El pueblo aragonés con una ruta senderista que conduce a tres bellas cascadas

En el centro del Parque Natural Posets-Maladeta , está el valle de Benasque , un ejemplo del paisaje pirenaico donde las cumbres más altas de Aragón rivalizan en protagonismo con glaciares y lagos helados. Con una variada oferta recreativa en la que no faltan vuelos en parapente, rutas de bicicleta de montaña y bajadas por las aguas bravas del río Ésera, este espacio natural esconde también un abultado patrimonio que, junto a sus tradiciones y el patués –lengua que todavía utilizan los mayores de la zona–, le ha conferido de una identidad propia y un marcado carácter.Imagen del Valle de Benasque, Aragón basotxerri – wikimedia commonsMás allá de Benasque, centro neurálgico del valle, se reparten, además, un puñado de coquetas villas que merece la pena descubrir en una escapada de fin de semana. A 1.540 metros sobre el nivel se asienta el que es el pueblo más alto del Pirineo Aragonés , un destino que no llega a los 400 habitantes y que es, sobre todo, conocido por los amantes de los deportes de invierno gracias a su estación de esquí, pero que, por supuesto, tiene mucho más para ofrecer a lo largo de todo el año.Un mirador entre casas de arquitectura tradicionalCerler es un mirador natural a la mayor concentración de tresmiles de la cordillera pirenaica, un pequeño refugio que invita reconectar con uno mismo y a fundirse con la naturaleza. Su casco antiguo, con casas hechas a base de forja, piedra, madera y pizarra, materiales clave de la arquitectura tradicional de la zona, se levanta alrededor de la parroquia de San Lorenzo, templo con nave rectangular con cabecera semicircular y una torre de tres cuerpos.En un paseo por sus calles se pueden apreciar también algunas casas nobles, como la Casa Cornel , considerado como el edificio más antiguo de la villa (siglo XII) hoy convertido en hotel, la de Santamaría o la de Antondós , así como el lavadero que, construido en 1934 y totalmente restaurado, habla de la importancia que tuvo en la vida cotidiana de sus vecinos tiempo atrás. Si se viaja con niños no hay que perderse tampoco la Casa del Ratoncito Pérez , una minivivienda con puerta, buzón para dientes y un pequeño jardín. Imagen del Pico de Cerler basotxerri – wikimedia commonsTres saltos de agua y una rutaAdemás, durante todo el año se pueden realizar diferentes rutas senderistas que parten desde este pueblo. Una de ellas es una opción circular de unos 7 kilómetros apta para toda la familia que conduce hasta tres saltos de agua de gran belleza que vierten sus aguas al barranco de Clotet y que se conoce como ‘la ruta de las tres cascadas’. Desde el pueblo hay que seguir un camino señalizado con marcas amarillas y blancas –correspondiente a los senderos de pequeño recorrido (PR)– que conduce, en un primer lugar, a la ermita de San Pedro Mártir , patrón del pueblo cuya festividad se celebra a finales de mayo. Junto a este sencillo templo hay un merendero donde poder realizar una breve pausa o, simplemente, sentarse a disfrutar del entorno. Ruta de las tres cascadas de Cerler puro pirineo – asoc. turística empresarial valle de benasqueA continuación, se debe seguir el sendero, donde también se pueden encontrar diferentes paneles informativos, que va por el margen izquierdo del río Ardonés y tras cruzar el puente de Vadiello y hacer una pequeña bajada por terreno rocoso y resbaladizo –hay un cable que asegura este tramo– se llega hasta la primera de las cascadas que es, además, la más espectacular, la de Ardonés o El Bom . Si uno sigue caminando hacia el otro valle llegará hasta la del Clotet, formada por varios saltos de agua y, unos minutos después, a la de la Mascarada a la que se accede cruzando un pequeño puente metálico y que si bien no lleva tanta agua ni es tan asombrosa como la primera merece la pena admirar. La vuelta hacia Cerler se realiza por la   zona de las Terrazas de Paluenga , tierras en las que tiempo atrás