Aunque los fabricantes europeos (y muchos otros de distintas partes del mundo) están de uñas con la Unión Europea por la desaparición en 2035 de los motores de combustión, no cejan en su empeño de presionar por una moratoria que permita unos años más de transición hacia el coche eléctrico. BMW es una de ellas y Jochen Goller es su director de ventas y, en una reciente entrevista en Automotive News, destaca que seguirán manteniendo los motores de combustión, hasta que los clientes dejen de pedirlos: “Siempre hemos afirmado que mantendremos nuestros sistemas de propulsión. La razón por la que estamos creciendo [en modelos] es porque somos capaces de gestionar esta complejidad. Solo reduciremos si observamos un cambio en el mercado”.
Los bávaros presumen de su estrategia global y de que lo mejor aún está por llegar
Aunque los fabricantes europeos (y muchos otros de distintas partes del mundo) están de uñas con la Unión Europea por la desaparición en 2035 de los motores de combustión, no cejan en su empeño de presionar por una moratoria que permita unos años más de transición hacia el coche eléctrico. BMW es una de ellas y Jochen Goller es su director de ventas y, en una reciente entrevista en Automotive News, destaca que seguirán manteniendo los motores de combustión, hasta que los clientes dejen de pedirlos: “Siempre hemos afirmado que mantendremos nuestros sistemas de propulsión. La razón por la que estamos creciendo [en modelos] es porque somos capaces de gestionar esta complejidad. Solo reduciremos si observamos un cambio en el mercado”.

No deja de ser cierta su afirmación, habida cuenta que BMW nunca dijo -como otras marcas europeas- que sería 100% eléctrica en algún momento. Su postura siempre ha sido la de la diversificación de tecnologías. De hecho, es de las pocas marcas que aún invierten en el coche de hidrógeno. Pero Goller destaca, sobre todo, la larga vida que aún le queda al motor térmico: “Hubo una época en la que todos creían que el motor de combustión estaba muerto y había muchas dudas sobre por qué seguíamos invirtiendo en él”, desliza el director de ventas de los bávaros.
Por otro lado, Jochen Goller afirma que el diseño es primordial a la hora de elegir vehículo: “El diseño seguirá siendo el principal motivo de compra. La artesanía y los materiales siguen siendo importantes. Pero además se necesita tecnología de vanguardia. Por tanto, la calidad premium no se limita a una sola característica o aspecto, sino a una combinación de todo”, asegura con rotundidad el directivo alemán.
Y por supuesto no podían faltar unas palabras hacia China. Eso sí, sin alzar demasiado la voz, ya que su mercado es uno de los más importantes para BMW. El directivo asegura que prácticamente todas las empresas pierden dinero en China, pero que la bávara es una de las excepciones. También hacía referencia al dumping estatal del país: “Muchas empresas estatales reciben subvenciones, por lo que China crece, pero no de forma rentable. Ningún fabricante de automóviles en China crece de forma rentable”, confirma Goller.
Pero no quita que desde BMW admiren la determinación del país asiático en ser referentes del coche eléctrico, incluidas las baterías: “China impulsó considerablemente las empresas conjuntas para desarrollar una industria automotriz local. En lugar de imponer aranceles e intentar gravar los automóviles que llegan a Europa, deberíamos facilitar la fabricación local de baterías, lo que podría hacerse mediante empresas conjuntas. Debemos aprender de otros mercados”, destaca Jochen Goller. Y preguntado por el futuro de la industria debido al impacto de los aranceles, el directivo lo tiene claro: “La estrategia de la cadena de suministro se regionalizará, claramente”, sentencia el director de ventas de BMW.
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