Tomatito, entre amigos (★★★✩✩)

Lugar y fecha: Palau de la Música Catalana (24/X/2025)

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 El guitarrista se acompañó de un elenco de amigos para homenajear a Camarón, Paco de Lucía y Barcelona  

Lugar y fecha: Palau de la Música Catalana (24/X/2025)

Valoración:  ★★★✩✩

El guitarrista José Fernández Torres, Tomatito, recibió la Medalla de Oro del Festival de Jazz de Barcelona ante un Palau lleno y entusiasta, en el que protagonizó un concierto de contenido único y concebido de modo expreso para la feliz ocasión. Le acompañaron en el escenario Morenito de Íllora y Kiki Cortiñas al cante y las palmas, el percusionista Johny Cortés y una larga nómina de invitados/amigos: su hijo, el también guitarrista José del Tomate, el percusionista Israel Suárez (Piraña para el arte), el armonicista Antonio Serrano y el bajista Carles Benavent. En los momentos de mayor concurrencia, llegaron a ser hasta siete los artistas congregados en el proscenio. La gala del viernes culminó con un único bis protagonizado por Tomatito a solas, tocando y cantando la lorquiana Nana del caballo grande de Camarón de la Isla, con quien nuestro guitarrista trabajó largos años.

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Miguel Poveda, durante su actuación en el Liceu dentro del Festival de jazz de Barcelona

Este último número fue, de hecho, lo mejorcito de una sesión en la que Tomatito y sus aliados pasaron por muchos recovecos. Pronto cayó Two much, el tema que el almeriense grabó con el pianista Michel Camilo hace ya un montón de tiempo, trufado con un oportuno guiño al Entre dos aguas de Paco de Lucía. Pasando por unas efectivas bulerías junto al Piraña, y la zambra que ejecutó en solitario el joven Tomate, entramos algo más allá en terrenos de tango argentino con un especialmente sembrado Serrano, otro de los momentos más remarcables del bolo.

A renglón seguido, se incorporó al sarao Carles Benavent, en una multitudinaria interpretación de La leyenda del tiempo, de nuevo en la coordenada Lorca/Camarón. Momento de especial relevancia, y bonito porque sí, aunque con todas sus virtudes a cuestas en esta pieza la cosa quizá no acabó de pasar de castaño oscuro. Por suerte, en los minutos posteriores, los músicos alzaron más el vuelo, desgranando un par de números que redondearon una propuesta destinada a confirmar que la historia de amor entre Tomatito y la ciudad de Barcelona todavía tiene muchos y bellos episodios por vivir. 

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