Un investigador español descubre un himno perdido de Babilonia desaparecido durante 1.000 años gracias a la Inteligencia Artificial

“Es un himno fascinante que describe Babilonia en toda su majestuosidad y ofrece una perspectiva de la vida de sus habitantes, hombres y mujeres”. El profesor Enrique Jiménez, de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich (LMU) ha logrado lo que parecía imposible: descifrar un cántico que había estado perdido durante 1.000 años.

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 Enrique Jiménez destaca que el canto escrito hacia el 2000 a.C. describe la antigua ciudad “en toda su majestuosidad”  

“Es un himno fascinante que describe Babilonia en toda su majestuosidad y ofrece una perspectiva de la vida de sus habitantes, hombres y mujeres”. El profesor Enrique Jiménez, de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich (LMU) ha logrado lo que parecía imposible: descifrar un cántico que había estado perdido durante 1.000 años.

Babilonia, fundada en Mesopotamia alrededor del año 2000 antes de Cristo, fue en su día la ciudad más grande del mundo. Una metrópolis cultural donde se escribieron obras que hoy forman parte del patrimonio literario global como el Poema de Gilgamesh, el Enuma Elish o el Código de Hammurabi.

Fragmentos sueltos de tablillas de arcilla

Los textos babilónicos estaban hechos en escritura cuneiforme sobre tablillas de arcilla, de las que apenas se conservan fragmentos sueltos. El himno de alabanza descubierto ahora por Jiménez se escribió alrededor del año 1000 a.C. y ha sido necesario recurrir a la IA para lograr descifrarlo.

“Usando nuestra plataforma logramos identificar otros 30 manuscritos que pertenecen al himno redescubierto, un proceso que antes habría llevado décadas”, afirma el asiriólogo español, que colabora con la Universidad de Bagdad para estudiar cientos de tablillas de la famosa Biblioteca de Sippar y preservarlas para la posteridad.

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El profesor Enrique Jiménez, especialista en escritura cuneiforme 
Propias

El historiador Beroso el Caldeo (350-270 a.C.) cuenta en sus textos que fue en Sippar, una ciudad al noroeste de la antigua Babilonia, en lo que hoy en día es Irak, donde Noé enterró todos los escritos de la tradición mesopotámica antes de que llegara el diluvio universal.

El himno de la alabanza, según explican los investigadores en un artículo publicado en la revista Iraq, consta de 250 versos y ofrece nuevos detalles sobre la sociedad urbana babilónica. “Fue escrito por alguien que quería alabar su ciudad. El autor describe los edificios, pero también cómo las aguas del Éufrates traen la primavera y reverdecen los campos”, dicen.

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“El Éufrates es su río, establecido por el sabio señor Nudimmud.

Sacia el pasto, satura el cañaveral,

vierte sus aguas en lagunas y mares.

Sus campos rebosan de hierbas y flores.

Sus prados, en brillante floración, brotan cebada.

De la cual, recogidas, se apilan gavillas.

Rebaños y manadas descansan en verdes pastos.

La riqueza y el esplendor, propios de la humanidad,

son otorgados, multiplicados y regiamente otorgados.”

Detalles como los del anterior pasaje han resultado ser un hallazgo espectacular porque la literatura mesopotámica que se conserva es parca en sus descripciones de fenómenos naturales. Información sobre las mujeres de Babilonia y su papel como sacerdotisas también ha asombrado a los expertos, ya que no se conocían textos que describieran estos aspectos.

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Uno de los textos estudiados por el profesores Jiménez 
Propias

Identificar hasta 30 manuscritos pertenecientes al canto ha llevado a los especialistas a interpretar que el texto debía estar muy extendido en aquella época. “El himno era copiado por niños en la escuela. Es inusual que un texto tan popular en su época nos fuera desconocido hasta ahora”, señala Jiménez.

El panegírico incluso contiene pasajes que hablan sobre la convivencia en esa antigua sociedad urbana. Por ejemplo, se describe a los habitantes como respetuosos con los extranjeros que visitaban Babilonia, cuyas ruinas se encuentran a unos 85 kilómetros al sur de Bagdad, la capital iraquí.

A través de la Plataforma de la Biblioteca Electrónica Babilónica, Enrique Jiménez está digitalizando fragmentos de texto cuneiforme descubiertos en todo el mundo y utilizando inteligencia artificial para descifrarlos. 

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