Siete prostitutas, sobre la ley abolicionista: “Existimos y hacemos un servicio legítimo para muchísimas personas”

Desde la izquierda, Luna Wine, Lea Ferrer, Pamela Morán, Danak y Dalia, este 15 de septiembre de 2025 en un club, en Madrid.

“Lo que siento en todo momento es que nos silencian, que no nos quieren escuchar, quieren hacer leyes sin tenernos en cuenta”. Esto que pronuncia Lea Ferrer, una prostituta de 36 años, lo hacen de diversos modos unas cuantas más de esas mujeres que, insisten, lo son porque lo han decidido ellas, “cada una por sus circunstancias”, pero ellas. Por eso creen que quienes quieren legislar contra lo que entienden como su “trabajo” deberían “como mínimo” escucharlas: qué piensan, cómo viven o cuáles son esas circunstancias, “muy distintas”, que las atraviesan.

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Antonella, en el salón del club el lunes por la mañana. Como otra de las mujeres, Lea Ferrer, prefiere no mostrar quién es no porque se avergüence, sino Dalia, en el club. Está sacándose el carnet de conducir porque es uno de los requisitos que necesita para poder trabajar de una de las múltiples cosas que ha estudiado: tanatopraxia.Luna Wine, en el salón del club en Madrid donde se hizo la entrevista múltiple.Pamela Morán, psicóloga según su titulación académica, aterrizó en España desde Ecuador hace tres años y se dedica a la prostitución desde poco después de llegar. Es portavoz de Stop Abolición.Danak, uno de los pocos –aunque se desconoce cuántos exactamente– hombres que se dedican a la prostitución en España.Lea Ferrer, en uno de los pasillos del club donde se hizo este reportaje, y una de las mujeres que  Un grupo de mujeres que ejercen la prostitución por voluntad propia piden que se reconozca su “trabajo”, hablan de cuál es su realidad y opinan sobre la norma que prepara el Gobierno  Desde la izquierda, Luna Wine, Lea Ferrer, Pamela Morán, Danak y Dalia, este 15 de septiembre de 2025 en un club, en Madrid.

“Lo que siento en todo momento es que nos silencian, que no nos quieren escuchar, quieren hacer leyes sin tenernos en cuenta”. Esto que pronuncia Lea Ferrer, una prostituta de 36 años, lo hacen de diversos modos unas cuantas más de esas mujeres que, insisten, lo son porque lo han decidido ellas, “cada una por sus circunstancias”, pero ellas. Por eso creen que quienes quieren legislar contra lo que entienden como su “trabajo” deberían “como mínimo” escucharlas: qué piensan, cómo viven o cuáles son esas circunstancias, “muy distintas”, que las atraviesan.

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Antonella, en el salón del club el lunes por la mañana. Como otra de las mujeres, Lea Ferrer, prefiere no mostrar quién es no porque se avergüence, sino Dalia, en el club. Está sacándose el carnet de conducir porque es uno de los requisitos que necesita para poder trabajar de una de las múltiples cosas que ha estudiado: tanatopraxia.Luna Wine, en el salón del club en Madrid donde se hizo la entrevista múltiple.Pamela Morán, psicóloga según su titulación académica, aterrizó en España desde Ecuador hace tres años y se dedica a la prostitución desde poco después de llegar. Es portavoz de Stop Abolición.Danak, uno de los pocos –aunque se desconoce cuántos exactamente– hombres que se dedican a la prostitución en España.Lea Ferrer, en uno de los pasillos del club donde se hizo este reportaje, y una de las mujeres que  Sociedad en EL PAÍS

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