Tranquilo, que nos lo pagamos nosotros

No se preocupe en absoluto, Mr. Trump, porque el doblaje o la subtitulación en nuestras lenguas nos los pagamos nosotros. Los que somos ricos en culturas varias y nos gusta protegerlas somos así. No nos importa consumir productos estadounidenses, pero tampoco nos importa pagarnos el gasto que comporta disfrutar de ellos en nuestra lengua propia. Y no solo consumimos las películas y las series del Tío Sam en abundancia, sino que incluso hay conciudadanos que no miran una película catalana o europea por nada del mundo. Pero me da la impresión de que la razón que le mueve a decirnos que le costamos muchas perras, cuando sabe perfectamente que es mentira, es otra. Como le pasa a la mayoría de la población monolingüe, la diversidad le molesta. Usted se pregunta por qué la gente se empeña en hablar otras lenguas si con el inglés se puede ir a todas partes. Créame que de eso los catalanohablantes tenemos mucha experiencia en pelearnos para defender nuestra lengua minorizada. Una de las primeras medidas que tomó todo un señor presidente de Estados Unidos, como si fuera cualquier dirigente regional de Vox, fue cerrar la página web en castellano de la Casa Blanca. ¿Tanto le molestaba? ¿Tanto gasto le suponía? ¿Acaso uno de los fundamentos de la política democrática no es la comunicación con la ciudadanía? Es evidente que ha decidido mandar poniendo en marcha el ventilador a diestro y siniestro, pero no es el ventilador de la rumba catalana.

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 No se preocupe en absoluto, Mr. Trump, porque el doblaje o la subtitulación en nuestras lenguas nos los pagamos nosotros. Los que somos ricos en culturas varias y nos gusta protegerlas somos así. No nos importa consumir productos estadounidenses, pero tampoco nos importa pagarnos el gasto que comporta disfrutar de ellos en nuestra lengua propia. Y no solo consumimos las películas y las series del Tío Sam en abundancia, sino que incluso hay conciudadanos que no miran una película catalana o europea por nada del mundo. Pero me da la impresión de que la razón que le mueve a decirnos que le costamos muchas perras, cuando sabe perfectamente que es mentira, es otra. Como le pasa a la mayoría de la población monolingüe, la diversidad le molesta. Usted se pregunta por qué la gente se empeña en hablar otras lenguas si con el inglés se puede ir a todas partes. Créame que de eso los catalanohablantes tenemos mucha experiencia en pelearnos para defender nuestra lengua minorizada. Una de las primeras medidas que tomó todo un señor presidente de Estados Unidos, como si fuera cualquier dirigente regional de Vox, fue cerrar la página web en castellano de la Casa Blanca. ¿Tanto le molestaba? ¿Tanto gasto le suponía? ¿Acaso uno de los fundamentos de la política democrática no es la comunicación con la ciudadanía? Es evidente que ha decidido mandar poniendo en marcha el ventilador a diestro y siniestro, pero no es el ventilador de la rumba catalana.Seguir leyendo…  

No se preocupe en absoluto, Mr. Trump, porque el doblaje o la subtitulación en nuestras lenguas nos los pagamos nosotros. Los que somos ricos en culturas varias y nos gusta protegerlas somos así. No nos importa consumir productos estadounidenses, pero tampoco nos importa pagarnos el gasto que comporta disfrutar de ellos en nuestra lengua propia. Y no solo consumimos las películas y las series del Tío Sam en abundancia, sino que incluso hay conciudadanos que no miran una película catalana o europea por nada del mundo. Pero me da la impresión de que la razón que le mueve a decirnos que le costamos muchas perras, cuando sabe perfectamente que es mentira, es otra. Como le pasa a la mayoría de la población monolingüe, la diversidad le molesta. Usted se pregunta por qué la gente se empeña en hablar otras lenguas si con el inglés se puede ir a todas partes. Créame que de eso los catalanohablantes tenemos mucha experiencia en pelearnos para defender nuestra lengua minorizada. Una de las primeras medidas que tomó todo un señor presidente de Estados Unidos, como si fuera cualquier dirigente regional de Vox, fue cerrar la página web en castellano de la Casa Blanca. ¿Tanto le molestaba? ¿Tanto gasto le suponía? ¿Acaso uno de los fundamentos de la política democrática no es la comunicación con la ciudadanía? Es evidente que ha decidido mandar poniendo en marcha el ventilador a diestro y siniestro, pero no es el ventilador de la rumba catalana.

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