Wagner se redime con el primer ‘Parsifal’ en Montserrat

Montserrat puede pasar perfectamente sin Wagner, pero los feligreses del compositor no pueden pasar sin Montserrat. Y este jueves, finalmente, cuando caía la noche en la abadía, se hizo realidad una idea largamente acariciada por los amantes de la música del compositor de Leipzig: el caballero artúrico Parsifal cobró vida en la montaña en la que se inspiró Wagner para su ópera testamentaria, ese “festival escénico sagrado” titulado Parsifal

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 Más de 1.900 personas asisten a un momento mágico de la historia de la música en la Basílica de Santa Maria  

Montserrat puede pasar perfectamente sin Wagner, pero los feligreses del compositor no pueden pasar sin Montserrat. Y este jueves, finalmente, cuando caía la noche en la abadía, se hizo realidad una idea largamente acariciada: que el caballero artúrico Parsifal cobrara vida en la montaña que inspiró al compositor para situar su ópera testamentaria, su “festival escénico sagrado”. Lo hizo de oídas, a través de Goethe, y éste mediante las cartas del antropólogo Wilhelm von Humboldt.

Fue así que Wagner supo de la existencia de este perfil agreste y totémico cercano a Barcelona, y de la vida de anacoreta que hacían los monjes que la habitaban. Todo en virtud de la difícil empresa del ser humano: el viaje interior.

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Nikolai Schukoff lloró en el ensayo al escuchar al coro: una experiencia colosal para un cantante wagneriano

“Yo vengo a buscar una emoción, por la carga de símbolos y metáforas. Es una noche única que irradia espiritualidad, historia y el milagro Catalunya-Wagner”, decía un feligrés liceísta mientras de un bus fletado por el Grup Wagner Barcelona descendía medio centenar de personas.

La música escalaba anoche ese Montsalvat, como lo rebautizó Wagner, nombre que un representante del monasterio aprovechó para saludar a los invitados con un “sean bienvenidos a Montsalvat”. En su castillo custodian los caballeros de la orden del Santo Grial el poderoso elemento, y la herida del costado de Amfortas busca sanar sin remedio. Porque la mística, la religiosidad y los valores humanos del catolicismo se los hizo suyos el irreverente Wagner en esta última ópera, decepcionando a su amigo Nietzsche, que no toleró que asimilara la leyenda y la simbología de la fe. Pero el genio de Leipzig, el hombre que cambió el destino de la ópera y la concibió por sí mismo como una obra de arte total, podía permitirse alumbrar ese colofón de su búsqueda de la redención.

De ahí que no pudiera faltar su Parsifal en las celebraciones del Mil·lenari de Montserrat. Por lo menos en una versión en concierto. Y, dado que la ópera es tan larga, que por lo menos pudiera interpretarse el preludio y el tercer acto, cuando ya han deambulado las picantes Muchachas Flor del segundo acto con las que el templo podría sentirse violentado.

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Los músicos de la Jove Orquestra Nacional de Catalunya, capitaneados por Josep Pons, se entregaron en cuerpo y alma una vez tomaron asiento en el interior de la Basílica de Santa Maria. Y con ellos, la Escolania de Montserrat, la Schola Cantorum y el Coro de Caballeros (el Cor del Mil·lenari). Nikolai Schukoff, una de las tres voces solistas de relevancia internacional –junto a Albert Dohmen y José Antonio López–, se emocionó en el ensayo hasta las lágrimas al escuchar el coro. Era una experiencia colosal para quien ha dedicado su vida a lo wagneriano.

Ópera e iglesia compartían liturgia. Se daban la mano como en ocasión de la pandemia, cuando la ahora novia del Liceu, Nadine Sierra, hacía su debut en tierras catalanas con el Réquiem de Mozart junto a la Orquestra del Gran Teatre. Pero esta vez, en el Mil·lenari, la historia se cernía con todo su peso sobre público y artistas: era nada menos que el ¡primer Parsifal en Montserrat! .

La Fundación Salvat (de Laboratorios Salvat), que desarrolla desde su sede en Barcelona una labor de mecenazgo musical –Salvat Beca Bach, proyectos colectivos como la JONC…– y en colaboración con las principales salas, el Liceu, el Palau de la Música y Teatro Real, tuvo la idea de poner en marcha este proyecto. Y al Abad, Manel Gasch, le gustó. No en vano es la entidad que apoya el Concert de Rams del Monestir de Montserrat. Esta especial relación ha propiciado que sea promotora, coproductora y único mecenas de este concierto.

Setecientas personas asistieron al evento en el interior de la basílica y cerca de mil lo siguieron por pantalla desde el exterior, al tiempo que el canal Youtube de la abadía lo retransmitía en streaming, TV3 ha adquirido los derechos durante un año para darlo en abierto, lo mismo que RTVE Play, pero en cerrado. También lo tendrá la Red de televisiones locales de Catalunya y la Unión de Radio y Televisiones Europeas, que hará un intercambio para retransmitirlo en todo el continente.

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