El miembro de Monty Python no es el único creador que imaginó un futuro distópico que se parece a nuestro presente, pero hoy está de actualidad porque el festival de Sitges le prepara un homenaje. Sobrecoge volver a ver su Brazil (1985) y comprobar hasta qué punto acertó Terry Gilliam al describir un mundo sometido por un autoritarismo tecnológico en el que el sistema no solo no corrige sus desvaríos, sino que se ensaña con quien los sufre. Que se lo pregunten al deportado salvadoreño Kilmar Armando Ábrego.
El miembro de Monty Python no es el único creador que imaginó un futuro distópico que se parece a nuestro presente, pero hoy está de actualidad porque el festival de Sitges le prepara un homenaje. Sobrecoge volver a ver su Brazil (1985) y comprobar hasta qué punto acertó Terry Gilliam al describir un mundo sometido por un autoritarismo tecnológico en el que el sistema no solo no corrige sus desvaríos, sino que se ensaña con quien los sufre. Que se lo pregunten al deportado salvadoreño Kilmar Armando Ábrego.Seguir leyendo…
El miembro de Monty Python no es el único creador que imaginó un futuro distópico que se parece a nuestro presente, pero hoy está de actualidad porque el festival de Sitges le prepara un homenaje. Sobrecoge volver a ver su Brazil (1985) y comprobar hasta qué punto acertó Terry Gilliam al describir un mundo sometido por un autoritarismo tecnológico en el que el sistema no solo no corrige sus desvaríos, sino que se ensaña con quien los sufre. Que se lo pregunten al deportado salvadoreño Kilmar Armando Ábrego.
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