se cultivaban cereales. En el centro del Parque Natural Posets-Maladeta , está el valle de Benasque , un ejemplo del paisaje pirenaico donde las cumbres más altas de Aragón rivalizan en protagonismo con glaciares y lagos helados. Con una variada oferta recreativa en la que no faltan vuelos en parapente, rutas de bicicleta de montaña y bajadas por las aguas bravas del río Ésera, este espacio natural esconde también un abultado patrimonio que, junto a sus tradiciones y el patués –lengua que todavía utilizan los mayores de la zona–, le ha conferido de una identidad propia y un marcado carácter.Imagen del Valle de Benasque, Aragón basotxerri – wikimedia commonsMás allá de Benasque, centro neurálgico del valle, se reparten, además, un puñado de coquetas villas que merece la pena descubrir en una escapada de fin de semana. A 1.540 metros sobre el nivel se asienta el que es el pueblo más alto del Pirineo Aragonés , un destino que no llega a los 400 habitantes y que es, sobre todo, conocido por los amantes de los deportes de invierno gracias a su estación de esquí, pero que, por supuesto, tiene mucho más para ofrecer a lo largo de todo el año.Un mirador entre casas de arquitectura tradicionalCerler es un mirador natural a la mayor concentración de tresmiles de la cordillera pirenaica, un pequeño refugio que invita reconectar con uno mismo y a fundirse con la naturaleza. Su casco antiguo, con casas hechas a base de forja, piedra, madera y pizarra, materiales clave de la arquitectura tradicional de la zona, se levanta alrededor de la parroquia de San Lorenzo, templo con nave rectangular con cabecera semicircular y una torre de tres cuerpos.En un paseo por sus calles se pueden apreciar también algunas casas nobles, como la Casa Cornel , considerado como el edificio más antiguo de la villa (siglo XII) hoy convertido en hotel, la de Santamaría o la de Antondós , así como el lavadero que, construido en 1934 y totalmente restaurado, habla de la importancia que tuvo en la vida cotidiana de sus vecinos tiempo atrás. Si se viaja con niños no hay que perderse tampoco la Casa del Ratoncito Pérez , una minivivienda con puerta, buzón para dientes y un pequeño jardín. Imagen del Pico de Cerler basotxerri – wikimedia commonsTres saltos de agua y una rutaAdemás, durante todo el año se pueden realizar diferentes rutas senderistas que parten desde este pueblo. Una de ellas es una opción circular de unos 7 kilómetros apta para toda la familia que conduce hasta tres saltos de agua de gran belleza que vierten sus aguas al barranco de Clotet y que se conoce como ‘la ruta de las tres cascadas’. Desde el pueblo hay que seguir un camino señalizado con marcas amarillas y blancas –correspondiente a los senderos de pequeño recorrido (PR)– que conduce, en un primer lugar, a la ermita de San Pedro Mártir , patrón del pueblo cuya festividad se celebra a finales de mayo. Junto a este sencillo templo hay un merendero donde poder realizar una breve pausa o, simplemente, sentarse a disfrutar del entorno. Ruta de las tres cascadas de Cerler puro pirineo – asoc. turística empresarial valle de benasqueA continuación, se debe seguir el sendero, donde también se pueden encontrar diferentes paneles informativos, que va por el margen izquierdo del río Ardonés y tras cruzar el puente de Vadiello y hacer una pequeña bajada por terreno rocoso y resbaladizo –hay un cable que asegura este tramo– se llega hasta la primera de las cascadas que es, además, la más espectacular, la de Ardonés o El Bom . Si uno sigue caminando hacia el otro valle llegará hasta la del Clotet, formada por varios saltos de agua y, unos minutos después, a la de la Mascarada a la que se accede cruzando un pequeño puente metálico y que si bien no lleva tanta agua ni es tan asombrosa como la primera merece la pena admirar. La vuelta hacia Cerler se realiza por la   zona de las Terrazas de Paluenga , tierras en las que tiempo atrás se cultivaban cereales.  