A través del pago del impuesto de establecimientos turísticos y del recargo municipal, los cruceristas de tránsito del puerto de Barcelona generan más ingresos que gastos al Ayuntamiento de la capital catalana. Esta es la principal conclusión a la que un estudio elaborado por la Universitat de Barcelona (UB) a petición de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA).
El informe encargado por la patronal del sector cifra en 14,5 millones de euros la aportación de estos viajeros por la vía impositiva a las arcas del Ayuntamiento de Barcelona en 2024
A través del pago del impuesto de establecimientos turísticos y del recargo municipal, los cruceristas de tránsito del puerto de Barcelona generan más ingresos que gastos al Ayuntamiento de la capital catalana. Esta es la principal conclusión a la que un estudio elaborado por la Universitat de Barcelona (UB) a petición de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA).
Según este informe, los cruceristas en tránsito abonan una tasa de 6 o 7 € por persona/día, dependiendo de si su escala es mayor o menor a las 12 horas. Además, se estima que los cruceristas del puerto de Barcelona contribuyeron con 14,5 millones de euros en 2024, cifra que no considera el incremento del recargo municipal que el gobierno municipal ha anunciado recientemente.
De estos 14,5 millones, un total de 11,6 millones (dos más que en 2023) serían gestionados por el Ayuntamiento. Esta cifra, señala el estudio encargado por la patronal de los cruceros, es equiparable al importe total pagado por el Ayuntamiento en 2023 en partidas como la promoción y participación de la infancia y adolescencia (10,4 millones), la promoción de las personas mayores (11,3 millones) o la atención a la inmigración y a refugiados (10,7 milliones).
El estudio Aportación de los pasajeros de cruceros del puerto de Barcelona a la recaudación fiscal del Ayuntamiento de Barcelona ha sido presentado hoy en un desayuno informativo que contó con la participación del catedrático de Economía Aplicada de la UB y director del Laboratorio de Economía Aplicada AQR-Lab, Jordi Suriñach, y del director de CLIA en España, Alfredo Serrano.
Lee tambiénLuis Benvenuty

El estudio también concluye también que el peso de la aportación de los cruceristas a la recaudación total del impuesto de establecimientos turísticos se ha incrementado de manera generalizada, pasando de suponer el 3,7 % del total de la recaudación en 2012 al 9,3 % en 2023.
En 2019, se calcula que los cruceristas representaron el 4,1 % de los visitantes de la ciudad y que contribuyeron al 7,5 % de la recaudación gestionada por el Ayuntamiento mediante el citado tributo. Por lo tanto, el peso de los cruceristas respecto al total de visitantes es claramente inferior a su aportación al importe total de la recaudación gestionado por el Ayuntamiento.
El trabajo analiza las condiciones que se dan en otros puertos de cruceros europeos. Señala que el cobro de un impuesto turístico específico a cruceristas es muy poco frecuente en Europa y que no existe uniformidad respecto a la cuantía (en el 75% de los casos se cobra un máximo de 2 € por crucerista) ni al criterio de aplicación (embarque, estancia o tiempo de escala) de este impuesto.

Llibert Teixidó / Archivo
De las 3 grandes destinaciones analizados (Barcelona, Palma y Hamburgo, puertos con más de un millón de movimientos de pasajeros al año en los que se grava a los cruceros), Barcelona es donde la presión por el impuesto turístico es más elevada. Además, según el profesor Suriñach, el caso del puerto alemán es anecdótico ya que el impuesto solo aplica a los barcos que pernoctan, lo que supone apenas el 3 % del total de las escalas“.
El director de CLIA en España, Alfredo Serrano, ha valorado la temporada pasada en Barcelona (enero–noviembre), con un incremento en los movimientos de pasajeros del 2,6 % frente a 2023, lo que le situaría por debajo de la mitad del crecimiento en los puertos españoles (5,6 %). En el caso de Barcelona, “el aumento de la actividad crucerista representó la cuarta parte del registrado por la otra gran puerta de entrada de turistas, el aeropuerto”, ha precisado Serrano.
La opinión de la asociación de cruceros en España
”Es destacable señalar – ha agregado el directivo de CLIA– que los movimientos de cruceristas que visitaron sólo unas horas en Barcelona (cruceristas de tránsito) se redujeron en un 2,8 % en 2024, mientras que la actividad de embarque/desembarque (puerto base), que tiene un mayor impacto económico, registró un crecimiento del 7,2% ”.
Serrano también ha defendido la contrbución a la economía local de los cruceristas de tránsito porque “realizan un gran gasto en un corto periodo de tiempo y este sólo puede crecer si se gestiona adecuadamente por parte de las destinaciones”. “El estudio refleja además que, solo con su actual aportación al impuesto de establecimientos turísticos, los ingresos municipales superan con creces los gastos que ocasionan al Ayuntamiento, por lo tanto, son un tipo de visitante que aporta mucho al territorio y que se debe valorar como tal”, ha añadido el responsable de la CLIA
El director de CLIA en España ha esbozado las tendencias que se aprecian para la temporada 2025 en Barcelona. “Si bien aún es pronto, los indicadores muestran que continuarán los avances en la desestacionalización y las escalas de barcos pequeños de menos de 1.000 camas pasarán de representar el 28 % del total al 31 %”, ha apuntado.
Zona de bajas emisiones marítimas
Serrano también ha subrayado la importancia de la entrada en vigor la designación del Mediterráneo como Zona de Bajas Emisiones por parte de la Organización Marítima Internacional (OMI) el próximo 1 de mayo. “Se trata de un hito que significará la materialización de las demandas de diferentes actores sociales a lo largo del tiempo y que, en última instancia, supondrá una mejora en la calidad del aire”.
La designación como Zona de Bajas Emisiones implica limitaciones más estrictas en términos de emisiones de materia particulada y óxidos de azufre, repercutiendo positivamente en la calidad del aire. Así, el contenido de azufre de los combustibles marinos no podrá ser superior al 0,10 %, lo que supone una reducción del 80 %.
Economía