Salta y baila con David Byrne

David Byrne ha sacado un nuevo disco titulado Who is the sky? , con la Ghost Train Orchestra, un grupo que no conocía y que me está gustando mucho. Mezclan pop, psicodelia y música contemporánea, culta y popular. En una entrevista que le he leído, Byrne dice tres cosas formidables. La primera es que el movimiento es una parte constitutiva de su música, que cuando actúa necesita moverse de aquí para allá y sentirse en el centro de una corriente circular de energía. Le entiendo la mar de bien, porque a mí me pasa exactamente lo mismo. Cuando escribo, ne levanto, doy cuatro pasos hacia delante, tres para atrás, voy al baño, regreso a la silla, me rasco la cabeza, me troncho de risa, leo en voz alta el primer párrafo a la persona que tengo al lado, vuelvo a levantarme, bebo agua, me siento frente al ordenador y levanto los brazos en señal de triunfo. Estos días que escribo en la terraza del bar Felip de Llançà, la gente debe pensar que estoy como un cencerro.

Seguir leyendo…

 David Byrne ha sacado un nuevo disco titulado Who is the sky? , con la Ghost Train Orchestra, un grupo que no conocía y que me está gustando mucho. Mezclan pop, psicodelia y música contemporánea, culta y popular. En una entrevista que le he leído, Byrne dice tres cosas formidables. La primera es que el movimiento es una parte constitutiva de su música, que cuando actúa necesita moverse de aquí para allá y sentirse en el centro de una corriente circular de energía. Le entiendo la mar de bien, porque a mí me pasa exactamente lo mismo. Cuando escribo, ne levanto, doy cuatro pasos hacia delante, tres para atrás, voy al baño, regreso a la silla, me rasco la cabeza, me troncho de risa, leo en voz alta el primer párrafo a la persona que tengo al lado, vuelvo a levantarme, bebo agua, me siento frente al ordenador y levanto los brazos en señal de triunfo. Estos días que escribo en la terraza del bar Felip de Llançà, la gente debe pensar que estoy como un cencerro.Seguir leyendo…  

David Byrne ha sacado un nuevo disco titulado Who is the sky? , con la Ghost Train Orchestra, un grupo que no conocía y que me está gustando mucho. Mezclan pop, psicodelia y música contemporánea, culta y popular. En una entrevista que le he leído, Byrne dice tres cosas formidables. La primera es que el movimiento es una parte constitutiva de su música, que cuando actúa necesita moverse de aquí para allá y sentirse en el centro de una corriente circular de energía. Le entiendo la mar de bien, porque a mí me pasa exactamente lo mismo. Cuando escribo, ne levanto, doy cuatro pasos hacia delante, tres para atrás, voy al baño, regreso a la silla, me rasco la cabeza, me troncho de risa, leo en voz alta el primer párrafo a la persona que tengo al lado, vuelvo a levantarme, bebo agua, me siento frente al ordenador y levanto los brazos en señal de triunfo. Estos días que escribo en la terraza del bar Felip de Llançà, la gente debe pensar que estoy como un cencerro.

Horizontal
Concierto de David Byrne en el Festival Cruïlla en 2018 
ALEX GARCIA

La segunda es que ha dejado de ponerse cremas en la cara. ¡Bravo, Byrne! Su novia no le dejaba en paz, con eso de las cremas: “Ponte crema, ponte crema”. Y, al parecer, una temporada se la ponía. Lo que me recuerda a un escritor mitómano que para explicar que Luis Cernuda era tan moderno y que escribía tan estupendamente recordaba que fue uno de los primeros hombres que, en los años treinta, se empezaron a cuidar la cara con crema hidratante. Yo pensaba: menuda memez. Lee lo que escribe, que lo hace muy bien, y déjate estar de potingues. Byrne ha escrito una canción en la que a base de ponerse cremas se va rejuveneciendo hasta convertirse en un niño de tres años. Su novia, que tanto le insistió, se ve obligada a tener relaciones sexuales con un niño pequeño. Byrne tiene setenta y tres años, pero parece que tenga sesenta y tres, todo hay que decirlo.

Su novia no le dejaba en paz, con eso de las cremas: “Ponte crema, ponte crema”

La tercera gran idea es sobre el arte de vanguardia. Desde la época de los Talking Heads, Byrne ha sido un renovador y a menudo ha colaborado en proyectos teatrales. Trabajó junto a Bob Wilson –uno de los grandes nombres del teatro contemporáneo, que murió este verano–. En la entrevista dice que le gustaba ver de cerca a los artistas de vanguardia y que le hubiera gustado ser uno de ellos. Pero que tomarse de manera pedante la vanguardia no te convierte automáticamente en un artista remarcable. 

Lee también

Por favor: ¡sí! Cuántas veces hemos sufrido esta situación a la que alude en la entrevista. Que un señor o señora, a menudo hiperbatónicamente e ininteligiblemente, te venga a decir que él es el gran artista porque es de vanguardia, como si los demás nos chupáramos el dedo. Cuántas obras buenas ha dado la vanguardia. Y cuántos churros. Tantos como la literatura o el arte pedantescamente clásicos, que parece que por el hecho de ser clásicos–y resistir frente a no sé qué fuerzas del mal– lo tengan ya todo hecho. Le veo muy bien, señor Byrne, aunque haya dejado de embadurnarse la cara.

 Cultura

Te Puede Interesar

  • Tansy E. Hoskins: “La moda sigue siendo una industria basada en la explotación”

  • El largo viaje a Hollywood

  • Luz musical entre la oscuridad

  • Disney anuncia el regreso de ‘Camp Rock 3’ con los Jonas Bothers pero sin Demi Lovato