Jamás un paso atrás, salvo que el enemigo ceda. Este es el manual que sigue Donald Trump, que aplicó con total fidelidad al amenazar este jueves con imponer aranceles del 200% a las bebidas alcohólicas procedentes de la Unión Europea (UE), cuestión que podría tener un fuerte impacto en la industria vitivinícola española.
La medida sirve de represalia a las intenciones de la UE de tasar 26.000 millones de euros en exportaciones estadounidenses
Jamás un paso atrás, salvo que el enemigo ceda. Este es el manual que sigue Donald Trump con total fidelidad al amenazar este jueves con imponer aranceles del 200% a las bebidas alcohólicas procedentes de la Unión Europea (UE), cuestión que podría tener un fuerte impacto en la industria vitivinícola española.
El presidente estadounidense no está dispuesto a frenar la guerra comercial, dirigida sobre todo a los aliados históricos de su país, y progresa en la escalada de tensión con ese órdago en venganza a la decisión de la UE de imponer tributos el 50% a las exportaciones de whiskey de EE.UU.
Trump no hace más que agudizar su retórica de enemistad contra los europeos, olvidándose de la cooperación que ha existido entre ambos tras décadas de mucha cercanía.
Las medidas y contramedidas comerciales se extienden
“La Unión Europea, una de las autoridades fiscales y arancelarias más hostiles y abusivas del mundo, que se creó con el único propósito de aprovecharse de EE.UU., ha impuesto unos asquerosos aranceles del 50% al whisky”, ha escrito en su plataforma Truth Social. Para Trump, los europeos no son aliados, son rivales.
“Si estos aranceles no se levantan de inmediato, EE.UU. impondrá aranceles del 200% en los vinos, champanes y productos alcohólicos procedentes de Francia y otros países que representan la UE. Esto estará muy bien para los negocios del vino y el champán en EE.UU.”, ha remarcado.
El impacto no ha tardado a llegar a la bolsa, donde cotizadas como LVMH (Moët & Chandon y Veuve Clicquot), Pernod Ricard o Remy Cointreau se dejaban hasta el 4%.
Poco después Trump hizo otro post para proseguir con esta escalada. “EE.UU.no tiene comercio libre, tenemos un comercio estúpido, el mundo no está estafando”.
Un portavoz de la UE afirmó que los ministro de comercio de los países miembro ya habían establecido contactos con su homólogos en EE.UU. y que “se están preparando llamadas”. “No cederemos ante las amenazas y siempre defenderemos nuestros sectores”, lanzaba en X el ministro francés de Comercio, Laurent Saint-Martin.
Lee tambiénAnna Buj
Estados Unidos sigue siendo el principal importador mundial de vino y champán, con unas cifras anuales de más de 4.900 millones y 1.700 millones, respectivamente. En cambio, las exportaciones estadounidenses de vino son las quintas a nivel global, con alrededor de 1.000 millones, en tanto que los espumosos escasamente llegan a los 67 millones, en la posición número doce.
El impacto de este cruce de aranceles pueden causar una gran carga en los consumidores estadounidenses, que dependen en buena media de la importación de bienes, más que en su manufactura.
El sector del cava, “preocupado” por la posibilidad
Spirits Europe, patronal europea del sector, había señalado antes del anuncio de Donald Trump que estaba “profundamente decepcionada” y “extremadamente preocupada” por ver que los aranceles europeos sobre las bebidas estadounidenses aumentaban “como parte de una guerra contra el acero y el aluminio, no relacionada” con este sector. Para las firmas del sector, llueve sobre mojado: afirman que ya viven dificultades por las tensiones geopolíticas y una desaceleración de mercados clave.
En un tono similar el Consell Regulador de la DO Cava se muestra “preocupado” por la posibilidad de aranceles, pidiendo que vinos y licores se mantengan al margen de una guerra comercial que ha escalado desde otros sectores industriales, informa la ACN.
Economía
