Después del éxito dentro del Grec, vuelve a La Villarroel Grand Canyon, de Sergi Pompermayer, con Joan Carreras, Mireia Aixalà, Guillem Balart, Maria Morera, Eduard Buch y Mar Pawlowsky. A pesar del nombre evocador y mítico del río Colorado, la acción se sitúa en la Catalunya rural: “Una noche de verano ardiente en un pueblo de la Catalunya interior, una prostituta inmigrante que hace la carretera presencia un accidente mortal después de una fiesta en la casa de un político miembro de una poderosa familia”. Así empieza la sinopsis de esta historia, con un matrimonio con una hija, el compañero de trabajo del padre, el que lleva el bar del pueblo y un personaje que es “como un ángel caído del cielo”, lo define Pere Arquillué, que es quien dirige la obra.
Pere Arquillué dirige esta obra que nace gracias a un sueño cumplido de Pompermayer: recorrer una parte de la Ruta 66 y llegar hasta el Gran Cañón
Después del éxito dentro del Grec, vuelve a La Villarroel Grand Canyon, de Sergi Pompermayer, con Joan Carreras, Mireia Aixalà, Guillem Balart, Maria Morera, Eduard Buch y Mar Pawlowsky. A pesar del nombre evocador y mítico del río Colorado, la acción se sitúa en la Catalunya rural: “Una noche de verano ardiente en un pueblo de la Catalunya interior, una prostituta inmigrante que hace la carretera presencia un accidente mortal después de una fiesta en la casa de un político miembro de una poderosa familia”. Así empieza la sinopsis de esta historia, con un matrimonio con una hija, el compañero de trabajo del padre, el que lleva el bar del pueblo y un personaje que es “como un ángel caído del cielo”, lo define Pere Arquillué, que es quien dirige la obra.
La obra se escribió como homenaje a gente que no tenían mucho económicamente pero sí mucho amor
Pompermayer explica el origen: “La obra nace gracias a un sueño cumplido, que fue hacer una parte de la Ruta 66 y llegar hasta el Gran Cañón, y allí conocer a un guía navajo que nos explicó historias sobre el pasado colonial español que nosotros desconocíamos. De aquí surgió la idea, también para entenderme a mí mismo, a mi familia y a mi país”.
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El dramaturgo también manifiesta que ha escrito el texto como homenaje a gente como su familia: “No tenían nada económicamente hablando, pero tenían mucho amor, aunque en ocasiones no supieran como gestionarlo, pero tampoco lo hicieron tan mal”. “En la obra hablamos de esta sociedad que nos hace creer en los sueños, pero también hace que no los consigamos nunca: son las ganas de cambiar el mundo y la imposibilidad de hacerlo”, concluye.
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