Parenostre deja mal cuerpo. La pena y el dolor recosen la película entera. Esto es así porque aunque esté construida con materiales de lo más mundanos (la política, la corrupción, el poder, las relaciones familiares), todos ellos empequeñecen ante lo más sustancial de la historia: la conciencia de un hombre torturado juzgándose a sí mismo.
Parenostre deja mal cuerpo. La pena y el dolor recosen la película entera. Esto es así porque aunque esté construida con materiales de lo más mundanos (la política, la corrupción, el poder, las relaciones familiares), todos ellos empequeñecen ante lo más sustancial de la historia: la conciencia de un hombre torturado juzgándose a sí mismo.Seguir leyendo…
Parenostre deja mal cuerpo. La pena y el dolor recosen la película entera. Esto es así porque aunque esté construida con materiales de lo más mundanos (la política, la corrupción, el poder, las relaciones familiares), todos ellos empequeñecen ante lo más sustancial de la historia: la conciencia de un hombre torturado juzgándose a sí mismo.
Quienes han hecho de Jordi Pujol un monstruo saldrán decepcionados del cine si esperan una obra que haga añicos al personaje. Y también los pujolistas acérrimos podrán molestarse, sobre todo aquellos que exigen su plena absolución social con efectos inmediatos.
Quienes visionen Parenostre sin tantas pretensiones serán probablemente los que más la disfruten. Eso sí, la película exige que la memoria del espectador tenga un mínimo de bagaje de actualidad política para no perderse en los detalles.

Ana Jiménez
Josep Maria Pou brinda una credibilidad pasmosa a los muchos matices que exige el personaje de Jordi Pujol. Una complejidad que no se repite con el resto de la familia Pujol que, aunque todos ellos fundamentales para sustentar la trama narrativa, se dibujan con un perfil más grueso y en algunos casos rozando lo caricaturesco.
La principal virtud de la película está en el atrevimiento de llevar al campo del entretenimiento masivo un asunto político del que aún no se ha dicho la última palabra sin resbalar por el tobogán del activismo oportunista. El expresidente es un personaje poliédrico y como tal es tratado. Para visionar una película de ángeles o demonios mejor compren entrada para otra sala.
Cultura