En el centro del Parque Natural Posets-Maladeta , está el valle de Benasque , un ejemplo del paisaje pirenaico donde las cumbres más altas de Aragón rivalizan en protagonismo con glaciares y lagos helados. Con una variada oferta recreativa en la que no faltan vuelos en parapente, rutas de bicicleta de montaña y bajadas por las aguas bravas del río Ésera, este espacio natural esconde también un abultado patrimonio que, junto a sus tradiciones y el patués –lengua que todavía utilizan los mayores de la zona–, le ha conferido de una identidad propia y un marcado carácter.Imagen del Valle de Benasque, Aragón basotxerri – wikimedia commonsMás allá de Benasque, centro neurálgico del valle, se reparten, además, un puñado de coquetas villas que merece la pena descubrir en una escapada de fin de semana. A 1.540 metros sobre el nivel se asienta el que es el pueblo más alto del Pirineo Aragonés , un destino que no llega a los 400 habitantes y que es, sobre todo, conocido por los amantes de los deportes de invierno gracias a su estación de esquí, pero que, por supuesto, tiene mucho más para ofrecer a lo largo de todo el año.Un mirador entre casas de arquitectura tradicionalCerler es un mirador natural a la mayor concentración de tresmiles de la cordillera pirenaica, un pequeño refugio que invita reconectar con uno mismo y a fundirse con la naturaleza. Su casco antiguo, con casas hechas a base de forja, piedra, madera y pizarra, materiales clave de la arquitectura tradicional de la zona, se levanta alrededor de la parroquia de San Lorenzo, templo con nave rectangular con cabecera semicircular y una torre de tres cuerpos.En un paseo por sus calles se pueden apreciar también algunas casas nobles, como la Casa Cornel , considerado como el edificio más antiguo de la villa (siglo XII) hoy convertido en hotel, la de Santamaría o la de Antondós , así como el lavadero que, construido en 1934 y totalmente restaurado, habla de la importancia que tuvo en la vida cotidiana de sus vecinos tiempo atrás. Si se viaja con niños no hay que perderse tampoco la Casa del Ratoncito Pérez , una minivivienda con puerta, buzón para dientes y un pequeño jardín. Imagen del Pico de Cerler basotxerri – wikimedia commonsTres saltos de agua y una rutaAdemás, durante todo el año se pueden realizar diferentes rutas senderistas que parten desde este pueblo. Una de ellas es una opción circular de unos 7 kilómetros apta para toda la familia que conduce hasta tres saltos de agua de gran belleza que vierten sus aguas al barranco de Clotet y que se conoce como ‘la ruta de las tres cascadas’. Desde el pueblo hay que seguir un camino señalizado con marcas amarillas y blancas –correspondiente a los senderos de pequeño recorrido (PR)– que conduce, en un primer lugar, a la ermita de San Pedro Mártir , patrón del pueblo cuya festividad se celebra a finales de mayo. Junto a este sencillo templo hay un merendero donde poder realizar una breve pausa o, simplemente, sentarse a disfrutar del entorno. Ruta de las tres cascadas de Cerler puro pirineo – asoc. turística empresarial valle de benasqueA continuación, se debe seguir el sendero, donde también se pueden encontrar diferentes paneles informativos, que va por el margen izquierdo del río Ardonés y tras cruzar el puente de Vadiello y hacer una pequeña bajada por terreno rocoso y resbaladizo –hay un cable que asegura este tramo– se llega hasta la primera de las cascadas que es, además, la más espectacular, la de Ardonés o El Bom . Si uno sigue caminando hacia el otro valle llegará hasta la del Clotet, formada por varios saltos de agua y, unos minutos después, a la de la Mascarada a la que se accede cruzando un pequeño puente metálico y que si bien no lleva tanta agua ni es tan asombrosa como la primera merece la pena admirar. La vuelta hacia Cerler se realiza por la   zona de las Terrazas de Paluenga , tierras en las que tiempo atrás se cultivaban cereales. RSS de noticias de viajar

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