Israel intensifica los ataques contra el plan nuclear iraní y rebaja su estado de emergencia

Según un portavoz militar, las olas de ataques contra plataformas de lanzamiento y depósitos de misiles tierra-tierra es uno de los motivos por los que Irán está disparando menos que los primeros días Leer Según un portavoz militar, las olas de ataques contra plataformas de lanzamiento y depósitos de misiles tierra-tierra es uno de los motivos por los que Irán está disparando menos que los primeros días Leer  

Poco antes de cumplirse la primera semana de la operación León Ascendentecontra objetivos nucleares y militares iraníes (ejército y Guardia Revolucionaria), el gabinete de seguridad israelí se reúne esta noche en un búnker con un ojo puesto en Teherán y el otro, en Washington. Mientras espera que las masivas bombas de Estados Unidos se ocupen de la instalación fortificada de Fordo, la Fuerza Aérea israelí sigue despedazando el plan nuclear iraní.

Tras la segunda noche consecutiva sin víctimas mortales por varias andanadas misiles balísticos disparados a más de 1.500 kilómetros, Israel anunció el bombardeo de una planta de centrifugadoras como complemento «a las acciones de anteriores operaciones llevadas a cabo contra componentes del programa nuclear iraní».

¿Cuántos? «Hemos atacado 1.100 activos diferentes en todo Irán. Trabajamos sistemáticamente para neutralizar todos los elementos de la amenaza nuclear», responde el portavoz militar Effie Defrin. En su valoración, las diferentes olas de ataques contra plataformas de lanzamiento y depósitos de misiles tierra-tierra es uno de los motivos por los que Irán está disparando menos que los primeros días, una vez recuperado del shock del inicio de la ofensiva a gran escala en la madrugada del pasado viernes.

El ejército israelí ha admitido que uno de sus drones, de tipo Hermes, fue derribado en Irán minutos después de que la televisión estatal iraní difundiera un vehículo aéreo no tripulado caído en la provincia central de Isfahán. Se trataría del primer derribo conocido entre los numerosos aparatos aéreos de todo tipo que sobrevuelan los cielos de Irán, ya sea en misiones de reconocimiento y recopilación de información o de ataque.

Tras asegurar que sus misiles lograron penetrar los sistemas de defensa la pasada madrugada, la Guardia Revolucionaria quiso emular los mensajes de su enemigo al anunciar que logró «el control total del espacio aéreo israelí» y emitir una alerta de evacuación en una parte de Tel Aviv.

«Seguimos un plan estudiado para degradar las capacidades armadas del régimen que trabaja para nuestra destrucción con ataques contra todo lo que contribuya a su infraestructura nuclear«, cuentan a EL MUNDO fuentes militares. Tanto en el ejército como en el Gobierno resumen con satisfacción la primera semana de ataques al conseguir, en su opinión, resultados con mayor rapidez de lo esperado. Es decir, con menos oposición de la prevista lograron descabezar la cúpula y golpear infraestructuras de los dos poderosos entes del enemigo, el ejército y la Guardia Revolucionaria; dañar severamente el programa nuclear y debilitar el régimen de Ali Jamenei de tal forma que ruega ahora a Donald Trump un alto el fuego mientras el caos reina en Teherán.

En este sentido, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha anunciado que sus cazas «bombardearon la sede de seguridad interna del régimen iraní, el principal brazo represivo del dictador iraní» y ha prometido que seguirán «dañando los símbolos de poder y atacando el régimen de los ayatolás en todas partes».

De forma contradictoria, varios dirigentes israelíes señalan que la caída del régimen de la República Islámica no está entre los objetivos declarados de la operación, pero no ocultan que sería «una buena noticia no solo para nosotros sino en primer lugar para los iraníes y el resto del mundo». Muchos israelíes se sienten identificados con una frase muy comentada por el canciller alemán, Friedrich Merz: «Este es el trabajo sucio que Israel está haciendo por todos nosotros. También somos víctimas de este régimen. Este régimen clerical ha traído muerte y destrucción al mundo».

«Uno de los objetivos significativos es el daño significativo del programa nuclear. Hemos destruido en Natanz, quizá el mayor sistema del enriquecimiento de uranio en Irán, hemos destruido la instalación de conversión (de uranio) en Isfahan», ha revelado el asesor de seguridad nacional, Tsaji Hanegbi. Preguntado en el Canal 12 si la ofensiva podría acabar sin que Fordo fuera golpeado, respondió de forma escueta: «No».

En el inicio de la reapertura de la economía y la vuelta a la rutina, aún bajo enormes restricciones, Israel anunció el alivio de algunas directrices de seguridad. La decisión de permitir aglomeraciones de hasta 30 personas si hay cerca un refugio o acudir a trabajos en espacios seguros no hubiera sido posible si Irán mantuviese su ritmo de ataques y bajas entre los ciudadanos de los primeros momentos.

Tras cinco días de cierre de su espacio aéreo, las autoridades iniciaron desde Larnaca la gradual repatriación de sus aproximadamente 150.000 ciudadanos en el extranjero debido al estallido de la guerra. Miles de israelíes hacen todo lo posible para abandonar las tranquilas playas de Chipre y volver a un país en guerra y que ha sido blanco de más de 400 misiles balísticos (en su inmensa mayoría neutralizados pero 20 impactaron en zonas urbanas) y 1.000 drones (ninguno impactó en tierra ya que se quedaron cortos o fueron interceptados), y que causaron 24 muertos y casi mil heridos en seis días. Pese a ello, se llaman «vuelos de rescate».

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