solicitadas por REE, fueron autorizadas por la CNMC por un período de 30 días, que puede ser ampliado hasta los tres meses según las necesidades que detecte el operador para garantizar la seguridad del suministro en caso de detectarse variaciones bruscas de tensión.
El organismo que preside Cani Fernández supervisará “de manera continuada” el impacto de las medidas sobre el buen funcionamiento del mercado de electricidad.
Una supervisión necesaria en un momento muy delicado para el sistema eléctrico español debido a que está sufriendo una fuerte entrada de energías renovables fotovoltaica y eólica en un momento en el que la demanda no está repuntando debido a las suaves temperaturas que han retrasado el encendido de calefacciones. Una situación que ha provocado en las últimas semanas variaciones de tensión y la alarma de que vuelva a repetirse el drama vivido el pasado 28 abril cuando todo el sistema se fue a cero eléctrico.
Economía